Un día con la hermandad del Rocío de Cádiz

La Virgen del Rocío luce en sus andas para que los fieles devotos celebren día de Pentecostés (Imagen de: @HdadMatrizRocío)

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La idiosincrasia andaluza está repleta de imágenes a las que se le tiene una cariño especial por aquellas personas que por tradición, devoción y convicción que tanto se han arraigado a una sociedad como la del sur de España.  Por ello, ¿cómo se vive desde dentro de una familia, grupo de amigos o incluso de una hermandad estos fuertes sentimientos que mueven a miles de personas cada año?. Pues bien, una de esas imágenes se encuentra en la provincia de Huelva, y es la culpable de que ciento de miles de personas viajen hasta su ermita en Pentecostés para rendirle tributo, ella es la Virgen del Rocío.

La Blanca Paloma, una devoción que traspasa fronteras

En la localidad onubense de Almonte, se encuentra una pequeña aldea a la que se accede por un camino que bordea el Parque Nacional de Doñana, en ella se encuentra la ermita de la Virgen del Rocío, esa misma Virgen que le da nombre a la aldea de los almonteños.

Es una de las grandes pasiones que hay en Andalucía y que traspasa fronteras más allá de Huelva, tanto es así que existen hasta 127 hermandades filiales en distintos puntos de España que rinde homenaje a la ‘Blanca Paloma’. Por lo que cada primavera, miles de devotos se embarcan en una peregrinación llena de fervor y esperanza hacia la aldea de El Rocío, en Huelva. Entre ellos, la Hermandad de Cádiz que reside en la parroquia de San José. 

Sus hermanos, unidos por un profundo sentimiento hacia la Virgen del Rocío, inician su peregrinación semanas antes de la romería. Los preparativos, reuniones, la preparación de las carretas, la partida entre cantos y rezos… Todo ello será el sello de identidad de una cofradía gaditana que tiene su destino en Huelva.

La hermandad rociera de Cádiz, una charla con su tesorera

La Hermandad del Rocío de Cádiz, aunque tiene registros desde 1939, se formalizó en 1979 cuando Antonio Sánchez Sánchez organizó una reunión en la peña flamenca “Enrique el Mellizo”. Asistieron 100 personas y decidieron formar una junta organizadora para estar presentes cada Pentecostés en Huelva. En mayo de 1981, el Obispo de Cádiz y Ceuta,  Antonio Dorado Soto, aprobó oficialmente la hermandad. 

La primera romería de la hermandad ocurrió del 31 de mayo al 6 de junio de ese mismo año, incluyendo una misa en la parroquia gaditana de San José y una procesión a Sanlúcar de Barrameda, cruzando de este modo, el Guadalquivir hacia el Coto de Doñana. La hermandad llegó a la ermita del Rocío el 6 de junio, presentándose con una carreta sencilla adornada con flores. Durante la romería, los hermanos acamparon en terrenos adquiridos previamente y algunos se alojaron en tiendas cedidas por la Marina o incluso en casas alquiladas.

En el presente y tras 40 años sin cese a su peregrinación (excepto por los años marcados por el COVID-19), la hermandad rociera gaditana sigue su curso cada año para realizar esa partida a tierras onubenses.  Por ese motivo, la junta de gobierno en su totalidad junto a la colaboración de los hermanos más longevos y jóvenes preparan su salida hacia la aldea en la previa de Pentecostés. 

Blanca Jiménez, tesorera de la hermandad filial del Rocío en Cádiz, lleva toda una vida peregrinando a tierras almonteñas cada primavera. “”Desde que tengo memoria, el Rocío ha sido una parte esencial de mi vida, mis abuelos y mis padres me llevaban cada año a la romería y me enseñaron a rezar y cantar a la Virgen del Rocío. Recuerdo aquellas madrugadas, cuando salíamos antes del amanecer, y la emoción que sentía al ver a la Blanca Paloma.”, explica.

Blanca Jiménez, tesorera de la Hermandad del Rocío, junto al obispo de la Diócesis de Cádiz y Ceuta y a la junta de gobierno de la hermandad (Imagen de: @HdadRocíoCádiz)

Muchos gaditanos viajan con vosotros a la aldea de Almonte para orar y contemplar la imagen, y muchos otros incluso participan en la procesión que celebra la hermandad de San José en septiembre en tributo a la ‘Reina de las Marismas’.

“El factor humano es crucial en nuestra peregrinación, desde los más jóvenes hasta los mayores, cada persona desempeña un papel vital. Hay quienes se encargan de la logística, quienes preparan la comida, quienes cuidan de los más pequeños y quienes nos animan con sus cantos y oraciones. Es un esfuerzo colectivo donde cada acto de generosidad y dedicación cuenta.”, comenta Blanca. 

“La unión y el compañerismo que se viven durante el camino son realmente conmovedores”. “Es en esos momentos de esfuerzo compartido, de superar juntos las adversidades del camino, donde se fortalece nuestro sentido de comunidad. Cada sonrisa, cada gesto de ayuda, cada oración compartida, nos acerca más no solo a la Virgen, sino también entre nosotros.”, explica. 

Es de las imágenes más veneradas en Andalucía. Pero imagino que para los devotos es algo más que una talla de una Virgen, ¿qué significa verla cada año en Pentecostés?

“La peregrinación y la llegada a su santuario son un viaje tanto físico como emocional porque a lo largo del camino encontramos fortaleza en nuestra comunidad. Y al final, al ver a la Virgen, sentimos una profunda paz y alegría. Es un momento de pura devoción y amor, que fortalece nuestro espíritu y nos une aún más como hermandad.”. “Para nosotros, la Virgen del Rocío no es solo una figura sagrada; es un símbolo de esperanza, de amor y de fe inquebrantable,”. “Verla cada año en Pentecostés es una experiencia que nos llena de energía y nos recuerda la importancia de mantener viva nuestra tradición y nuestra fe.”, concluye. 

Después de estos testimonios de fe, sale el caso de Francisco Vidal. Un joven, que recorre los 200 kilómetros que separan Cádiz de la aldea junto a la hermandad por tradición familiar. 

Francisco explica de dónde procede su devoción para recorrer la distancia existente entre ambas ciudades en pleno mes de mayo.  “Me viene de mis abuelos, ya que ellos eran almonteños y vivían relativamente cerca de la aldea de el Rocío, pero tuvieron que emigrar por cuestiones laborales hasta Cádiz ”, nos cuenta ¨Curro¨. 

Por último, Francisco comentaba que este año será especial ya que su abuelo se encuentra débil debido a su edad, por lo que será la primera vez que no viaje a Huelva en Pentecostés. “Le pediré mucha salud, tanto para mí como para los míos. Y le daré las gracias por todo lo bueno que les pase a mis seres queridos, porque yo sé que ella los protege en todo momento”.

Las costumbres en Andalucía son muy populares debido a que se mantienen intactas con el paso de los años. Siendo la romería de el Rocío una de las más conocidas, convirtiéndose en una cita fundamental dentro del calendario de cualquier cofrade. Muchos andaluces desearían partir alguna vez en sus vidas para disfrutar una convivencia sana entre los hermanos que se desplazan a la aldea, pero sin olvidarse del sentimiento que nace de ellos para visitar a la Blanca Paloma. 

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