Entre las miles de declaraciones que nos han ido dejando en esta primera mitad de temporada entre jugadores, técnicos y directiva siempre recuerdo aquella que Iván Alejo dijo en octubre ¨Somos el Madrid o el Barça de Segunda División¨.
No seré quién juzgue esas palabras del extremo, ahora reconvertido a lateral por Paco López en su intento por revertir una destitución que parece más que evidente tras una nueva derrota, pero la clasificación dicta algo totalmente contrario a lo que el jugador vallisoletano declaró hace unos meses. Yo le recomendaría cambiar esa frase a ¨Somos el Trebujena o Chiclana de Segunda División¨.
Desde luego, esta temporada esta resultando ser un calco de la anterior a nivel deportivo, pero el presidente está prefiriendo desviar estos asuntos para señalar a una afición que demasiado está aguantando este último año, aún teniendo el propósito de transmitir su último aliento a los suyos. Aunque estos ni lo merezcan, ya que algunos se dan golpes de pecho, enfrentándose a su afición como hemos visto esta campaña.
En la mente de los cadistas quedan los casos de Fali, Iza Carcelén o Iván Alejo que, a pesar de su nivel espantoso sobre el verde este último año, han reprochado la actitud de la afición en las gradas. Quizás, les vendría bien tener de ejemplo a su capitán, Álex Fernández, que ha recibido muchas críticas desde su debut en Primera División con el equipo, pero que ha trabajado con la cabeza agachada todo este tiempo. Ahora podemos ver un mejor desempeño en el campo por el mediocampista. Bien por Álex.
Paco López ha demostrado no estar a la altura. Tal vez, se arrepienta de acceder a las propuestas que Manolo Vizcaíno le ofreció el pasado verano para el proyecto de Segunda División. Un proyecto que se le veían las costuras desde la pretemporada con pocos fichajes del perfil del nuevo técnico y manteniendo en gran parte el bloque de futbolistas que descendió. Queda en evidencia la responsabilidad de Paco López, ya que fue quien dio su beneplácito a unas operaciones que, lejos de fortalecer al equipo, terminaron de condenarlo a un posible nuevo descenso. Sin entrar en detalle sobre las probaturas que no han acabado de consolidarse en la plantilla desde el inicio de la liga.
Ahora con la destitución de Paco López es oficial la llegada de Gaizka Garitano. ¿Necesita el Cádiz un entrenador que firmó el año pasado 19 partidos sin ganar con un Almería que acabó perdiendo la máxima categoría?.
Es indiscutible que el ¨Submarino Amarillo¨ se hunde y no parece que haya ningún capitán al mando. Un club centenario por el que han pasado muchos jugadores, entrenadores e incluso presidentes. Pero en el que queda latente quienes nunca abandonarán este submarino, por mucho que las cosas se pongan feas. Esos son y serán los cadistas.