OPINIÓN: Me llamo Musonda pero me creo Maradona
Cuando el Betis fichó a Musonda no sabía el charco en el que se metía, pero finalmente todo ha caído por su propio peso. ¿Qué se podía esperar de un tío que no tiene ninguna experiencia profesional y que va de estrellita? El futbolista belga comenzó su etapa en el conjunto verdiblanco con muy buen pie, tanto que llegó a convertirse en uno de los favoritos de la siempre fiel hinchada verdiblanca, gracias a partidos como el de su debut ante el Valencia. Sin embargo, con el paso de la presente temporada pasó a ser uno de los reservas del equipo, una situación que ha sacado a la luz al verdadero niñato que lleva dentro.
Tras quedarse en el banquillo durante el choque ante el Real Madrid, tras el cual protagonizó una irrisoria imagen al esperar a Cristiano Ronaldo para pedirle un autógrafo como si de un chavalillo que juega en el parque de su barrio se tratase, una supuesta lesión le mantuvo alejado del verde durante tres jornadas. Y tan alejado, pues, con permiso del club, eso sí, se marchó a Londres para ser tratado por los médicos del Chelsea, su dueño. Tras recuperarse, el belga gozó de 13 minutos en la victoria contra Las Palmas, en la que su participación fue más que efímera ya que la victoria parecía clara desde mucho antes de su entrada, y desde entonces no ha querido saber mucho más del Betis. Hasta tal punto que decidió regresar a la capital inglesa, donde ya se entrena con el conjunto blue.
A quien no conozca los hechos podría parecerle algo normal, pero no, no lo es, al menos así opinamos muchos. Tras el encuentro ante el conjunto canario, Víctor Sánchez del Amo le dejó fuera de la convocatoria frente al Eibar, y tuvo que conformarse con ver el choque de la ida copera ante el Deportivo desde la grada. Fue entonces, al día siguiente, cuando despertó con nuevas dolencias en su rodilla y decidió regresar a Londres. Es lo que tienen los ácaros de la cama, que son muy puñeteros y te lesionan. Allí continúa, y su nombre es pasado en el Betis, o al menos así lo parece. Pero, ¿es normal marcharse simplemente porque no eres titular? ¿no sería mejor demostrar que puedes llegar a serlo? Parece que el joven Charly no piensa así. Extraño, muy extraño, cuando de su propia boca salió que "mi jugador favorito de LaLiga soy yo". Risas, muchas risas.
El caso es que cuando el Betis apostó por Musonda, el belga ni siquiera había debutado como profesional, y su mayor logró era entrenar alguna que otra vez con el primer equipo del Chelsea, pero ni siquiera gozó de la oportunidad de debutar oficialmente. Algo vio Eduardo Macià en él, y por eso logró su cesión. También Miguel Torrecilla, que viendo que el extremo era uno de los pocos aciertos de su antecesor, por no decir el único, y ni eso, decidió apostar nuevamente por él. Apenas medio año después, la gran profesionalidad del chaval, que para muchos ya es persona non grata en la capital hispalense, le ha jugado una mala pasada al director deportivo verdiblanco.
En total, Musonda ha gozado de 278 minutos esta temporada con el Betis, y salvo su actuación contra el Granada, cuando su salida al campo dotó al equipo de lo necesario para conseguir el empate, su participación no ha cumplido las expectativas ni de Víctor, ni de gran parte de la afición. Si recordamos partidos como el que enfrentó a los verdiblancos con el Deportivo, cuando saltó al terreno de juego a falta de 20 minutos y ni siquiera fue capaz de levantar la pelota un palmo sobre el césped, podemos entender que su marcha es un alivio para los heliopolitanos. Aún así, lo cierto es que el muchacho tiene cualidades para llegar a ser un buen futbolista, pero con la actitud de niñato que ha demostrado durante su última etapa como bético, sólo podemos desearle una carrera llena de fracasos, porque Charly, del Betis no se ríe ni Dios.