Lucas pide a los colegios el uso de mascarillas transparentes para ayudar a alumnos sordos
El vídeo en el que Lucas, un niño de diez años con problemas auditivos, ha solicitado que en los colegios se utilicen mascarillas visuales se ha vuelto viral por las redes sociales. Desde la cuenta de Instagram de su madre, el menor ha manifestado su descontento con la gestión de la pandemia por parte de los directivos del centro, ya que después de meses de colegio no se han tomado medidas para facilitar el aprendizaje de estudiantes con problemas similares al suyo
“Yo antes cuando no había Coronavirus podía ver las bocas y oír mejor que ahora. Con las mascarillas no puedo sentir bien a mis profesoras y compañeros, así que pido que lleguen pronto a las mascarillas visuales”, pide Lucas. El motivo de la publicación se debe a que su colegio, como muchos otros en España, han decidido esperar a que el Departamento de Educación sea quien financie las mascarillas inclusivas. En cambio, otros centros han hecho frente a la inversión de forma particular.
Como es el caso de la Universidad de Alicante (UA). Los profesores se han sumado a la iniciativa utilizando mascarillas transparentes durante sus clases. La organización de la Universidad ha comprado un centenar de mascarillas que serán repartidas entre los docentes, el personal administrativo y los servicios que la requieran para el desempeño de su labor.
Pero la financiación no es el único inconveniente para las personas con discapacidad auditiva. Existen multitud de modelos de mascarillas transparentes pero no todas están homologadas. Actualmente, no existe ninguna empresa que certifique que sus mascarillas higiénicas con una ventana de plástico transparentes cumplan de forma absoluta la normativa de protección frente al Covid-19.
Pese a la controversia, las marca Allegra Mask fabrica mascarillas inclusivas, las cuales además de distribuirse por España, cuentan con dos de los certificados europeos necesarios para su comercialización en los países de la UE. Es decir la certificación europea 93/43 de 1993 como “producto sanitario” y la certificación EPI (Equipo de Protección Individual).