Opinión: Es más probable que te toque la lotería a encontrar un hogar asequible

Buscar alquiler en Sevilla se ha convertido en una auténtica misión imposible. Por 700 euros al mes puedes conseguir un estudio donde la nevera sirve de mesita de noche, la cocina está al lado de tu cama y el baño es casi un lujo opcional. No os estoy hablando de una situación incómoda o temporal: os hablo de una generación entera empujada al límite por un mercado que no entiende de sueldos mínimos ni de derechos básicos de los que luego nos abanderamos. Y mientras tanto, los precios siguen subiendo sin control. Es más probable que te toque la lotería a encontrar un hogar asequible.
El mercado inmobiliario no es disfuncional, es simplemente hostil con quien no tenga un sueldo alto, avalistas y mucha, mucha, muchísima suerte. Y no hablo solo de estudiantes. ¿Cómo se supone que una persona recién graduada, que apenas ha podido trabajar fuera de prácticas no remuneradas, va a poder independizarse con su pareja? Hace décadas, con 20 años, la gente firmaba una hipoteca. Hoy, con 30, solo podemos celebrar compartir piso con dos o tres desconocidos. Y es que, en los últimos años, muchos medios han intentado romantizar esta realidad: la precariedad juvenil. “Los jóvenes ya no quieren tener hijos”, “compartir piso está de moda”, “eligen no hipotecarse”, “prefieren criar mascotas”. No. No es una moda, es una imposición. Compartimos piso porque no hay otra opción. No tenemos hijos porque no podemos ni pagar la luz. No es estilo de vida, es supervivencia.

Captura del estado de pisos de alquiler de una sola habitación. INDOMIO
Y no hablemos de las ofertas laborales. La frase “se busca perfil junior con cinco años de experiencia, tres másteres y disponibilidad absoluta por 800 euros al mes” ya ni sorprende. Solo falta que pidan un diente de ornitorrinco y un poco de polvo de cuerno de unicornio, mejor no daré más ideas. Así es como se impide que accedamos a una vida mínimamente digna para después clasificarnos como “generación de cristal”.
Otro de los grandes responsables del alto precio del alquiler es la turistificación. Zonas como Triana, la Macarena o el centro histórico han sido transformadas en parques temáticos para visitantes temporales. Las viviendas familiares se convierten en pisos turísticos decorados con cojines con frases en inglés y luces LED. Calles que antes eran hogar para generaciones de sevillanos, hoy son solo un decorado para Instagram. Decenas de tiendas locales se han convertido en Starbucks, McDonald’s o negocios de cambio de monedas y divisas. Mientras tanto, quienes realmente viven y trabajan en Sevilla son expulsados hacia la periferia, obligados a buscar opciones cada vez más lejanas y caras. Porque sí, hasta los barrios tradicionalmente más accesibles están sufriendo esta subida de los precios.
Las políticas públicas de vivienda no están a la altura. No se controlan los precios, no se limitan las viviendas turísticas y no se invierte lo suficiente en alquiler social. Mientras tanto, seguimos viendo cómo se normaliza lo inaceptable: pagar más del 50% del sueldo por un zulo, vivir con tus padres hasta los 40, cambiar de barrio cada año por una subida de renta o acabar mudándote a un pueblo anexo a la ciudad donde trabajas para tener un coche como hipoteca para llegar al trabajo.
Vivir en Sevilla no debería depender de un golpe de suerte. No deberíamos aceptar que lo normal sea compartir piso con tres desconocidos a los 35, ni resignarnos a ver cómo nuestros barrios se vacían de vecinos y se llenan de turistas. El acceso a una vivienda asequible no es un lujo, es un derecho. Y mientras no se garantice, este sistema seguirá excluyendo a quienes simplemente quieren vivir, trabajar y construir su vida en su ciudad. En la actualidad, es más probable que te toque la lotería a encontrar un hogar asequible.

Periodista. Estudiante de Publicidad y Relaciones Públicas. CEO de Comentamos TV. Actualmente escribo para EUSA NEWS llevando además su newsletter y Andalucía Rosa. Anteriormente en 7TV como redactor en deportes y en Enter Seguros como redactor SEO.