Carlos Mazón dimite tras su desastrosa gestión de la DANA

El expresidente de la Generalitat deja el cargo presionado por la indignación social tras la catástrofe de la DANA, marcada por una gestión caótica, falta de previsión y una respuesta institucional que llegó demasiado tarde.

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Carlos Mazón anunció ayer su dimisión como presidente de la Generalitat Valenciana, un movimiento que llega después de un año  de presión social y política por su gestión durante la DANA que devastó la Comunidad Valenciana y se cobró la vida de 229 personas.

El anuncio, emitido desde el Palau de la Generalitat, fue presentado por Mazón como un gesto de “responsabilidad”, aunque su tono y sus palabras dejaron entrever más un intento de limpiar su imagen que un reconocimiento sincero de los fallos cometidos. Afirmó haber cometido errores, pero centró su discurso en criticar al Gobierno central, al que acusó de no haber respondido a tiempo a las peticiones de ayuda.

Su intervención evitó hacer una referencia clara al sufrimiento de las víctimas y apenas dedicó unos segundos a los damnificados. Muchos familiares de las personas fallecidas y asociaciones vecinales han calificado el discurso de “insensible” y “político”, subrayando que Mazón “sigue sin entender lo que pasó ni por qué la gente está tan indignada”.

Durante los días más críticos del temporal, los servicios de emergencia autonómicos actuaron con lentitud y descoordinación. Numerosos informes internos han revelado que la Generalitat no activó los protocolos de alerta meteorológica con la antelación necesaria, a pesar de las advertencias emitidas por la AEMET. A esto se suman las deficiencias en la comunicación con los municipios más afectados, que quedaron prácticamente aislados durante las horas de mayor intensidad del temporal.

El caos fue tan evidente que alcaldes y equipos de rescate denunciaron públicamente la falta de liderazgo desde la Generalitat. Mientras tanto, Mazón permanecía desaparecido, lo que provocó un aluvión de críticas incluso dentro de su propio partido.

Ahora, tras meses de desgaste y tras la dimisión de varios cargos de su entorno, Mazón se marcha dejando tras de sí una administración marcada por la improvisación, la falta de empatía y la incapacidad de asumir responsabilidades. Su salida no parece fruto de una reflexión política, sino una reacción ante la pérdida total de credibilidad.

La investigación judicial continúa abierta en el Juzgado de Instrucción número 3 de Catarroja (Valencia), dirigida por la magistrada Nuria Ruiz Tobarra, que trata de esclarecer si durante la gestión de la DANA se produjeron delitos de homicidio imprudente, lesiones y negligencia en la gestión de emergencias.

En las últimas semanas, la jueza ha llamado a declarar a varios antiguos altos cargos del Consell, entre ellos la exvicepresidenta Susana Camarero, a técnicos de la Agencia Valenciana de Seguridad y Respuesta a las Emergencias, así como a miembros de la UME y del Consorcio Provincial de Bomberos. Su propósito es determinar con exactitud quién tomó las decisiones clave y quién no lo hizo en las horas previas y durante el temporal.

Uno de los episodios más controvertidos que figura en el sumario es la comida en el restaurante El Ventorro, donde Carlos Mazón estuvo el 29 de octubre de 2024, mientras la DANA golpeaba con fuerza la Comunitat Valenciana. Según consta en varias diligencias, el entonces president permaneció allí entre las tres y las siete menos cuarto de la tarde, acompañado de la periodista Maribel Vilaplana, asesora de comunicación del Consell en ese momento.

Durante ese intervalo, numerosos municipios sufrían ya inundaciones graves y la AEMET había activado la alerta roja. La ausencia de Mazón en el CECOPI, el centro de coordinación de emergencias, provocó una oleada de críticas y se ha convertido en uno de los puntos centrales de la instrucción.

Vilaplana ha sido finalmente citada a declarar como testigo. En su testimonio, la periodista admitió que Mazón “recibía llamadas y mensajes de forma continua” durante la comida y que notó “preocupación en el ambiente”, aunque afirmó desconocer la gravedad real de lo que estaba ocurriendo.

La magistrada mantiene abiertas varias líneas de investigación relacionadas con los fallos en la activación de los protocolos y la respuesta institucional durante la emergencia. El procedimiento judicial sigue bajo secreto parcial, pero fuentes jurídicas apuntan a que podrían producirse nuevas imputaciones en los próximos meses.

El futuro de la Generalitat se resolverá en los próximos días, en medio de un ambiente tenso dentro del Partido Popular. Todo apunta a que Vicent Mompó, presidente de la Diputación de Valencia, parte con ventaja gracias al respaldo de varios pesos pesados del partido en la Comunitat. Aun así, su posible designación no está libre de polémica. Mompó pertenece al mismo círculo que cerró filas en torno a Mazón durante la gestión del temporal, un detalle que muchos interpretan como una señal de continuidad más que de cambio.

La sociedad valenciana, sin embargo, no parece satisfecha con simples cambios de nombres. Las asociaciones de víctimas reclaman justicia, investigación y una revisión completa del sistema de respuesta ante emergencias. Quieren hechos, no declaraciones. Mazón se va, pero las heridas que deja su gestión seguirán abiertas mucho tiempo.

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