Opinión: La desigualdad de género en el mundo del deporte

La divergencia entre hombres y mujeres no es sólo una cuestión laboral sino que también está muy patente en el mundo deportivo
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Aitana Bonmatí en la Gala del Balón de Oro 2024/ EFE- Mohammed Badra.

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La necesidad de hablar de este tema viene alentada por la gran cantidad de información referida al fútbol masculino que he ido viendo a lo largo de los meses. Y es que cuando se habla de este deporte se piensa automáticamente en un equipo formado por hombres, como si las mujeres no tuviesen la capacidad de jugarlo, muchas veces hasta incluso mejor que ellos.

Un artículo del periódico Palco23 afirma que hay una mujer federada por cada tres hombres con licencia federativa. Este dato se traduciría como: 3,2 millones de licencias para hombres y 1,1 millones para mujeres. Si nos detenemos un momento, podemos ver que el mundo deportivo del fútbol ha avanzado con respecto a décadas anteriores pero que aún queda mucho camino por recorrer.

En el mes de octubre se celebró la gala del Balón de Oro. De los diez titulares que me aparecieron en las redes sociales, en sólo uno de ellos pude ver el nombre de la profesional federada (término para referirse a una inscripción de un futbolista o una futbolista en la Federación de Fútbol de su país) Aitana Bonmatí. Gracias a su aparición pude conocerla y saber quién era, ya que no tenía ni idea. Se trata de una futbolista profesional catalana de 26 años de edad que  juega como centrocampista en el Barcelona de la Liga F y en la selección nacional de España.

No sé si se debe a mi desconocimiento con el mundo futbolero o a mi escaso interés por saber un poco más de él, pero el hecho de no conocer la existencia de Aitana me produce rabia e impotencia. Por un lado conmigo misma porque al parecer no estoy tan pendiente a la actualidad como me gustaría, y por otro lado con los medios de comunicación por no mostrar que más allá del género masculino existen grandes profesionales femeninas que parecen estar ocultas tras la mirada masculina.

Las jugadoras de la selección española, en el amistoso contra Panamá/RTVE

A todo esto, las redes sociales se inundaron de las imágenes del jugador Rodri Hernández, nombre que sólo he escuchado de pasada pero que sin embargo ha tenido más presencia en mis plataformas informativas que cualquier nombre de mujer. Esto se debe al simple hecho de ser hombre y tener millones de seguidores que lo apoyan, a diferencia de las mujeres que sea el ámbito laboral o social que sea, no cuentan con las mismas facilidades que el mundo masculino. Este es un tema que se repite año tras año y cada evento importante como esta gala, pero que cada vez que aparece, la sociedad, o por lo menos yo, sentimos la necesidad de hablarlo para demostrar que existen personas a las que sí les interesa el tema, y que harían todo lo posible por destacar los comportamientos desiguales de la misma.

Enlazando con lo anterior, para Aitana Bonmatí 2024 junto 2023 fueron dos años consecutivos en los que ganó dos balones de oro, los cuales desde mi punto de vista no tuvieron el reconocimiento y la relevancia que se merecían. ¿Es que no se publicaron tantas noticias en el Marca? ¿ en El País? ¿en Instagram? ¿X? ¿cuáles fueron las causas para dicha escasez de relevancia? Quizás sea por un tema de que ese dato no interesa, no vende, o simplemente porque se considera poco relevante para el público, mayormente masculino.

Otro gran tema que rodea el mundo deportivo femenino es el techo de cristal que persigue a las mujeres a la hora de encontrar puestos directivos, la comparación de los salarios en cuanto a los hombres y, lo ya comentado anteriormente, la poca visibilidad por parte de las redes sociales y los medios de comunicación. Hasta yo misma escribiendo este artículo he conocido a muchas mujeres del mundo del deporte, concretamente del fútbol, que no tenía idea de su existencia y que, tras conocerlas, me producen una inmensa satisfacción y orgullo ya que rompen con los estereotipos de género. Ellas manifiestan que, por mucho que el género femenino en el deporte esté sexualizado e infravalorado, ahí están cumpliendo con sus metas y demostrando que, por pequeño que sea, existe un sitio para ellas.

En definitiva, las mujeres han recorrido un camino muy extenso en la lucha por sus derechos a lo largo de las décadas y, aunque han avanzado mucho en su reivindicación en todos los aspectos de la sociedad, poco a poco están más cerca de conseguir no ser el sujeto de opiniones en artículos como este.

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