Arantxa es una joven que a punto está de convertirse en policía. Su expediente es virgen, aún no es nadie. Por ello, ella será la elegida para combatir al mal que no cesa en España, la ETA. Ante una operación policial que pasa por enfrentar este problema desde dentro, el jefe de la Policía Nacional -papel interpretado por el ya más que consagrado Luis Tosar-, selecciona a varios jóvenes que a punto están de empezar su andadura en el cuerpo de seguridad. Se da por satisfecho con que uno de ellos sea capaz de aguantar infiltrado en el grupo terrorista.
Este thriller narra la historia real de la única mujer capaz de ser espía desde las entrañas de ETA. Una tarea que en principio ilusiona a Arantxa, pero que tras seis años haciéndose pasar por camarera en un bar de Donosti frecuentado por la izquierda Abertzale, la misión empieza a pesarle. Sus informes ya han servido de mucho para la Policía Nacional, pero a qué precio. Lleva seis años escondiéndose, sin ver a su familia, es alguien sin identidad.
Es en ese momento cuando la oportunidad de ser una pieza clave llama a su puerta. Consigue que su jefe confíe en ella y le pide que esconda a uno de los cabecillas del grupo terrorista tras provocar un atentado. Es cuando Arantxa tiene en sus manos desarticular uno de los comandos más activos de ETA, el de Donosti, y ella es la única infiltrada que aún no ha sido descubierta.
Cartel de ‘La infiltrada’
A partir de ahí (no es mi intención hacer spoilers), la película trata sobre una operación con la que se consigue poner una de las primeras piedras para la disolución de ETA, con la expectación y la incertidumbre como protagonistas por lo que significa vivir con el enemigo en casa. Para Arantxa casi parece más difícil acordarse de quién es que participar en las manifestaciones y ser cómplice de los atentados al grito de “gora ETA”.
La mirada en Carolina Yuste
La extremeña vuelve estar a la altura. Tras interpretar películas de éxito como ‘Hasta el cielo’ o ‘Las leyes de la frontera’, Carolina se presentaba quizás ante el reto más complejo e importante de su carrera. Ser la protagonista de uno de los thrillers del año de la mano de un actor tan consagrado en el cine español como Luis Tosar.
No es necesario ser crítico de cine para distinguir que uno de los rasgos más impactantes de Carolina en la actuación es su mirada. Unos ojos tan reales que emocionan, que te llevan a sentir exactamente lo que el director de la película pretende que el espectador sienta. Así, ella es la clave para representar lo que supone ser una infiltrada, un topo, dejar tu vida a un lado para entregarla a tu trabajo, desaparecer.
Carolina, con Arantxa, muestra el papel de una mujer guerrera y luchadora, que con tan solo 20 años partió de casa con un fin y que, pese a tener que enfrentarse con su jefe dado el peligro de la situación, decide llegar al final. En la selección de policías recién salidos de la academia que el jefe presenta al ministro de Interior, la posibilidad de que una mujer fuera capaz de ser útil en futuras operaciones causó discrepancias. Tantas que aprobó la operación con el pero de que la chica no fuera ni siquiera tanteada, en cambio, fue la única que permaneció escondida y fue fundamental.
‘La infiltrada’ es una película emocionante y fácil de seguir, sin más. Explica los conflictos de ETA sin entrar en detalle, basándose en la historia de Arantxa. Quizás algo plana para algunos, con un final que para la mayoría no estará a la altura de la vida llevada a cabo por la joven infiltrada. El contexto es perfecto para entender -sobre todo los más jóvenes- lo que supuso este grupo terrorista en el país y como hizo tambalear a toda la sociedad española; aunque para ello sería mejor leer a Fernando Aramburu en ‘Patria’.