Altobrasa: Entre carbón y tradición

Entrar en el Mercado de Triana a la hora de comer es un impulso para los sentidos: el ruido de la gente, el sonido de los cubiertos y el olor de los bares y restaurantes se mezclan en el ambiente. En uno de los puestos, destaca el olor a brasas. Altobrasa no necesita carteles: sus chuletones lo dicen todo.
El local es sencillo y directo: mesas básicas y un mostrador pequeño desde donde se visualiza como el cocinero controla el tiempo de preparación de la carne con sumo cuidado. La carta es variada con entrantes frescos y diversos tipos de carnes a la brasa destacando con los productos tradicionales.
La ensaladilla es un buen comienzo: suave, equilibrada y hecha en el mismo día, servida en una ración generosa y fresca.
Mientras llega el plato principal, se puede ver cómo la carne pasa de las brasas al plato. Aquí no hay espectáculo, solo trabajo bien hecho. Pedimos el chuletón de Angus que destaca por su gran sabor, una carne de primera calidad con un interior rojo y jugoso, acompañada por tres cuencos con diversos tipos de sal, siendo un plato que no necesita más.

Chuletón de vaca Angus/ Alba García
De postre, el Gouxa, un guiño a la tradición vasca que combina nata, caramelo y bizcocho empapado en almíbar. Un final muy dulce y ligero.
Altobrasa ofrece lo que promete, brasas, buena carne y un servicio acogedor. En un mundo donde a veces la cocina se complica demasiado, aquí todo es sencillo. El fuego y el sabor son los protagonistas.
Ubicado en el Mercado de Triana (Plaza del Altozano s/n), ofrece platos a un precio medio de 30 euros por persona, bien invertidos. Abre todos los días excepto los lunes.
