En Extinction nos pondremos en la piel de Avil, el último de los Centinelas, un antiguo clan de guerreros con grandes habilidades en el salto, la agilidad y la destreza con el látigo y la espada. Destinados a proteger las ciudades de la amenaza de los Ravenii, unos orcos de tamaño colosal que destruirán todo a su paso sin contemplaciones. Es prácticamente inevitable comparar este argumento al visto en Attack on Titan que, si bien en ocasiones nos gustaría evitar, se ve reforzada en muchísimos aspectos de la trama.
Dado que el argumento es bastante predecible y en ocasiones puede pecar incluso de ser demasiado tópico, el propio título no invierte mucho en la trama y presenta cinemáticas con estética de animación clásica y pequeños cuadros de diálogos previos a las misiones, para que el hilo narrativo no se desmorone. Esto, al fin y al cabo, ofrece una sensación de estar justificando el conflicto más que de narrarlo.
El título se estructura en siete capítulos de unas cuatro misiones de media por cada uno de ellos y en las que la gran mayoría de ellas tendremos los mismos objetivos. Un gran número de civiles a los que salvar, activando una serie de talismanes azules colocados por el mapa y que los transportará a un lugar seguro. Otro buen puñado de enemigos de nuestro tamaño a los que vencer, llamados Chakales, a los que en un principio combatimos con mucha furia e ilusión, pero que resulta mejor ignorar y evitar perder el tiempo con ellos, ya que carecen de una bonificación final.
Lo más importante son los titanes, que llevarán tipos de armadura y a los que hay que desmembrar. Cada armadura obliga al jugador a abordar de manera diferente al Ravenii, lo que no evita que una vez el tobillo del titán quede al descubierto, la mecánica volverá a ser la misma. A esto se añaden las ciudades, cada una con estructuras que proteger. ya que en cada misión tendremos un porcentaje de extinción que descenderá del 100% a medida que los colosos destruyan la ciudad, si el número llega al cero fracasaremos en la misión, sea cual sea el objetivo. Es el aspecto que más me ha gustado, ya que otorga una sensación de ir a contrarreloj en cada misión y las hace más interesante, dado que a mayor porcentaje obtendremos una bonificación final superior.
Al mismo tiempo, a medida que salvemos civiles, destruyamos la armadura y cercenemos miembros de los titanes, acumularemos energía. Una vez llenada la barra, desbloqueamos la posibilidad de ejecutar el golpe letal, un tajo certero con el que decapitaremos y venceremos a todos los gigantes. Dicha ejecución vendrá de la mano de lo que será la herramienta más utilizada por nuestro héroe, un corte preciso y certero que se realiza a cámara lenta y que destruirá todas las protecciones de los Ravenii. Las armaduras de los colosos pueden ser simples —hechas con madera— o auténticas aleaciones de acero casi indestructibles. Una vez eliminada la protección, tendremos la extremidad totalmente libre para cortarla con el mismo tajo certero, a cámara lenta. Además, a diferencia de las protecciones, las extremidades se regeneran pasado un tiempo, algo que frustra un poco al principio, pero al final acaba gustando porque añade un puntito de dificultad y mayor riesgo a la hora de gestionar la urgencia del tiempo.
Pero para derrotar por completo al titán hay que llegar al cuello y ejecutar ese corte letal que comentaba antes. Para esto, debemos escalar por los Ravenii y en muchas ocasiones esto será una ardua tarea por el movimiento del coloso. Por suerte, contamos con un látigo que nos permitirá impulsarnos por los aires utilizando cornisas, vigas e incluso partes de la armadura del gigante. Todo esto, sumado a la capacidad de rebotar con las copas de los árboles o en los toldos de los edificios como si fuesen trampolines, nos dará mucho juego de cara al desplazamiento. Aun así, el movimiento da sensación de descontrol del personaje, con saltos más largos de lo que realmente pretendemos o intentos de caer en un edificio y pasarlo de largo por completo. La sensación final es que en muchas ocasiones la ciudad y sus estructuras limitan el increíble poder de movimiento de Avil. Hasta aquí, son todos los pasos más importantes para conseguir detener al Ravenii, pero no hay que olvidar que esos titanes son criaturas hostiles y, por tanto, bajo ningún concepto pondrán las cosas fáciles. En muchas las ocasiones acabaremos aplastados por un pisotón o un puñetazo del Ravenii y, de suceder esto, nuestra barra de vida se verá resentida por completo, porque un único golpe del titán significa la muerte.
Un aspecto que no me ha gustado nada es el tremendo componente de aleatoriedad que tiene. Pese a que cada misión cuenta con sus propios objetivos y su propio argumento, antes de adentrarnos en ellas vemos una ruleta que ofrece algún objetivo adicional para conseguir medallas de bonificación y otra más para decidir el escenario sobre el que se desenvuelve la misión. Si la primera ruleta es más que acertada, la segunda es un aspecto de muy mal gusto. Es cierto que existen escasas misiones con escenarios fijos, pero el mero hecho de que existan muchas de ellas con escenarios aleatorios no hace más que dolerme. Especialmente cuando son escenarios bastante pobres y faltos de detalles y sin una buena animación de destructibilidad, ya que los edificios se convierten en papel cuando entran en contacto con el Ravenii.
Al final, esta aleatoriedad genera en muchas ocasiones situaciones de injusticia y sin sentido, por ejemplo, puede darse el caso de tener que ejecutar a tres Ravenniis diferentes que abordan la ciudad por flancos opuestos y teniendo el condicionante de no bajar al 60% de la extinción, pero a la vez no contamos con la cantidad de recursos suficientes para ello, es decir, falta de civiles a los que salvar para llenar nuestra barra de energía, ausencia parcial de edificios altos sobre los que desplazarnos por los escenarios o incluso situaciones en las que hay que dar una increíble vuelta para ir a un punto cercano porque el mapa aleatorio que nos ha tocado tiene una montaña en medio. Llegados a este punto, solo queda esperar a que la ruleta juegue a nuestro favor para poder completar la misión.
Extinction resulta ser un juego que ha cumplido la premonición de su nombre, un lanzamiento prematuro al que probablemente le faltan unos meses de trabajo en las oficinas de Iron Galaxy Studios. Al final, queda un título que se extinguirá en un breve periodo de tiempo hasta caer en el olvido.