Sabina planea poner el broche de oro a su carrera con una gira de despedida

El cantautor de Úbeda le pone fecha a un regreso a los escenarios que "será un hola y adiós"
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Víctor Lerena (EFE)

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Medio siglo de escenarios, sonetos, placeres mundanos y un puñado de auténticos himnos musicales que ya forman parte de la idiosincrasia española. Ni tan joven ni tan viejo, Joaquín Sabina sigue durmiéndose en los entierros de su generación y planea su regreso a los escenarios; pero no tan deprisa como esperaban sus seguidores. Será un regreso “para decir hola y adiós”, tal y como él mismo ha expresado. El ya considerado Dylan español calcula poder realizar una gira aproximadamente en “un año y medio”, renunciando a hacerla “mientras que la gente esté con mascarilla y no pueda fumar, tomar una copa o levantarse para bailar”.

El cantante, poeta, e incluso pintor andaluz ha reaparecido públicamente en un coloquio organizado en el Instituto Cervantes, donde el flaco de Úbeda depositó en la Caja de las Letras un legado que incluía todas las ediciones de la mítica revista literaria argentina Sur, 371 números publicados entre 1931 y 1992. En su comparecencia ha celebrado ser un superviviente más de la pandemia y ha demostrado el gran estado de forma física y emocional que atraviesa. “Me siento bien, sobre todo por haber sobrevivido a estas maldades que nos han asolado. No he tenido Covid, me he portado como un ciudadano ejemplar. He seguido fumando y bebiendo y me siento bien”, manifestaba.

Cabe recordar que Joaquín Sabina ofreció su último concierto en febrero de 2020 con un accidentado desenlace que le obligó a someterse a una urgente operación y trabajoso postoperatorio. De hecho, el letrista asegura “no haber superado el miedo escénico” puesto que “siempre cree que público se sentirá defraudado”.

Fiel a su estilo, ‘dando todo lo que tiene, que es nada’, Sabina reflexionaba en voz alta sobre la avaricia tan presente en el día a día de un país que pese a romper el saco repite sus errores. “El dinero nunca me ha importado absolutamente nada. Lo que tenía me servía para que mis amigos pudieran a sitios que no podía o cenaran en restaurantes que no irían de otro modo. Lo despilfarré regalándose a mis amigos y pasándolo”,

Más de diez millones de discos vendidos, plazas de toros y recintos repletos a rebosar en su interior y exterior, homenajes por doquier y 72 años de vida en los que Sabina, “pese a no haber sido un padre, ni marido, ni amante ejemplar“, se siente orgulloso de “haber sido un amigo leal” y no considerarse un “hijo de puta”: “¡Con eso me basta!”, exclamaba en la conclusión.

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