Opinión: ‘Espléndida Pasión’ ¿Una obra literaria o un golpe de realidad?

Julie Pottinger, más conocida como Julia Quinn, es una escritora de origen estadounidense nacida en 1970. Desde muy pequeñita mostró su interés por la literatura y especialmente por la escritura. Se caracteriza por sus novelas de romance histórico. Sus últimas diecisiete se encuentran dentro de los libros más vendidos. Además, una de sus obras literarias ha sido traspasada a la gran pantalla con la serie ‘Los Bridgerton’
Como datos curiosos destacar que, en 2007, 2008 y 2010 ganó el premio Romance ‘Writers of America’ y se encuentra dentro de los dieciséis autores que ingresaron al salón de la fama de la RWA.
Como podemos ver Julia Quin es una gran novelista y ha escrito grandes libros, pero hoy hablaremos de la novela ‘Espléndida Pasión’. Un libro definido como novela romántica e histórica, centrada en 1816. Narra en primera persona la vida de Emma Dunster, la protagonista. Una joven estadounidense criada en Boston, proveniente de una familia adinerada; hija de un empresario. Su padre se dedica al navío y ella desde bien pequeñita tenía decidido que en algún momento esa empresa sería suya, así que debía tener los conceptos aprendidos. Siempre con el apoyo familiar.
Pero ¿Qué pasaba en la alta sociedad durante esos años? Como era normal por entonces, las “mujercitas” en aquella época no trabajaban. Se enamoraban de un caballero, se casaban, tenían hijos, los cuidaban y mantenían la casa. Así que, el hecho de que Emma quisiera ponerse al mando de la empresa ya era tema de “chisme”. Por este motivo, el padre mandó a su hija a Londres, donde vivían algunos familiares suyos de la alta sociedad; como su tía, el tío, su prima y su primo, los Blydon.
Al cambiar de aires el objetivo primordial era que Emma olvidara el tema por un tiempo y que pudiera encontrar un buen marido, o eso era al menos la intención del padre. En aquel momento la mayoría de los matrimonios eran pactados, con el fin de mantener o mejorar sus bienes. En un principio, le sentó muy mal la decisión de su padre. Le molestó mucho pero finalmente accedió a partir, ya que no le quedaba otra alternativa. La relación con su progenitor e hija era preciosa y muy buena, este hecho hacía que aumentara la pena que sentía Emma al irse.
A la protagonista se la describe como una persona muy educada, inteligente, dulce, agradecida, divertida… la cual cosa le provocaba indiferencia frente las reglas londinenses, que las damas debían seguir a la perfección. Con estos datos ya sabemos que Emma destacará en la sociedad de Londres. Al llegar a la maravillosa ciudad inglesa, desde un primer momento, siente que no encaja y que no encajará nunca. Se asienta en la casa de sus primos, con los cuales se lleva de maravilla, Emma en todo momento afirma amar a su prima Belle.
Durante los primeros días sus tíos celebran comidas y cenas de alta categoría e invitan a personas importantes, a partir de ese momento Emma empieza a ser presentada a la sociedad, como tenía que ser en aquel entonces. Antes de empezar con la presentación Emma estaba muy aburrida en la casa de sus primos, así que le dijo a Belle que quería ver la ciudad, pero esta se negó enseguida. Según ella estaba mal visto que dos niñas andaran solas por la calle, y además las de la alta sociedad, argumentando que podrían sufrir un robo o algo peor. Ella no le hizo mucho caso… porque se vistió de sirvienta para pasar desapercibida entre la gente y salió por la puerta de la cocina, Belle era consciente de lo que había hecho su prima.
Todo iba bien hasta que de vuelta Emma, por valiente, sufrió un pequeño accidente. Y en ese altercado conoció al duque Alex Ridgey, el protagonista masculino de la obra literaria. Se le describe como un hombre con mucho poder adquisitivo, atractivo, rancio al amor y al matrimonio. En un primer momento, el duque se quedó sorprendido por esa melena pelirroja que escondía la tela y esa piel blanca como la nieve, pero solamente eso. En ningún momento se podría dar la ocasión de que un duque y una posible sirvienta se enamoraran, igualmente ninguno de los dos sabía nada del otro. Tras llegar Emma a la casa acompañada por el duque, que insistió en escoltarla hasta ahí para asegurarse de que llegaba bien, Belle fue corriendo hacía ella.
Era casi la hora de la fiesta de bienvenida y ninguna de las dos estaba lista, corriendo se arreglaron y bajaron al salón donde la gente se estaba acomodando. Belle destacaba, era criticada y reñida por su escote, que según la sociedad “enseñaba de más”, y Emma llamaba la atención por su simple elegancia. Tras unas cuantas presentaciones y un agudo dolor de pies por los tacones Dunster se quería ir, pero llega el momento en que su primo le presenta al Duque, Alex Ridgey. En el segundo se cruzan las miradas y ambos se reconocen, pero ninguno de los dos dicen nada, principalmente por parte del duque, porque este sabe que la gente hablaría mal si supiera que una dama como Emma había ido vestida de sirvienta. Además de haber estado con un figura masculina. Ella no dijo nada porque sabía que lo que había hecho no era lo “correcto”. En ese instante y sin darse cuenta los dos protagonistas empiezan un romance.
A lo largo de la historia podemos observar como Julia Quinn es una magnífica escritora, abarca todos los detalles habidos y por haber, además, transmite el concepto de “romanticismo empedernido”. Transporta al lector desde la primera palabra hasta el final del libro a la época donde se sitúan los protagonistas. Como hemos podido observar, la sociedad en aquel entonces era muy machista, la mujer era definida como una “Cosa” que debía ser perfecta, impoluta y cuando más “tonta” mejor. Una mujer culta en un matrimonio no era conveniente, para ese entonces.
Los matrimonios en muchísimas ocasiones, según la autora, son preestablecidos sin el consentimiento de la mujer pero sí del hombre. En esos momentos el papel de la mujer debía ser inmaculado y de esta manera preservar su virginidad para el hombre. Así es como Emma tenía miedo de que la sociedad supiera su encuentro con el duque, ya que su reputación sería dañada al igual que la de su padre, había muchas cosas en peligro. Quinn no se si escribe sobre esta época para realizar indirectamente una crítica, pero yo como lectora me he ido fijando en estos hechos, de como había un desprecio hacia la mujer de alta clase y aún más de clase baja.
La sociedad durante toda la historia toma un papel fundamental, y es que, llega a ser un jurado crítico para los ciudadanos y más aún para los que forman parte de la alta clase. Julia define a una sociedad racista que por desgracia se parece mucho a la actual.
Hablo mucho de esa época, hace doscientos siete años desde 1816, ha pasado mucho tiempo pero la sociedad no ha cambiado tanto. Aunque debería. Me refiero al papel de la mujer y la importancia que tiene el hombre, la sociedad y la educación.
Hoy en día, en nuestra cultura no hay matrimonios preestablecidos pero en otras, sobretodo en las asiáticas, si existen. Soy mujer y puedo dar gracias de que en mi familia y en mi país es posible ser propietaria de un negocio y no depender de ningún hombre. No es igual en otros países, donde la mujer no tiene voz y solamente “sirve para ama de casa”. No entiendo porque en todas las historias de amor son las mujeres las que están incondicionalmente enamoradas y deben seguir al hombre, creo que la gente, sobretodo escritores, deberían ser consciente de que a los lectores ya les cansa este tipo de narrativa.
Cuando empecé a leer la novela me encantaba y al terminarla me di cuenta de que no ha sido la mejor obra escrita por Julia. La técnica utilizada del romance es lo que hace que te quedes sumergida en esta historia de amor. Es una gran escritora, como he dicho a lo largo del camino, pero el final de esta obra ha sido muy flojo.
