El costalero, la principal imagen de la Semana Santa moderna
La Semana Santa sevillana se compone de miles de personas que cada año realizan un trabajo y esfuerzo titánicos para sacar las cofradías a la calle durante este tiempo tan especial para la ciudad. Todas ellas son imprescindibles ya que estas funciones son pequeños eslabones de una cadena muy larga que culmina el Domingo de Resurrección. Se podría decir que el componente más reconocido por todo el mundo como bastión de la Semana Santa andaluza es el nazareno, pero existe un grupo de personas con las que sin ellas, no se podrían sacar los pasos a la calle, los costaleros son los pies de los pasos procesionales de toda Sevilla y su provincia, llegando a crear todo un submundo alrededor de ellos en el universo gigante que abarca esta fiesta.
Los Costaleros en Sevilla
A pesar de su actual popularidad, la figura del costalero tal y como la conocemos actualmente tiene a penas unos 50 años, los pasos procesionales en la ciudad empezaron a ser portados por profesionales de los muelles de carga que utilizaban sacos de café para no hacerse daño en el cuello cuando realizaban su trabajo. Estos eran los costaleros asalariados que existieron a lo largo del S.XX en la capital andaluza, debido a la devoción por las imágenes y al creciente número de hermanos que querían portar a sus titulares, en el año 1973 la Hermandad de Los Estudiantes procesionó con la primera cuadrilla de costaleros formada íntegramente por hermanos, realizándose en el paso del Cristo de la Buena Muerte. Todo esto da pié a que todas las hermandades de la ciudad fueran introduciendo este tipo de cuadrillas para llegar hasta hoy, donde todas las corporaciones permiten hermanos costaleros excepto una, la Hermandad de Santa Marta cuya cuadrilla de su único paso está formada por costaleros profesionales.
Lo que más sorprende es la masificación de costaleros que las hermandades han ido sufriendo a lo largo de los últimos 20 años, esto se puede ver perfectamente en las famosas “igualás” que es donde se miden a los costaleros para encuadrarlos dentro de las trabajaderas de los pasos. Este proceso, que sirve también para dar entrada a los aspirantes nuevos que quieran pertenecer a la cuadrilla, es una auténtica quimera a día de hoy llegándose a presentar hasta 400 personas para entrar en un solo paso. Los costaleros actuales mendigan un puesto hasta en la menos popular de las hermandades con tal de llevar por bandera que sacan un paso en la semana santa más popular del mundo, una especie de prostitución de la fe que les ocurre principalmente a los más jóvenes aunque también los haya de los que tienen tablas ya dentro del mundo del costal.
Aunque esto parezca algo excepcional en la ciudad de Sevilla, dentro de los pueblos de la provincia también se ven estampas similares, incluso esto es acrecentado por los capataces de la capital que sacan cofradías en estas localidades y que las utilizan para que los nuevos aspirantes en sus pasos les hagan favores sacando estos otros cortejos. Se podría estar hablando de una red de costaleros gigante que van bailando por toda la provincia con el simple objetivo de acompañar en las trabajaderas a las imágenes con más seguimiento de toda Andalucía.
Jóvenes aspirantes
Son los jóvenes costaleros el punto de inflexión de estás polémicas y cambios dentro de la Semana Santa, esto se debe a que cualquier chaval de 18 años recién cumplidos se presenta en las frías noches de Enero y Febrero dentro de cualquier casa hermandad con el objetivo de echar a suertes su presencia debajo de un paso en la semana mayor de la provincia de Sevilla, esto quiere decir que, aunque haya un pequeño porcentaje que lo haga por devoción a sus imágenes, la mayoría van a todas las pruebas posibles para ver donde son aceptados para hacer estación de penitencia. Algunos de estos jóvenes llegan a presentarse a una veintena de igualás por año para formar parte de este mundillo y empezar a formarse como costaleros, esto perjudica enormemente a la contraparte anteriormente mencionada que solo buscan sacar las imágenes a las que les tienen devoción y de las cuáles son hermanos de la corporación, estos tienen que verse en algunas ocasiones en las mismas condiciones que todos y tardan muchos años en entrar en su hermandad de toda la vida por culpa de la alta demanda de sitios debajo de los titulares.
En el resto de la provincia, aunque en menor medida, también ocurre este fenómeno, si es verdad que al ser corporaciones más reducidas por el número de habitantes existe una familiaridad dentro de las hermandades que hacen que se sepa quién realmente desea entrar en las cuadrillas por devoción a las imágenes y no solo por pasear el costal. “Yo en Sevilla solo sacaría un paso que es el Señor de La Paz, pero nada más, no me gusta eso de ser un ‘sacapasos’” declara Sergio Martínez García, costalero de la Virgen de la Soledad de la hermandad del Gran Poder de Los Palacios y Villafranca, estos comentarios son muy comunes por parte de los costaleros que sí sacan las procesiones por devoción en sus corporaciones, y este fenómeno se considera algo bastante extraordinario a día de hoy.
Según Diario de Sevilla y los datos oficiales de las hermandades de San Gonzalo y La Esperanza de Triana, este año se han presentado entre 180 y 200 costaleros para poder salir en semana santa, además, esto cobra una magnitud más grande cuando se sabe que para salir en estas cofradías de costalero hay que ser hermano y tener una antigüedad de al menos cinco años para poder asistir a esta prueba, es decir, se puede imaginar como de masivas serían estas igualás si no existieran tales restricciones.
¿Cuál es el verdadero motivo?
Pero cuál es el por qué de que ocurra esta masificación dentro de esta fiesta, muchos costaleros realizan esta actividad por propia devoción a sus imágenes y esperan impacientes a sus 18 años para poder realizar estación de penitencia con sus titulares, pero existen muchos más motivos por los que una persona se anima a hacer dicha actividad. Es aquí donde nace el hobbie de sacar pasos, lo que se enlaza con lo mencionado anteriormente, personas que tienen la fuerza física necesaria y que realizan la labor de forma más que profesional se meten bajo las trabajaderas durante prácticamente toda la semana santa con el objetivo de satisfacer es disfrute y el entretenimiento de llevar una cofradía con los amigos que se obtienen en este mundillo.
Aunque existe el último tipo de costalero, el que principalmente se lleva el foco de las críticas y de la mayoría de polémicas dentro de la semana mayor de la capital hispalense, costaleros que no pertenecen a la ciudad y que apenas han visto en persona más de dos hermandades vienen en masa para probar en las igualás por el simple hecho de decir que sacan un paso en Sevilla, ese afán de protagonismo es una plaga que se está expandiendo y que cada vez más capataces están intentando eliminar para que las hermandades puedan conservar su dignidad en la calle. Esto ha conseguido que el circo mediático sobre los costaleros sea aún más grande y que lejos de terminar o de verse su fin, esto solo haya hecho más que empezar, la masificación se irá incrementando y la incertidumbre de que si un costalero saca un paso por devoción o por tiempo libre sea algo habitual en la fiesta más importante de la ciudad de Sevilla.