La ‘movida’ madrileña sigue viva más que nunca en Malasaña
Malasaña, el icono de la mítica movida madrileña, en este carismático barrio se mezclan estudiantes, turistas y residentes. Bares de todo tipo, tiendas vintage, librerías históricas, restaurantes de los más diversos orígenes, mercadillos e historia, lo definen.
El también llamado barrio de las Maravillas tiene bastante vida nocturna y un continuo ambiente alternativo lo rodea. Es una de las zonas preferidas para salir de fiesta y con mayor personalidad de la capital. A pesar de ser pequeño, este barrio esta habitado por 35.000 habitantes y miles de visitantes cada día.
Las calles de este magnífico barrio fueron en gran parte las responsables de la llamada Movida madrileña de los años 80. ¿Y en que consistió exactamente este expectante movimiento contracultural?
Surgió años después de la dictadura franquista y causó un gran revuelo en la España de la época en varios ámbitos, tanto en música como en cine, teatro, moda, etc.
Grandes personajes importantes de la época se reunían allí y grupos reconocidos surgieron en sus bares dando pequeños conciertos sin saber en lo que llegarían a convertirse a nivel nacional, y sin saber que sus canciones perdurarían en esos bares durante años. Personajes como Alaska, Pedro Almodóvar, Miguel Bosé o Antonio Vega hicieron de esta zona un lugar plagado de vida y juventud.
Los medios de comunicación fueron los responsables de difundir al resto de España en lo que se estaba convirtiendo aquel movimiento, desde programas musicales de radio, como Radio Juventud, hasta revistas como Madrid me mata.
Los días en este barrio son normales, con calles un poco empinadas, humildes pisos y sus habitantes paseando y saludándose entre ellos, pero la cosa cambia cuando anochece, y es que este barrio desde la Movida hasta la actualidad se ha considerado uno de los principales para veladas inolvidables hasta el amanecer, “este lugar no duerme”, afirma un joven de unos 20 años adicto a este lugar, que también mencionaba tras dar un buche a su cerveza, que es considerado para muchos actualmente el “barrio hipster de Madrid”.
Según ha informado Manuel Domínguez a Eusa News, quién acude a estos bares desde que se inauguraron y lo conoce de cerca ya que es amigo de alguno de los dueños de los bares, la mayoría de los pubs que se abrieron en Malasaña, y que se pueden considerar lugares de culto de aquella época, fue debido a la falta de locales de aquella índole en Madrid. En esos tiempos era una ciudad más tranquila, había pocos bares dedicados a gente joven, moderna e innovadora. El dueños de el Penta, por ejemplo, había viajado mucho por Europa y había quedado fascinado por las noches de Londres, entre otras muchas ciudades más. De modo que decidió trasladar ese tipo de bar típico londinense a Madrid, y que mejor lugar que Malasaña. Y es que este barrio está situado entre Chueca, barrio gay, y Argüelles, barrio cercano a universidades en la que conviven jóvenes estudiantes de varias zonas de España y Erasmus.
Actualmente es posible visitar la mayoría de los bares, o templos de la música como muchos lo llaman, responsables de la creación de la Movida Madrileña, aunque alguno los estén cerrando actualmente, como el Nasti Club o el Alqamaru, por motivos varios según gente de la zona y según anuncian en sus propias redes sociales: cambios de aforo, constantes multas de la policía, subida de impuestos, ley antitabaco…
Para empezar, el primer lugar para ir sin ninguna duda es El Pentagrama (Calle Palma, 4), el templo donde surgió todo, con música pop ochentera en español, es el local que más visitas recibe cada noche, además de ser el lugar en el que acuden los nostálgicos de la Movida. Puede que suene el nombre de este bar por la mítica canción de La chica de ayer de Nacha Pop: “Luego por la noche al Penta a escuchar canciones que consiguen que te pueda amar”. Este bar abrió sus puertas en 1976, después de cuatro décadas de dictadura, y desde entonces es sin lugar a dudas el elegido por miles de jóvenes para salir por Madrid una noche cualquiera independientemente del día de la semana que sea. El origen de todo lo que significa Malasaña es el Pentagrama, no solo por que allí fueran todos los artistas de La Movida, sino porque muchos de los músicos que tocaban en Sol, al terminar sus conciertos iban allí. Pero sobre todo El Penta fue el primer bar que unió dos conceptos que antes no había: discoteca y bar. Actualmente, sigue siendo uno de los bares de copas mas reconocido de todo el barrio y de la ciudad en sí, tanto por su historia, como por su música.
Y a donde ir sino después que a El otro bar, situado justo detrás del Pentagrama, se puede considerar la zona VIP de este. Con música ochentera nacional y buen ambiente también, este bar cuenta con una pantalla de cine en la que la gente a la vez que baila y bebe puede disfrutar de videoclips, conciertos y documentales de La Movida, para transportar por un momento a los que la añoran a esa época.
Madrid me mata (Calle Corredera Alta de San Pablo, 31), llamado así en homenaje a la revista que he mencionado con anterioridad, es el primer museo-bar dedicado en especial a la Movida Madrileña. Esta lleno de objetos, revistas, posters, ropa y recuerdos valiosos de este movimiento, cedidos por importantes artistas de la época tanto del mundo de la música como de la pintura, la fotografía, el cine o las letras. Por ejemplo, en este local se encuentra la chaqueta del ya fallecido en un accidente de tráfico José Enrique Cano, batería de Los Secretos. Un homenaje a uno de los movimientos culturales más importantes que ha tenido la capital.
Y para terminar no puedes volver a casa sin pasar por La Vía Láctea (C/ Velarde, 18). Este pub se abrió en 1979 por un grupo de personas con el objetivo de ofrecer algo distinto a lo que ofrecía el Madrid de aquel entonces, local que con el paso del tiempo se ha convertido en un clásico de la noche “malasañera”. Aquí se puede escuchar otros estilos musicales y en inglés como rock, grunge, swing y punk. Lo que más llama la atención de este lugar es la decoración, llena de carteles musicales convirtiéndolo en un museo de la música.
En definitiva, sea cual sea tu estilo de música favorito, en Malasaña seguro que encuentras el local perfecto para ti. Lugares en el que las copas no cuestan más de 8 euros ni las cervezas menos de 4, pero que por tal de recorrer los distintos locales con
todo tipo de música y público merece la pena. Aunque destacar que en este último año se han estado aprovechando de su influencia para empezar a cobrar entradas en estos bares a partir de la una de la madrugada, 7 euros con consumición, me comentaba Manuel Domínguez.
La movida madrileña se marchó y tanto su música como sus bares permanecerán, haciendo que su público se sienta joven, independientemente de la edad, al volver a oír a Nacha Pop o a los Hombres G; este lugar hace que olvides todos y cada uno de tus problemas.
Una vez que te adentras en un bar no puedes esperar para conocer el siguiente. Sin lugar a duda, todo aquel que pise Madrid debe hacer una ruta por estos pubs, de los cuales quedé prendada, de los que su historia enamora y consiguen transportarte a aquel
momento, al nacimiento de la libertad en su máximo esplendor.