
Viene siendo costumbre en las últimas semanas que el Atlético reciba goles. No suficiente con ello, también se está acostumbrando el líder a comenzar sus partidos con el marcador en contra. Y claro, las malas costumbres aspiran a convertirse en problemas si se vuelven habituales. Los colchoneros no se habían visto por detrás del marcador en el primer tramo liguero. Sin embargo, Éibar, Valencia, Celta y, ahora también, Levante han roto esa condición, encargándose de ponerlos contra la cuerdas.
De la misma forma, los del Cholo también mantienen algún buen hábito. Y es que Llorente tiene mimada a la afición colchonera. Sus contraataques por banda derecha son un auténtico rompecabezas para cualquier rival y un as en la manga para su equipo. Las estadísticas no mienten, no es casual que sea el mediocentro que ha participado en más goles en lo que va de Liga -ocho tantos y siete asistencias-. Entre las buenas también se encuentra que Suárez suponga un auténtico vendaval en el área y que casi todos sus disparos acaben entre los tres palos. También es habitual que Oblak saque la manopla para obrar algún que otro milagro.
Aún así, puestos a hablar de tradiciones, los del Cholo están perdiendo una auténtica seña de identidad: mantener la meta a cero. Hace seis partidos que no se van a casa con la portería limpia y las consecuencias son palpables. El líder ha concedido dos empates -cuatro puntos- y ocho goles. Más vale pájaro en mano que ciento volando, y queda claro que los partidos aplazados hay que jugarlos y, por supuesto, ganarlos. Más todavía cuando lo que está en juego es ser campeón. Barcelona y Real Madrid no ceden cuartel en su persecución y conceder cualquier tipo de ventaja no es buena idea.
Al Atleti se le atragantó el partido. No le bastó con gobernar la mayoría del tiempo, dominar la posesión o tener varias ocasiones para salir victorioso. El Levante se convirtió en un hueso duro. Fruto de la fortuna o no, el resultado final hizo justicia con la realidad. En el minuto 18 los de Paco López asaltaron el terreno rojiblanco en un contraataque sublime. El Atlético no tuvo tiempo para replegarse. De Frutos condujo entre siete rivales y se la sirvió a Bardhi para que este materializase la jugada solo frente a Oblak. Vrsalijko llegó tarde.
Los rojiblancos siguieron mandando en el juego -sin la misma contundencia de otros partidos-. Luis Suárez perseveró en el área varías veces antes del minuto treinta buscando puerta. Saúl vio una cartulina amarilla en el 26’ que le invalida para disputar la vuelta del sábado. Tampoco Savic podrá hacerlo, castigado por el árbitro en el 42’. Posteriormente, el conjunto valenciano protagonizó sus mejores minutos con sendos disparos lejanos de Roger y Morales. Así las cosas, Correa también probó suerte desde la frontal pero su acometida salió por línea de fondo tras rozar el poste derecho. Saúl envió otro disparo a las manoplas del portero.
Pero este Atleti tiene un talismán. En Anfield se destapó una joya que sigue brillando aún a día de hoy. Carrasco botó un córner en corto a Koke y Llorente, que caminaba solo por la frontal, recibió para pegar a portería. El balón rebotó imprevisiblemente en Rober Piere y se coló en el fondo de las mallas ante la confusión de Aitor. Con el 1-1 y los madrileños apretando, acabó el primer tiempo.
La tónica del segundo acto fue similar. El Atlético continuó marcando el tempo. Ocurrió entonces lo inesperado. Aitor Fernández desvió un disparo raso de Suárez y el rechace le cayó a Correa que, con media portería vacía, mandó la pelota a la grada. El tiempo dirá si la ocasión del argentino se queda en recuerdo imborrable o en anécdota pasajera. Kondogbia fue amonestado tras una falta en defensa. A ello lo siguió un avance estratégico de los valencianos, durante el cual la posesión se disputó en terreno colchonero. Aquello no fructificó y, a partir de ahí, los rojiblancos pasearon el balón por el césped en busca de un gol. Entre tanto, Joao Félix sustituyó a Carrasco en el 65’.
En el último tercio del partido, los de Simeone encontraron en Llorente su punto fuerte. Éste protagonizó continuas internadas por el flanco derecho, llegando a linea de fondo para centrar al área. Cerca del ecuador de la segunda parte, lanzó un amago a un defensa y se perfiló en la frontal para terminar mandando el balón raso fuera. Ya en el 81’, Paco López introdujo cambios tácticos y plantó una línea de tres centrales. Joao Félix encontró a Suárez en el área y el tiro de éste se estrelló con el guardameta, jugada invalidada finalmente por fuera de juego. La misma suerte corrió Saúl dos minutos después cuando un gol suyo no subió al marcador.
El partido iba muriendo mientras unos apuraban sus opciones y otros buscaban la sorpresa. Aún tuvo Clerc la ocasión de mandar al Atlético de vacío a Madrid. Un remate a bocajarro en el centro del área requirió la intervención magistral de Oblak. El esloveno volvió a hacerse grande. Hay cosas que no cambian.
Con todo, el pitido final firmó las tablas definitivas. Llorente no fue suficiente. No bastó con las viejas costumbres. Viejas ya a estas alturas de la temporada. Malacostumbrado el equipo de Simeone a sufrir en sus últimas citas, deberá hacer frente a sus carencias defensivas. En todo caso, el líder sigue siendo líder y, tras rascar un punto en el Ciutat de Valencia, es aún más líder. Seis puntos de renta sobre su vecino de la capital con un partido menos. El sábado habrá revancha en el Metropolitano. Casualidades del calendario, la semana siguiente los azulgrana se citan también por partida doble con el Athletic.

Periodista en Campus EUSA