Pepe: “Y si, como decía Fischer, el ajedrez es encontrar la verdad”

Hablamos con Pepe, jugador empedernido del ajedrez, compañero mío en el máster de filosofía y cu que aprovechaba cualquier instante para sacar su pequeño tablero imantado y jugar con quien supiera : y es que el ajedrez no es un juego o deporte fácil, de la sorpresa que me ha generado ver y hablar con Pepe sobre el ajedrez nace este breve reportaje sobre su relación con el ajedrez y si hubiera alguna vinculación con la filosofía.
“Jugando, desde pequeño, pero empecé a estudiarlo hace 4 años, antes de que se pusiera muy de moda. Sin embargo, no he estudiado todo lo que debería, voy y vengo del ajedrez”
porque los dos rivales han ido construyendo una posición y el que ha perdido, ha
permitido que la posición del contrario sea superior.
al propio humano. El ajedrez moderno tiene unos 500 años de historia (tal y
como lo entendemos ahora), y nadie ha sido capaz de encontrar el secreto con el
que se puede romper el juego (al contrario de lo que sucede con el tres en raya
por ejemplo). El número de posibles partidas que se dan en las sesenta y cuatro
casillas es de 10 elevado a 100, superior al número de átomos en el universo
observable (10 elevado a 84 si no me falla la memoria).
historia, es más complejo que lo que podemos abarcar como naturaleza. Las
sesenta y cuatro casillas esconden posibilidades inimaginables que, como es
obvio, ni las propias máquinas saben jugar a la perfección, ya que no existe tanta
potencia de cálculo.

suerte he tenido porque he entrado en una preparación casera del rival”, pero la
responsabilidad recae sobre el propio jugador, porque la preparación para la
partida que has traído es peor que la del rival.
temas tácticos se puede jugar decentemente. Pero hasta para eso es necesario un
cierto compromiso de estudio. Ahora bien, si queremos jugar bien una partida,
tenemos que haber estudiado muchísimo; Fischer, que era uno de los genios más
grandes de la historia, estudiaba doce horas diarias y tuvo que aprender a leer en
ruso para poder leer las revistas de ajedrez soviéticas. Por lo que, hace falta
mucho compromiso.
comprendiendo cada detalle, puede ser suficiente recompensa para el jugador,
pero, incluso para eso, se necesita un compromiso para con la partida. Jugar con
una cierta coherencia, implica un compromiso, un esfuerzo para demostrar que
tu comprensión de la posición es superior a la del rival.
completamente diferentes. También es cierto que tendemos a simplificar el
juicio de lo ajeno cuando las personas nunca son fáciles, pero un ajedrecista de
ataque, dinámico y combinativo no necesariamente es extrovertido, por ejemplo.
en el fútbol, disfruto viendo partidos del Wimbledon de la Crazy Gun, o del
Granada de los setenta. Del primero, se decía que sólo se le puede seguir con el
teletexto a causa de la agresividad (para entendernos, una versión dura de lo que
hoy se llama anti fútbol). Sin embargo, en el ajedrez, me gusta ver posiciones
complejas y remates combinativos, que sería prácticamente opuesto.
con esto no me refiero, ni mucho menos a que los jugadores de ajedrez no
cometan temeridades ni mucho menos, pero, como norma general creo que las
asumen (si es que el juego ha influido en los mismos).
jugadas que una mente humana no puede calcular, pero se hacen por concepto,
porque comprendes que con esa jugada, aunque no puedas calcular el final de la
secuencia porque hay cientos de variantes dificilísimas de calcular.
Simplemente, comprendes que esa jugada (de una forma especulativa
normalmente) te da una ventaja.
pieza, calidad, o, incluso en algunos casos, dama. Pero para hacerlos necesitas
tener una comprensión muy profunda de la posición. Digamos, por así decirlo,
que eres capaz de traducir lo que la posición te está diciendo.
necesita horas y horas de estudio con el módulo delante) te puede hacer ganar
una ventaja. Sin embargo, las ventajas en aperturas (salvo en líneas en las que se
llegan a finales) son pasajeras, el secreto es saber mantener esa ventaja, por eso
no tiene mucho sentido que un amateur invierta mucho tiempo en estudiar
aperturas, porque lo que gana es la profundidad, el cálculo y la comprensión
posicional.
poco espacio, mientras que otros están en su salsa, el jugar de forma que al rival
no le guste puede ser decisivo, pero, todo sea dicho, un jugador más o menos.
gestos, tales como mover “al toque” que frustran al rival y no le dejan jugar al
nivel que se le espera, cabeza es un mundo, pero a priori, este último factor no
me lo creo tanto.
táctica, calcular y calcular, pero también estudiar los cientos de miles de
patrones que se dan en el ajedrez. Hace poco, unas de las hermanas Polgar (no
recuerdo cual) resolvió en Twitter un problema de ajedrez en muy poco tiempo,
al preguntarle la gente, ella argumentó que cualquier gran maestro reconocería
ese patrón, ya que los grandes maestros son capaces de reconocer más de diez
mil patrones.
entrado, y es completamente necesario, hay cientos de tipos de finales que te
debes de saber y que es lo que hace que un amateur pase a ser medianamente
competitivo (por eso, y por otras muchas cosas, nunca lo fui).
conocer bastante de teoría de apertura para, más o menos, solventar los posibles
problemas que te puedes encontrar si te sorprenden al empezar una partida, tales
como jugadas que están refutadas, o las jugadas que se conocen como celadas.
entenderte con ella, y aun así, las sesenta y cuatro casillas ponen de manifiesto
una especie de lenguaje con el que te comprendes, pero imagino que esto se dirá
de todos los deportes.
pregunta.
filosófico. Lo que sí que tengo claro es que la filosofía se puede aplicar al
ajedrez y viceversa, pero probablemente, como cualquier otra faceta de la vida.
ajedrez como un ejemplo de la ética de la responsabilidad. Por otra parte, el
ajedrez puede (creo) reducirse a cuestiones lógicas, al fin y al cabo, la
informática ha entrado en el mundillo y esta se basa en la lógica.
hoy en día, son inteligencias artificiales, lo que implica una cierta consideración
por parte de la filosofía de la mente. Y, si como decía Fischer, el ajedrez es
encontrar la verdad, implica una cierta epistemología.
explorado desde la perspectiva filosófica, y, de hecho, estoy seguro que la
estética abordará todas las cuestiones posibles respecto a esto.
España fue el match entre Karpov y Kasparov en Sevilla en 1982, con trece
millones de espectadores, más que la final del mundial de futbol de Sudáfrica.
de hecho me parece mal que la prensa deportiva que nunca le ha prestado
atención al ajedrez, se lo preste al caso de Niemann. Pero no es algo nuevo,
normalmente la prensa deportiva, al tratar deportes no tan seguidos, los tratan
con un tono muy amarillistas que no merece ningún deporte. Ha habido casos en
los que la prensa ha cubierto una rotura de un halterófilo, una caída de un
ciclista, un accidente en automovilismo, etc.
consumo implica el “todo ahora y ya”, algo que el ajedrez no puede permitirse,
pero esto también ha repercutido en ajedrez. Hoy en día todo el mundo juega a
ritmo blitz (rápido en alemán), con tiempos iguales o inferiores a cinco minutos
por jugador.
especializados, streamings que pueden cubrir una ronda de un torneo que pueden
durar más de ocho horas, y los medios convencionales no son capaces de dedicar
tantos recursos a ese seguimiento.
público, pero no te encuentras las noticias sobre ajedrez en un telediario, tienes
que buscarlas y encontrarlas, y la verdad es que a día de hoy hay información
más que suficiente para cualquier aficionado.
se llegó a decir que se estuvo a punto de pulsar el botón rojo varias veces (creo
que esto es más leyenda que otra cosa).
quedando atrás, pero aun así se está avanzando, lo cual es de celebrar.
el ajedrez como una asignatura en la educación primaria por el tema de la
responsabilidad, lo cual me parece acertado, pero no soy capaz de dar una
opinión certera sobre este asunto.

del campeón del mundo sólo un año. En su favor, decir que Tal hacía partidas
más bonitas que precisas, que es lo que a mí me enamoró, era capaz de
trasformar sacrificios malos en ventajas decisivas. Tenía una cita preciosa, que
era algo así como hay tres tipos de sacrificios, los buenos, los malos, y los míos.
su leyenda, pero cuando empecé a estudiar ajedrez, lo descubrí y me pasaba
tardes enteras viendo partidas suyas, lo cual era muy grato, porque su
sobrenombre estaba muy bien puesto.

Graduada en Filosofía y actual estudiante de periodismo.
Temas de interés: Política, Deporte y Sociedad
Locutora de: RADIO JAKE MATE
Redactora de: Eusa News, Informabetis y el ABC de Sevilla