El problema en la zona ofensiva del Sevilla durante esta temporada es algo más que evidente. Solo Lukebákio está siendo la nota positiva en la franja atacante del equipo andaluz, donde el belga está tirando del carro en este comienzo de campaña anotando hasta cinco tantos en los 12 partidos que ha disputado. Pero estamos hablando de un jugador que su desmarcación no es la de ‘9’ referencia, sino de extremo, lo que hace sobrepensar más aún que es lo que ocurre con los delanteros de la actual plantilla del cuadro sevillista.
Isaac Romero y Kelechi Iheanacho son los dos futbolistas que ocupan esa posición en el terreno de juego, y hasta día de hoy, ninguno de los dos han visto puerta en competición liguera en las 13 primeras jornadas que se han jugado. Un problema gravísimo que va acompañado de la mano de la actual situación del club sevillista, marcado en la irregularidad y la tensión por no bajar a la categoría de plata del fútbol español por tercera temporada consecutiva. Son muchos los que achacan este rompecabezas a la gestión de la actual dirección deportiva, y no hay que quitarles ni una coma, la situación económica del club imposibilita realizar fichajes de ‘dinero’, y eso en el fútbol de hoy se paga muy caro, sobre todo en el caso del delantero centro. Son pocos los clubes en el mundo con grandes aspiraciones que no tengan en sus filas al menos un delantero donde se haya realizado una inversión importante, pero en el Sevilla, sea por lo que sea, no se ha apostado fuerte por una demarcación del campo que demanda eso, dinero.
Se ha apostado por darle continuidad al canterano Isaac Romero, que esta temporada no consigue entrar en la buena dinámica que sí atravesó durante el pasado año, y también se ha invertido en el fichaje de Kelechi Iheanacho, que pese a que venía como ‘agente libre’, el jugador nigeriano tiene una ficha importante que el club nervionense ha tenido que sopesar y embolsarse una buena cantidad de dinero. Dos jugadores que actualmente no están demostrando tener nivel para un Sevilla que tiene que darle la vuelta a una situación crítica y que si tuviera que depender de estas dos figuras, no está para nada asegurado un buen futuro para el equipo entrenado por García Pimienta.
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