Una catástrofe anunciada

David, Policía voluntario

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El 29 de octubre de 2024 será recordado como un día negro para Valencia y toda la Comunidad Valenciana. Este día, la región sufrió la que ya ha sido denominada, la mayor catástrofe natural en su historia reciente. Con al menos 211 personas fallecidas, 93 desaparecidas y casi un millón de damnificados, la DANA dejó una estela de destrucción y tragedia sin precedentes

Días previos a la catástrofe

Desde el 23 de octubre, la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) había emitido avisos sobre la formación de una DANA que amenazaba con descargar lluvias torrenciales en la región. Sin embargo, las alertas rojas de “peligro extremo” no llegaron a los dispositivos móviles de los ciudadanos hasta las 8:12 de la noche del día 29, cuando la inundación ya había provocado el desbordamiento de ríos y barrancos y muchas personas luchaban desesperadamente por sus vidas.

El día de la tragedia

La mañana del martes, ya con la máxima alerta sobre la región, Valencia comenzó a inundarse rápidamente. Vecinos de localidades como Torrent, Chiva y Benetússer relataron en redes sociales el avance devastador del agua. Para las 18:30, el caudal de la rambla del Poyo había alcanzado los 2.000 metros cúbicos por segundo.

Sara Pastor, vecina de Torrent, relató a “El Debate” cómo ella y su padre escaparon de ser arrastrados al encontrar refugio en un camión. Sin embargo, el rescate de cientos de personas fue accidentado. Muchas, incluso, se vieron obligadas a despedirse de sus seres queridos, atrapados en medio del caos, como Sarai quien aseguro a la televisión regional ‘À Punt’, que perdió a su padre en un intento de salvar a sus nietos subiéndolos al techo del coche.

Tardía respuesta gubernamental

Uno de los puntos más polémicos tras la tragedia ha sido la gestión de la emergencia por parte del Gobierno regional de Carlos Mazón, quien, según testimonios y reconstrucciones de medios locales, no llegó a la reunión de emergencia hasta las 19:30. Esto generó un retraso en la activación de los sistemas de alerta masiva. Salomé Pradas, encargada de gestionar emergencias, reconoció que desconocía el funcionamiento del sistema de alertas.

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Las acusaciones de negligencia no tardaron en hacerse eco, con numerosas críticas que tachan de “abandono” la falta de coordinación y respuesta oportuna por parte de las instituciones españolas.

Historias de solidaridad.

Pese al desamparo institucional, la tragedia también mostró lo mejor del espíritu humano. David, un policía nacional, viajó de forma voluntaria a Valencia después de conocer la noticia. David describió un escenario apocalíptico, donde la sociedad civil fue quien tomó las riendas de la ayuda en los primeros días. “La gente sacaba barro y agua de sus casas, y eran pocos los militares y fuerzas de seguridad visibles; todos eran civiles y voluntarios”, recordó.

Este trabajo de personas de todas las edades y orígenes fortaleció la fe en la humanidad de muchos como David, quien, tras más de quince años de servicio, aseguró que nunca había sentido una solidaridad tan palpable. La unión se extendió también a quienes ofrecieron ayuda desde la distancia. Aroa, psicóloga y residente de otra región, ha brindado apoyo gratuito a quienes necesitan desahogarse y procesar emocionalmente.

Aroa explicó que su principal preocupación es el sentimiento de culpa que afecta a muchas personas. Los supervivientes y aquellos que han perdido a familiares están lidiando con un peso emocional difícil de sobrellevar. En muchos casos, la falta de intervención temprana dejará secuelas psicológicas que necesitarán atención prolongada, un proceso que será clave en la reconstrucción personal y colectiva de quienes se han visto afectados

Aprendizajes de la tragedia

Más allá de la devastación material, la tragedia en Valencia ha dejado un mensaje claro: la necesidad de una infraestructura de emergencia mejorada y un protocolo de comunicación rápido y eficiente. La “sensación de abandono” expresada por muchos valencianos subraya una falla en el sistema que debe ser atendida para evitar que historias similares

Los días posteriores a la tragedia han dejado imágenes de escombros y de un pueblo que lucha por salir adelante, pero también un dolor indeleble que necesitará del apoyo de toda la sociedad. Las autoridades han prometido investigar y responder a las fallas de coordinación; Sin embargo, la reconstrucción no será solo material. El espíritu de comunidad y la solidaridad entre valencianos y el resto de España serán vitales para que esta catástrofe sea recordada no solo como una tragedia, sino como un momento en que la humanidad, recalca Aroa.

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