Garbiñe Muguruza, fuera del Masters de Singapur tres años después

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Garbiñe Muguruza no está viviendo su mejor momento como tenista. La hispano-venezolanza, de tan solo 24 años, ha tenido un 2018 con muchos altos y bajos, muchos momentos tensos y pocas alegrías, muchas dudas y pocas cosas claras. Ha sido una temporada difícil en el plano tenístico, pero también en el plano físico ya que las lesiones le han hecho bajarse de los torneos de Montreal, San José o Stuttgart. Su última derrota en el torneo de Pekín, ante la bielorrusa Aryna Sabalenka por 7-5 6-4, han culminado una temporada irregular que terminará sin el gran premio de disputar el Masters de Singapur, en la que jugarán las ocho mejores tenistas del año. No todo ha sido malo, ya que en abril pudo levantar el sexto título de su carrera, en Monterrey, tras vencer en la final a Timea Babos (3-6 6-4 6-3). Sus últimos torneos los disputará en Hong Kong, Moscú y Zuhai, el Masters B.

El cuadro femenino siempre depara sorpresas y los Grand Slam dejan constancia de ello ya que en los últimos dos años los 8 grandes torneos se han repartido entre 8 tenistas. Serena, Ostapenko, Garbiñe, Stephens, Wozniacki, Halep, Kerber o Osaka han sido las triunfadoras en estos dos años donde han saltado a la élite muchas jugadoras jóvenes. Osaka (20), Kasatkina (21), Sabalenka (20), Ostapenko (21) o Kontaveit (21) han llegado para quedarse, pero en ese lugar de las jugadores jóvenes este año había un sitio guardado para Garbiñe, pero no ha podido ser así. En 2016 se alzó campeona de Roland Garros, en 2017 de Wimbledon y este año se esperaba el gran paso al frente de la hispano-venezolana.

El gran debe en su carrera ha sido, y sigue siendo, su actitud sobre la pista. La auto-presión a la que está sometida Garbiñe le impide rendir al 100% ante rivales que son de menor nivel. Ante rivales de mucha entidad su nivel es realmente alto, como lo ha hecho ante Sharapova, Stephens, Caroline Garcia o Halep, entre otras, pero para llegar a esos encuentros necesita vencer a rivales con menos ranking. Su juego agresivo y atrevido es muy difícil de contrarrestar cuando está a su máximo nivel, pero en 2019 necesitará continuidad para volver al lugar que le pertenece en lo más alto del ranking.

Pekín ha sido el último tropiezo de Muguruza en la presente temporada. Desde su gran actuación, en Roland Garros, donde arrasó a jugadoras como Sharapova hasta que se topó en semifinales con una gran Simona Halep, su nivel no ha sido el mismo. El verano le pasó factura cuando cayó en Birminghan ante Strycova y en Wimbledon ante Van Uytvacnk. En la capital del tenis mostró su lado acelerado y nervioso cuando no le salen las cosas. Ganó el primer set por 7-5. pero después cayó por un contundente 6-2 6-1. La pupila de Sam Sumyck (su entrenador desde 2015) no levantó cabeza y en el US Open tuvo una de las derrotas más sorprendentes de su carrera, en 2R ante la número 202 del mundo proveniente de la fase previa, Karolina Muchkova. Pekín no será el último torneo, ya que en las próximas semanas cerrará su competición en Hong Kong, Moscú y Zuhai.

15 en el ranking y 16 en la Race (ranking solo del año 2018) le han hecho despedirse del gran aliciente de las jugadoras en el final de temporada, el Masters de Singapur, donde competirán las 8 mejores del año y para el que ya están clasificadas Halep, Osaka, Wozniacki, Kvitova y Kerber. A comienzos de año siempre es uno de los objetivos claros para Garbiñe, pero tras tres temporadas en las que no ha faltado a la cita, en 2018 no podrá ser así. Ahora le llega el momento de reflexionar junto a su equipo y trabajar la fortaleza mental ya que es una tenista con mucho futuro y pocos deportistas pueden decir que a sus 24 años poseen dos grandes torneos. Sam Sumyk tiene mucho trabajo por delante para afrontar una temporada ilusionante y que su pupila vuelva a levantar un Grand Slam.

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