Del “Amigos Para Siempre” al final del Juegos y el “Modelo Barcelona”

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El sueño olímpico de Barcelona comenzó a principios de siglo, cuando Barcelona se presentó candidata a albergar los Juegos Olímpicos de 1924, 1936 y 1940.
Tras los primeros fracasos olímpicos, en 1979 empezó a gestarse el sueño olímpico del 92, cuando Juan Antonio Samaranch salió elegido como presidente del COI. Uno de sus sueños era que su ciudad natal , Barcelona, organizara unos Juegos Olímpicos.

En 1981, el entonces alcalde de Barcelona, Narcis Serra solicitó por primera vez al rey la organización de los Juegos Olímpicos del 92. El proyecto cobró fuerza, con la victoria en las elecciones municipales de  Pascual Margall en 1982.
Finalmente el 17 de octubre de 1986, en la ciudad de Lausana, Barcelona fue elegida sede olímpica.
Con las olimpiadas en el bolsillo, ya sólo faltaba solucionar el problema deportivo. España sólo conseguía medallas en Vela y deportes similares, exceptuando algunas actuaciones brillantes en otros deportes, como la medalla de Plata conseguida por la Selección de Baloncesto en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles en 1984.
Es aquí donde aparece la idea del “Programa ADO”

¿Qué es el “Programa ADO”?

El “Programa ADO” fue desarrollado por la Asociación de Deportes Olímpicos, con el fin de ayudar y apoyar el desarrollo de los deportistas de alto rendimiento, concretamente a los Deportistas Olímpicos.
Se constituyó el 24 de diciembre de 1987, para ayudar a los deportistas españoles de cara a los próximos Juegos Olímpicos que se organizarían en Barcelona en 1992.

Problemas al poco de empezar los Juegos Olímpicos

Los Juegos Olímpicos no empezaron siendo un sueño dulce.
Al comité organizador se le presentaba el problema más común pero el más peligroso, el tiempo corría rápidamente y la terminación de las infraestructuras no llevaba el mismo rendimiento. Con este problema, el grupo cómico, “Martes y 13”, hizo un esquech, donde sus dos protagonistas, vestidos de obreros, sacaban unas bolas de sorteos de lotería de una hormigonera, para terminar diciendo en varias ocasiones: “no les va a dar tiempo”.
Cuando las infraestructuras estaban ya terminadas, a pocos días de empezar los juegos, se presentó otro problema aún más grave. El Estadio Olímpico se había inundado, como consecuencia de una tormenta.
Este último suceso hizo tambalear el sueño olímpico, pero por suerte sólo fue una pesadilla.Cuando todos los problemas se habían quedado ya en el camino, parecía, por fin, que el sueño olímpico de Barcelona por fin se iba haciendo realidad. Poco a poco, mes a mes, el día de la ceremonia inaugural se iba acercando, y aquí se volvió a presentar un problema para la organización, cómo hacer que esta ceremonia fuera única, inigualable, genuina y que pudiera poner a Barcelona, y por consiguiente, España y Cataluña en el mapa. Al comité organizador se le ocurrió hacer una ceremonia, con algo más que actuaciones musicales y el desfile de los deportistas.

Querían una ceremonia que mostrara los valores tradicionales de Barcelona y España, mirando a un futuro moderno.
En el centro del estadio olímpico se convertiría en un gigantesco “HOLA”, donde el rey y el alcalde de Barcelona interpretarían sus respectivos discursos, donde concretamente, Pascual Maragall, lanzaría varios guiños a la Unión Europea, “nuestra nueva gran patría”.
Finalmente vendría el plato gordo y final de la ceremonia, el encendido del pebetero olímpico, ¿pero cómo?.
Sorprender al mundo iba a ser misión de Antonio Rebollo, arquero catalán, que cogería una flecha incendiada, que prendería el pebetero.
El proyecto por fin estaba diseñado al cien por cien, ahora sólo queda ir tachando días en el calendario.

“¡QUÉ EMPIECEN LOS JUEGOS!”

El 25 de julio de 1992, comenzaron los Juegos Olímpicos de Barcelona, tras una ceremonia inaugural, como ni los mismo organizadores se habían imaginado. Fue abierta por Freddie Mercuri y Montserrat Caballé, con la canción “Barcelona”, a los que siguieron los tenores José Carreras, Plácido Domingo y Alfredo Kraus, y por último el grupo de teatro “La Fura dels Baus”.

la antorcha olímpica hizo aparición en el estadio olímpico de manos del piragüista Herminio Hernández. Este la pasó a Juan Antonio San Epifanio (Epi), encargado de llevarla en el último tramo.
Epi encendió la flecha que, posteriormente Rebollo, haría volar por encima del pebetero olímpico, encendiéndolo y dando por comenzado los juegos.
El sueño se hacía realidad.

Por delante, algo más de dos semanas de deporte y emoción, que ninguno de los españoles, quería que se acabaran. 

Por primera vez en la historia, España era candidata a ganar más que nunca.
Contaba con varias selecciones y deportistas favoritos en sus determinados deportes, además de muchos otros con posibilidad de medalla. Los deportistas contagiaron la sensación al pueblo español, que por una vez, podíamos ser los mejores.

Lluvia de Medallas

El día 27 empezaron los Juegos de verdad para los deportistas Españoles, en el horizonte, mejorar las actuaciones en anteriores olimpiadas y rellenar más el medallero. Favoritos para medalla en arias disciplinas deportivas de equipo (hocley, fútbol, baloncesto, volleyball, waterpolo…) y en varias categorías individuales (natación, tenis, vela, arco, etc), sin embargo la primera medalla llegaría sobre dos ruedas.

La primera gran alegría para España vino de joven nacido en Amsterdam, y criado en Chiclana de la Frontera, José Manuel Moreno Periñán. El gaditano se enfrentaba ante un sueño, con la oportunidad de abrir el medallero a lo grande, y así lo hizo. Salió disparado, y por delante 1 km, donde consiguió el mejor tiempo, con 1 minuto, 3 segundos y 342 milésimas.
La primera se quedaba en casa.

El día 27 de julio no sólo sería recordado por la hazaña de Moreno Periñán. También vimos salir a escena a toda la tripulación española de vela, encabezada por el entonces príncipe de Asturias, que cumplía su sueño, participar en las olipiadas.
Sin embargo su debut sería eclipsado por el resto los José María van der Ploeg, Francisco Sánchez Luna, Jordi Calafat Estelrich, Theresa Zabell,Patricia Guerra Cabrera, y,Luis Doreste Blanco y Domingo José Manrique, quienes sembraron de oro el medallero, sin olvidar a Natalia Vía-Dufresne, quién fue capaz de arañar una plata que engordó aún más la cosecha de medallas (aunque estás llegaron algunos días después).

El día 28 fue el día de Martín López Zubero. El nadador Español demostró por que se le consideraba el futuro de la natación española y, de un “espaldarazo”, llevó otro oro al medallero.
Los protagonistas de estos juegos no sólo eran españoles.

EEUU y su selección de baloncesto, salida de un sueño, emprendía el camino rápido hacia el oro, seguidos de la Croacia de Petrovic y Kukoc.
El Americano Carl Lewis demostraba en pista por que lo llamaban el hijo del viento. Estos también fueron los juegos del deporte español femenino. Un claro ejemplo de ello fue Miriam Blasco.

La vallisoletana fue la primera deportista española en conseguir una medalla en los Juegos Olímpicos de Verano y la primera en ser campeona olímpica, así como pionera en ser campeona en Yudo. Su sueño de niña se cumplía en su país, y gracias a su ejemplo, 20 años después, en Londres, las chicas aportarían la mayoría de medallas que España consiguió.

Entre acto y acto, llegó el momento de Daniel Plaza, que en Barcelona conseguiría su más valioso trofeo, el de Campeón Olímpico en la distancia de 20 km marcha.​ Plaza logró de esta manera ser el primer atleta español en conseguir una medalla de oro en unos Juegos Olímpicos en esa disciplina y en atletismo. Todo no iban a ser noticias buenas y exitosas para el deporte español, también hubo tiempo para decepciones. La Selección española de baloncesto (favorita hasta entonces) iba a arreones en el campeonato, a destellos de un “Epi” (Juan Antonio SanEpifanio) que sabía que este podía ser su último torneo. Angola fue el último partido, que a pesar de su presencia en los partidos , nunca dio la sensación de haber comparecido en las olimpiadas. Un amargo final, para una generación que parecía que iba a cubrirse de oro.

La siguiente protagonista femenina fue otra yudoka, Almudena Muñoz Martínez. Este éxito de la valenciana no demostró otra cosa, que la mujeres también estaban preparadas para afrontar el reto y el sueño que suponía Barcelona.
Estos juegos nos dejaron también momentos para la historia, como el enfrentamiento entre Arantxa Sánchez Vicario y Conchita Martínez en cuartos de final del cuadro femenino de tenis, del que Aranctxa salió victoriosa. Este pequeño “pique” entre ambas no afectaría a su actuación en el cuadro de dobles, ya que llegaronhasta la final olímpica, que perdieron contra las hispano-estadounidenses, Gigi Fernández

Mary Joe Fernández. Una plata, que como dijeron ellas, sabía a oro.

Arantxan, en el cuadro individual, se tuvo que conformar con el bronce, tras caer en semifinales y ganar con solvencia la “final de consolación”.
En los altibajos de los españoles también tenemos que destacar el mal partido del la selección española de balonmano ante la CEI (principal favorito), que no hizo otra cosa que demostrar, que la selección no estaba a la altura de lo esperado.
Las chicas volvieron a dar una alegría a los aficionados españoles, esta vez, al vencer contra todo pronóstico a la favorita para llevarse el oro, la todopoderosa Alemania.

De aquí que al equipo se le empezara a llamar “las chicas de oro”.avier García Chico consiguió elevar el nivel de esta prueba en España y ayudó a que fuera conocida con el punto culminante de su carrera deportiva que llegó en Barcelona al lograr la medalla de bronce.
El penúltimo día de juegos, España se volvió a dar un festín de medallas. La mayoría de plata, pero dos de ellas de oro, que, hoy día, son la única prueba, o una de las únicas, de que en aquellas olimpiadas fueron los mejores hasta en aquello donde no terminaban de encajar.
Entre los deportistas españoles galardonados en aquellos juegos, encontramos a otro andaluz, sevillano más concretamente, Faustino Reyes.

La Federación Española de Boxeo,  lo seleccionó para competir en Barcelona, donde compitió como el boxeador olímpico más joven de todos los tiempos (17 años) y consiguió una medalla de plata en peso pluma (-57 kg). Perdió la final contra el alemán Andreas Tews.
Otra mujer haría historia en el deporte femenino español y olímpico. Esta vez fue el turno de la alicantina, Carolina Pascual.

El 8 de agosto de 1992, Carolina conquistó la plata en la especialidad de gimnasia rítmica en las Olimpiadas de Barcelona. La competición resultó de gran nivel al contar con la presencia de potentes rivales procedentes de Ucrania y Bulgaria, y se disputó en el Palacio de los Deportes de Barcelona, que se llenó para la ocasión. Solo la ucraniana Alexandra Timoshenko pudo superar a Pascual en la clasificación. Carolina es el 3er deportista español más joven en conseguir una medalla olímpica, al hacerlo con 16 años y 52 días.Sin duda, otra de las sorpresas del torneo la protagonizó, para el bien español, Jordi Arrese.

El tenista catalán se coló, contra todo pronóstico en la final del cuadro individual de tenis, frente al suizo, Marc Rosset.
El mayor éxito de su carrera fue esta medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Barcelona. Perdió el oro frente al suizo Marc Rosset en una final agónica a cinco sets que duró más de cinco horas por 7-6 (7-2), 6-4, 3-6, 4-6, 8-6.
Sin duda, dos de las actuaciones más recordadas de los españoles en los juegos serán las de la selección olímpica de fútbol, y la de Fermín Cacho en atletismo.
Fermín Cacho, atleta soriano, llegó a los juegos con las aspiración de cumplir las espectativas y hacer un buen papel, como la mayoría de deportistas olímpicos españoles, aunque sin duda, esa carrera de 1500 metros lo colocaría en los libros de historia del deporte español.
Considerado como uno de los mejores atletas españoles de todos los tiempos, en su amplio palmarés se deben destacar una medalla Olímpica, la de oro lograda en los 1.500 metros en los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992, contra todo pronóstico.Las españoles estaban acostumbrados a que la selección de futbol no ganara nada en ninguno de los campeonatos que jugaba, hasta que llego la cita de Barcelona. España fue pasando ronda por ronda hasta llegar a la final del Cap Nou ante Polonia, que ya había sido campeona olímpica.
Los polacos golpearon primero. Abelarso empató el partido, y con el primer gol de Kiko, de los dos que marcó en aquella final. Polonia volvió e empatar en partido, y cuando parecía que e partido se iba a la prorroga, Kiko, a la salida de un corner, puso el 3 a 2 definitivo, desatando la locura en el Cap Nou.

Las actuaciones memorables no fueron sólo de los españoles en aquellos juegos. No podemos olvidar el “paseo militar” del “Dream Team” en baloncesto, las espectaculares actuaciones de Lewis en atletismo, etc.
Los Juegos nos dejaron las mejores actuaciones justo antes de la ceremonia de clausura.

El domingo 9 de agosto, los espectadores del Estadio Olímpico de Montjuic tuvieron suerte de disfrutar la plata en maratón de Antonio Peñalver Asensio. Y en las piscinas olímpicas tuvo lugar uno de los duelos más impresionantes en la historia del waterpolo, donde España parecía que iba a llevarse otro oro, pero una gran Italia se interpuso en el camino españoles y les arrebató el oro.

Los juegos terminaron con la actuación de “Los Manolos” y el “Amigos Para Siempre”, que había sido una de las bandas sonoras de los juegos.
Barcelona cerró el telón, con una organización y una actuación deportiva que había superado con creces lo planeado. El sueño llegaba a su fin, era hora de despertar.
Después de los Juegos, Barcelona quedó de ejemplo de ciudad y crecimiento urbano, modelo que adoptaron varias ciudades españolas y extranjeras, y lo que después se bautizó como “Modelo Barcelona”. 

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