Opinión: Cómo China está redefiniendo el orden global

En las últimas décadas, China ha pasado de ser la “fábrica del mundo” a consolidarse como la segunda economía más grande. Con la aparente decadencia de EE.UU., muchos analistas creen que está en camino de convertirse en la potencia dominante, al punto de llamar a esta era el “siglo chino”.
A comienzos del siglo XX, China atravesaba crisis económicas, durante la decada de los 30 y los 40 la nacion asiatica estaba en un guerra civil, y sufrió la seguand guerra sino-japonesa. Tras la victoria comunista en la guerra civil, Mao Zedong y el PCCh implementó políticas desastrosas como el Gran Salto Adelante y la Revolución Cultural, que hundieron aún más al país. Las medidas comunistas-Maoístas sometieron a China a una hambruna que mató alrededor de 30 millones de Chinos. No fue hasta las reformas de Deng Xiaoping que abandono el sistema economico soveitico en los años 80 que China empezó a abrirse económicamente, atrayendo inversión extranjera y modernizando su infraestructura. En los 2000, este modelo consolidó a China como el principal motor industrial del mundo.
La crisis de 2008 demostró su fortaleza económica. Bajo el liderazgo de Xi Jinping, China evitó la recesión con estímulos financieros y una política monetaria flexible. El PCCh aprovecho esto para convertirse en el motor de recuperación global. Hoy, la mayoría de los países hacen más negocios con China que con EE.UU., lo que refleja un cambio en el equilibrio global.
El ascenso económico y tecnológico de China

fuente: https://cleantechnica.com/2024/11/09/world-ev-sales-report-top-selling-auto-brands-groups/
En la última década, China dejó de ser la fábrica mundial y abandonó la manufactura de productos baratos para convertirse en líder en innovación tecnológica. Sectores como energías renovables, inteligencia artificial y telecomunicaciones han crecido exponencialmente, al igual que su red de trenes de alta velocidad, la más extensa del mundo superando a la segunda (la española) por mas de 40.000km .
Actualmente, domina la producción de paneles solares y baterías para autos eléctricos. Empresas como Huawei y Byte Dance han desafiado a gigantes de EE.UU. y Europa, consolidando a China como referente en IA y telecomunicaciones.
Expansión de la influencia geopolítica

De Lommes – Trabajo propio, CC BY-SA 4.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=58884083
China ha extendido su poder con la Iniciativa de la Franja y la Ruta, financiando infraestructura en Asia, África y América Latina. Esta estrategia no solo fortalece su economía, sino que también aumenta su influencia política en el mundo.
Su éxito no es casualidad: invierte en educación y produce millones de graduados en ciencia y tecnología cada año. Además, con 1.400 millones de habitantes, su mercado interno impulsa su crecimiento sin depender exclusivamente de exportaciones. A diferencia de Occidente, no solo vende productos, sino que también exporta tecnología y construye infraestructura en otros países.
En mi opinión, el siglo chino es inevitable. La crisis en Occidente ha beneficiado a China, y con el auge del aislamiento en EE.UU., parece que le están entregando la hegemonía sin darse cuenta.
A pesar de su crecimiento, China ha enfrentado desafíos como la deuda y la desigualdad. Sin embargo, ha demostrado ser capaz de adaptarse para evitar crisis económicas. Mientras tanto, EE.UU. y la UE siguen liderando en innovación y democracia, pero China ha reducido la brecha tecnológica y ofrece un modelo alternativo en ascenso.
China está monopolizando industrias y ahogando a la competencia occidental. Solo hay que ver el mercado de autos eléctricos: empresas como Volkswagen y Mercedes-Benz están colapsando ante los autos de BYD.
China ha demostrado que no necesita seguir el modelo occidental para triunfar, sino adaptarse a las necesidades del siglo XXI. Mientras el mundo mira a EE.UU. y Rusia, quien realmente definirá el futuro es China.
