El hecho de que alrededor del ochenta por ciento de las mujeres que ejercen la prostitución en España sean víctimas de trata es algo que deja ver el problema tan grande que existe en la sociedad en relación a la prostitución. Un número tan elevado de mujeres y niñas están siendo violadas a diario a cambio de unos euros. Es aún más preocupante el hecho de que esto no es un secreto, es decir, quienes consumen la prostitución pueden acceder a estos datos de manera fácil y aun así recorren a sus servicios.
Hay personas que defienden la prostitución y para argumentar su postura alegan que existen mujeres que la ejercen por elección. Pero centrándonos en aquellas mujeres que afirman ejercer la prostitución de manera “libre y voluntaria”, que son la minoría, son realmente libres o no tienen otra opción. Hasta qué punto se trata de libertad sexual el hecho de vender tu cuerpo y tu consentimiento. Creo que si hablamos de las personas que venden órganos, todos estamos de acuerdo en que no lo hacen porque lo encuentren como su forma ideal de ganarse la vida, si no que se sobreentiende que han sido obligadas por una situación económica delicada. El caso de estas mujeres es bastante parecido, su consentimiento a mantener sexo esta condicionado por una situación de pobreza o exclusión social que la ha llevado a ver en la prostitución su única vía de escape.
La inmesa mayoría de personas que consume la prostitución son hombres, al igual que la mayoría de personas prostituidas son mujeres, esto no se trata de una casualidad, es un patrón claro de control en el que se establece una relación de superioridad de estos hombres sobre las mujeres a las cuales tratan como un objeto.
No todo tiene un precio, una mujer no es un artículo de consumo y permitir que sean tratadas como tal es una prueba más de que vivimos en una sociedad machista y patriarcal.
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