CRÍTICA: Miedo sí, terror no

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Una casa encantada y fantasmas son las dos premisas con las que Netflix estrenó su nueva serie: The Haunting of Hill House (La maldición de Hill House) . Antes de su estreno, esta ya conseguía pleno en Rotten Tomatoes al otorgarle un 100% y la clasificarla como "la primera gran serie de terror de televisión".

La ficción es una adaptación libre de la novela homónima de Shirley Jackson, y cuenta la historia de cinco hermanos que de pequeños vivieron en la casa embrujada más famosa de EEUU, quienes unos años después, ya de adultos, tienen que volver a ella.  La sinopsis es un cliché típico de esta clase de género, pero consigue darle una vuelta para hacerla atractiva para el espectador.

Através de continuos flashbacks, que pueden volver bastante loco al espectador que espera una narración lineal, se va articulando la historia de los Crain. Son diez los capítulos que conforman a la ficción, pero que se alejan completamente de poseer gran dinamismo. Eso sí, a mitad de temporada se puede llegar a conocer a los personajes más a fondo que a tu propios familiares o amigos. El relato se ve claramente que ha sido pensado desde una perspectiva psicológica e intimista, típicas del thriller, de ahí que se expriman y expongan al máximo las emociones e inquietudes de los protagonistas.

La trama principal es la vuelta a la casa encantada, pero son las subtramas las que harán que la historia avance. Sin embargo, para entender este avance el espectador tendrá que prestarle el 100% de su atención a la pantalla y mantener activa su mente, por lo que  La maldición de Hill House falla en proporcionar una ficción para evadirse tras una jornada larga de trabajo.

La ambientación de la casa se opone a los ambientes modernos y reconfortantes en los que los personajes viven de adultos. Esta cumple con todas las expectativas de una casa del terror: una mansión enorme en mitad de la nada con mil y una puertas, decoración gótica, unos cuidadores que parecen que esconden algo, ruidos inexplicables…Precisamente, puede ser esta ambientación, el buen uso de los sonidos y unos planos escalofriantes los que hagan pasar miedo. Sin embargo, esto no es suficiente para crear terror entre los espectadores. 

Si se busca una serie de terror que te quite el sueño, o al menos te haga llegar a la cama encendiendo todas las luces de la casa, La maldición de Hill House no debería de considerarse como una ficción que te lo proporcione. No obstante, si se busca un relato más intelectual e intimista con toques de temor, merece la pena verla y adentrarte en la psique de los personajes.

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