
Donar sangre es indispensable para efectuar un óptimo tratamiento de ciertas patologías como el cáncer, o bien durante intervenciones quirúrgicas o tratamientos de emergencia de accidentes de tráfico. Es por ello que se vuelve un factor determinante que los hospitales mantengan sus propias reservas de sangre destinadas a proporcionar el suministro necesario, tanto en procedimientos previsibles como en aquellos en los que cada minuto cuenta para salvar una vida.
La Unión Europea (UE) establece como óptimo un índice de donación de 40 habitantes entre 1.000 y precisamente España es uno de los países con mayor número de donantes a nivel mundial -tanto de sangre, como de órganos-. Pero para mantener esas cifras en niveles aptos es necesaria la constante participación ciudadana. Por ello, cada vez son más frecuentes las iniciativas y llamamientos lanzados desde los diferentes puntos del país que invitan a la ciudadanía a participar, por ejemplo, desde la Comunidad Valenciana, Cataluña, Castilla La-Mancha o Madrid.
Este es también el caso de Andalucía, donde durante el pasado año, más de 300.000 personas se ofrecieron voluntarias a donar ‘vida’. De hecho, los datos registrados vuelven a ser equiparables a los anotados hace tres años. En dicha comunidad autónoma, el año ha arrancado con diversas campañas orientadas a promover la participación al sumarse a esta iniciativa. Por ejemplo, las jornadas recientemente acogidas por hospitales como el Quirónsalud (Córdoba) o la labor de los equipos de donación móviles en la provincia de Sevilla. A su vez, el Servicio Andaluz de Salud proporciona más información a los usuarios interesados en cooperar a través de su página web o su aplicación móvil.
Pero, ¿cuáles son los mitos más extendidos sobre la donación de sangre?
Algunas personas tienen ciertas creencias infundadas sobre determinados factores que les impiden ser donantes aptos. Esto ocurre, por ejemplo, con la frecuencia con la que han de acudir a donar sangre: no se trata de un deber permanente al que alguien se compromete de por vida tras hacerlo por primera vez. Donar se trata siempre de un acto voluntario. Por otra parte, existe una confusión generalizada entre los análisis de sangre y las donaciones, puesto que no es necesario estar en ayunas en el segundo caso. En cuanto a aquellas personas con perforaciones cutáneas o tatuajes, pueden donar sangre siempre y cuando haya transcurrido un periodo de 6 – 12 meses tras haber sido realizados. En cualquier caso, previamente al procedimiento siempre está presente un doctor que evalúa la adecuación del posible donante: tanto para proteger la salud de los futuros receptores, como la suya propia.
¿Cuáles son los beneficios de donar sangre?
Según datos de la Cruz Roja, un donante puede salvar hasta tres vidas y, cada tres segundos, una persona necesita sangre. Consiste en un proceso sencillo que no supera los treinta minutos: un acto que, a pesar de requerir un esfuerzo mínimo, marca la diferencia en la vida de aquellos que lo necesitan. Por otra parte, conlleva también múltiples beneficios para quienes donan; por ejemplo, una mejora en el flujo sanguíneo o la disminución en el riesgo de sufrir accidentes cardiovasculares, además de proporcionar datos sobre el estado de salud. Donar sangre constituye un ejercicio de empatía y dado que resulta imposible fabricar este tejido de manera artificial, el único modo de obtenerlo es mediante el altruismo de quienes son donantes y aportan su granito de arena a la sociedad.

Estudiante de Periodismo, apasionada de los viajes y amante de las buenas historias