Zahara de la Sierra: tierra de moros y cristianos

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A 124 kilómetros de la tacita de plata, en plena sierra gaditana, está situado un municipio que se atisba desde la sinuosa carretera que lo antecede. Esta localidad, ubicada en lo alto de una montaña coronada con un castillo y con una llamativa forma de “Z”, no es otra que Zahara de la Sierra. Un pueblo tranquilo, donde sus casi 1500 habitantes tienen una vida cotidiana muy apacible y normal, pero cuando llega la época de fiestas, el municipio se viste con sus mejores galas. En la recreación histórica “Toma de la Villa de Zahara” no iba a ser menos.

Es el segundo año que se realiza esta festividad, que rememora cuando Rodrigo Ponce de León y sus tropas reconquistaron Zahara en el año 1483, que pertenecía al reino nazarí de Granada. De 1407 a 1481 la población estaba ocupada por los cristianos, pero en ese mismo años los nazaríes se hacen con ella. Por ello, Ponce de León entró en escena para recuperar el territorio y entrar así en guerra contra Granada.

Al llegar al pueblo sorprende el parecido de todas las casas (de blanco y con tejado, preparadas para la época de nieve) y la cantidad de cuestas que hay: “Aquí no hay nada prefabricado, es la silueta que tiene desde siempre. Por eso tiene tanto encanto”, confiesa Juan Ruíz “Pancho”, un zahareño de 52 años que siente gran predilección por su pueblo. El hombre lleva toda su vida trabajando en la localidad detrás de una barra y asegura que los empleos más recurrentes en el pueblo son “la hostelería,  los hoteles,  la albañilería y el campo, sobre todo en la época de castañas” puntualiza “Pancho”  mientras degusta un vaso de vino blanco.

El pueblo está engalanado para la ocasión, con un decorado muy completo acorde a la época recreada y montado por los habitantes del municipio, desde varios meses atrás. En todas sus calles suena una agradable música medieval que te transporta en el tiempo a ese periodo de la historia. Un imponente teatro te hace atisbar que se realizará una representación de lo que aconteció en Zahara muchos años atrás.

Manoli, camarera del bar de la plaza del Ayuntamiento, está mucho más ajetreada que de costumbre, sus clientes suelen reducirse a los parroquianos habituales: “Durante el año solemos estar muy tranquilos, tenemos muy poca clientela y suele ser la misma siempre, no es normal la cantidad de gente que hay hoy”. La hostelera ve distintas mejoras en la Recreación con respecto al curso anterior: “Se ha creado la comisión de fiestas de la Recreación, se ha ensayado más. Además desde el Ayuntamiento han creado una cuenta en Facebook dedicada exclusivamente a esta festividad, por lo que se ha ido dando mucha publicidad del evento, de ahí que hayan venido gente de los pueblos de alrededor e incluso extranjeros”.

En el desfile que abre los actos, los participantes son en su inmensa mayoría gente del pueblo, apoyados por la Asociación Cultural de Moros y Cristianos de Benamahoma y la Asociación de Recreación Histórica “Bandoleros de Grazalema”. José María Rubio y su compañero Manuel pertenecen a la primera de las asociaciones mencionadas: “Por parte de nosotros, en el desfile no hay nada ensayado, al llegar esta mañana nos dijeron que actuaríamos de escolta del capitán de los cristianos”. Ambos van vestidos con ropajes para la ocasión y con armas que impresionan por su tamaño y envergadura. “Nosotros pertenecemos también a un club de luchadores medievales de Benamahoma. Este año estuvimos representando a España en la liga europea en Malbork, Polonia”, afirmaron los “cristianos”.

A modo de curiosidad, los luchadores comentaron aspectos relacionados con la lucha medieval, deporte poco practicado y apenas conocido en nuestro país: “En España hay muchos clubs pero no está remunerado como en Rusia o Polonia, donde los participantes se dedican profesionalmente a ello. Las peleas van desde duelos de uno contra uno hasta melés de 50 contra 50, por lo que hay que estar muy bien entrenado y dominar perfectamente la técnica, para no lesionarnos”. En cuanto a la Recreación destacan como aspecto positivo que “en Zahara está muy bien organizado todo, y eso que es su segundo año. En otras festividades van a peor con el paso del tiempo”.

Zahara de la Sierra es un pueblo de dimensiones reducidas y con poca oferta de ocio, eso perjudica a los jóvenes que residen durante todo el año en la localidad. Fuentes del Ayuntamiento nos informan que se está creando una asociación llamada “Zahara Joven” que está dedicada a la organización de actividades para población juvenil, pero aún está en proceso y no ha echado a rodar. A su vez, el pueblo no cuenta con ninguna discoteca y solo tiene un pequeño pub llamado “La Cabaña”, donde se reúnen los fines de semana los jóvenes que viven en el pueblo y los que vienen de fuera. Los más pequeños apenas disponen de parques públicos donde jugar y echar la tarde.

Celia, una de las bailarinas participantes en el desfile de la Recreación, vive en Zahara durante todo el año, ya que cursa segundo de bachillerato. El próximo curso tendrá que probar suerte fuera del pueblo, ya sea estudiando o trabajando, como la mayoría de zahareños que finalizan su etapa escolar: “En época de fiestas es cuando más movimiento hay en el pueblo. Durante el año es aburrido, es un pueblo pequeño donde apenas hay ambiente juvenil. El año que viene, si apruebo todas, me tocará a mí marcharme y buscarme la vida fuera de aquí. Estoy preparada para ello”.

Con respecto al baile que ha realizado durante el desfile, y posteriormente en un espectáculo a los pies del castillo bajo la atenta mirada de casi todo el pueblo y los forasteros, la joven ha señalado que “llevamos ensayando desde marzo con una coreógrafa que nos va indicando cómo es el baile. He notado que este año ha habido mucha más participación que con respecto al pasado, además de todas las edades”. La ropa que llevan es acorde a la época que representan en sus bailes, de aspecto musulmán: “La ropa es la típica que utilizaba el Harén. Nos la hemos tenido que pagar nosotros, el Ayuntamiento nos da los locales para ensayar y cambiar de ropa”.

Otra de las bailarinas, Isabel, estudia en Logroño desde hace cuatro años: “Los jóvenes del pueblo tenemos que salir fuera a buscarnos la vida. Aparte de que la cosa está muy mal en general, imagina en un pueblo tan pequeño como este”. Lo positivo que tiene estudiar fuera es que cuando vuelves al pueblo lo haces en las fechas más señaladas: “Zahara se llena solo de fiesta en fiesta y como yo vengo en esas épocas la verdad es que me lo paso bien. A finales de agosto está la feria, en junio la fiesta más importante, el Corpus Christi, en febrero los Carnavales, etc. El Corpus es la más famosa y la que más tradición tiene, suelen llegar varios autobuses de los pueblos de alrededor para verlo”.

Sobre el baile, la zahareña ha comentado que “es la primera vez que lo hago de cara al público porque he estado fuera, siempre me ha gustado bailar y la experiencia está siendo maravillosa”. Con respecto a los ensayos ha manifestado que no todos eran divertidos y amenos: “Ha habido algún ensayo muy duro porque no nos salía nada, pero gracias a nuestra monitora aprendimos los pasos y a coordinarlos”.

Conforme te vas adentrando por las calles de este municipio, vas encontrando numerosos puestos tanto de venta de determinados productos, como de “bares” ambulantes. Los mismos, también están decorados para la cita, además de los tenderos que portan ropajes de la época en cuestión y pueden pasar por participantes del desfile perfectamente. Los encargados de los puestos van de un pueblo a otro y se ganan la vida como buenamente pueden, de una manera muy sacrificada.

Antonio es un tendero extremeño, vendedor de pulseras de cuero, anillos y colgantes. Pero poner su puesto ahí no ha sido tan sencillo, tiene que seguir cierto protocolo: “Primero hay que mandar una solicitud al Ayuntamiento, si te la aceptan hay que depositar una fianza de 30 euros en el Consistorio y pagar según los metros que tenga tu puesto. En mi caso ha sido 15 euros. Casi siempre reporta beneficios, así que para sacar a los tuyos adelante hay que hacer el esfuerzo” sentenció Antonio.

Por su parte, Elena es una sevillana que lleva cinco años dedicándose profesionalmente a esto, con todas las dificultades que ello conlleva: “Trabajando de tendera se sobrevive, pero ya está. Cuando me aceptan la solicitud voy de pueblo en pueblo, aunque la pidas no te garantiza al 100% que te la vayan a dar. Depende de los requisitos que te pongan: si eres autónomo, si llevas varios años acudiendo a esa festividad o no”. La tendera se muestra muy disconforme con algunas políticas de selección de algunos ayuntamientos.

Uno de los grandes protagonistas de esta festividad es, sin duda alguna, el encargado de dar el pregón desde el balcón del Consistorio, el benamahometano Joaquín Gómez Calvillo. Esta designación se ha llevado a cabo debido a la estrecha relación que une a Zahara de la Sierra con Benamahoma. Y es que, ambos pueblos estaban unidos por la Sierra del Pinar, ya que a través de ella se iba de un pueblo a otro. A su vez, ambas localidades pertenecieron en el mismo tiempo al reino nazarí de Granada, como alquerías musulmanas.

Joaquín, ya acudió el año pasado a Zahara –aunque no como pregonero-, por lo que aprecia distintos cambios con respecto al curso anterior: “He notado que la fiesta ha ido  a muchísimo mejor: mayor participación ciudadana, hay más y mejor decorado y han sido fiel a la historia, respetando lo que fue la Toma de la Villa de Zahara”. Este es nada menos que su tercer pregón por municipios andaluces, pero pese a ello, Joaquín sigue mostrándose tan nervioso como el primer día: “Antes del pregón siempre hay nervios, sea el primero o el octavo que haces, para que engañarnos. Ten en cuenta que te va a escuchar todo un pueblo que tiene mucha confianza depositada en ti”.

Por otra parte, nada sería posible sin la música que ameniza las estrechas calles del pueblo, sin los diálogos del teatro o sin escuchar lo que dice el pregonero. Todo esto es posible gracias a la actuación de unos actores secundarios que están en un discreto segundo plano pero que realizan una función fundamental. Son los técnicos de sonido, esas personas que trabajan a la sombra para que todo salga bien.

Carlos, el jefe de todos ellos, comenta cómo llegaron a Zahara:”Llegamos aquí porque nos encargamos del sonido en la Feria del pueblo de al lado, Algodonales, en el mes de mayo. Todo nos fue muy bien y a través de ellos llegamos a esta localidad. La experiencia está siendo muy buena, desde el Ayuntamiento nos han comunicado que se prevén 5000 personas más que el año pasado”. Los técnicos aseguran con rotundidad que si te van saliendo eventos a los que acudir puedes ganarte la vida perfectamente.

Las fiestas se prolongaran a lo largo del fin de semana y a buen seguro las calles zahareñas serán testigo de un largo transcurrir de viandantes.

 

 

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