De la expectación a la indignación
Como habéis podido comprobar en la anterior noticia, la III edición del Mangafest Sevilla dio para mucho, pero no todo fue bueno.
El sábado 22 de noviembre se vivieron momento de mucha tensión en las puertas del Palacio de Congresos y Exposiciones de Sevilla (FIBES).
Allí se encontraban reunidos multitud de aficionados al manga, al anime, a los videojuegos… y en general a la cultura japonesa, la mayoría con las entradas compradas desde hacía bastante tiempo, procedentes además de muchos puntos de la comunidad andaluza.
La mañana transcurrió con total normalidad, pero entorno al medio día, la cantidad de asistentes que se concentraba en la explanada del recinto superaba las 2000 personas.
En otros medios de comunicación se han publicado cosas como que fue la organización del evento la que llamó a la policía; que el aforo se había superado, incluso que la policía había lanzado tiros al aire.
También se ha especulado, tanto por parte de las personas que allí se encontraban como en los medios de comunicación, con que se habían vendido bastantes más entradas de las que el recinto podía albergar. 34000 entradas se puede leer en algunos sitios. Pero además se ha dicho que dentro había unas 24000 personas.
Si lo lees con detenimiento y si eres uno de los que tuvo la oportunidad de estar allí se ve que es un disparate.
La organización de Mangafest también ha desmentido todo esto en un comunicado oficial publicado en su página web. En él también se comunicaba que todo aquel que el sábado no pudo entrar al recinto podría hacerlo el domingo mostrando su entrada, siempre respetando el aforo del pabellón.
Incluso hemos podido hablar con voluntarios que estuvieron allí aquella tarde y nos confirman que en ningún momento se superó el aforo permitido, ni se rozó. Es más, Cristina Domínguez, voluntaria del festival nos cuenta que “Una vez lo confirmaron, decidieron dejar pasar a gente poco a poco. No fue posible. Entraron en avalancha. Tiraron objetos a la policía. Les insultaron. Agredieron, escupieron e insultaron a personal de la organización, y no sólo a voluntarios. La policía se impuso y dijo HASTA AQUÍ.Nadie entraba y sólo salían.”
Se ha podido leer de todo, pero este periódico estuvo allí y contamos las cosas desde lo que vivimos.
El sábado a eso de las 16:15 de la tarde, las colas de espera para entrar al recinto llegaban a la puerta de entrada de la calle y en los alrededores también había muchísimas personas.
En la puerta de entrada a lo que es el pabellón había tal cantidad de personas que se creó un tapón que no permitía ni acceder ni salir de allí.
Nos acercamos a la salida de emergencia para preguntar al guardia de seguridad que estaba pasando ya que en ningún momento pudimos acceder a los responsables del evento. Éste nos comunicó que le había “ordenado” no dejar entrar a nadie, ni siquiera para ir al baño.
Los ánimos estaban bastante caldeados en la explanada. Con cánticos como “no hay pan para tanto chorizo”, “queremos entrar”, “esto es un timo” y otros que no me parece oportuno reproducir, los allí concentrados exigían que les permitieran entrar al recinto.
Ya fuera del tapón de la entrada, paseando por la explanada y hablando con algunas personas nos dicen que quieren que se les devuelva el dinero de la entrada. Algunos nos cuentan que vienen de Cádiz y otras provincias andaluzas solo para ver el festival. Nos encontramos también que muchos han hecho carteles pidiendo su entrada.
Otros muchos nos mostraban un sello azul en sus manos muestra de que ya habían entrado al recinto, habían salido a comer o simplemente a tomar el aire y ya no pudieron volver a entrar.
Nosotros tampoco pudimos acceder al interior del recinto pero el exterior nos dio para mucho.
Cristina también cuenta en su Facebook que las colas para entrar al recinto se mezclaron y que muchos se colaron, algunos de ellos sin entrad, lo que ocasionó el tapón en la entrada y el consecuente cabreo de los que sí tenían entrada.
Tanto la organización del evento como algunos voluntarios han pedido disculpas a los afectados por lo sucedido en la tarde del sábado y han asegurado que se devolverá el dinero de las entradas.
Después de todo lo sucedido y de los malos tragos pasados, la organización ha emitido un comunicado agradeciendo a invitados, colaboradores y sobre todo voluntarios su ayuda y colaboración en todo y promete que habrá un Mangafest 2015.