Minuto 90, el Real Valladolid estaba perdiendo en su estadio, el José Zorrilla, contra el colista Villarreal ‘B’, mientras los aficionados, incrédulos, expresaban su descontento con gritos y protestas. Sin embargo, en un final de infarto, los locales lograron remontar con dos goles en el tiempo de descuento, uno de ellos de penalti en el minuto 97, lo que les dio el triunfo y el ascenso a Primera División.
El equipo de Paulo Pezzolano llegaba al partido como claro favorito, jugando en casa contra un rival cuya permanencia en la categoría era prácticamente imposible. No obstante, el filial del Villarreal mostró su determinación de luchar hasta el final, poniendo al Valladolid contra las cuerdas y desencadenando las protestas de la afición local.
Tras una primera mitad con pocas ocasiones claras, el Pucela se adelantó en el marcador a los 61 minutos gracias a un gol de Raúl Moro. Aunque había costado, todo parecía encaminado hacia el ascenso, ya que los resultados en otros campos favorecían al equipo de Pezzolano.
Sin embargo, los nervios se apoderaron de los locales durante diez minutos de gran tensión. Lekovic, en el minuto 76, y Tasende, en el 86, dieron la vuelta al partido, dejando incrédulos a los aficionados del Valladolid presentes en el estadio.
Entonces apareció Víctor Meseguer para convertirse en el héroe del tiempo añadido. Primero, marcó el gol del empate en el minuto 91 y, cuando el partido estaba por terminar, provocó un penalti que Mamadou Sylla transformó para poner de nuevo en ventaja a su equipo.
Parecía que todo estaba decidido, pero, superado el minuto 100, el Villarreal B tuvo una última oportunidad. Un disparo de Geralnik pegó en la base del palo, y el rebote cayó a los pies de un compañero que, con Jordi Masip ya vencido, envió el balón por encima del larguero.
El pitido final liberó a los jugadores, quienes habían estado tensos durante todo el encuentro. Con el ascenso confirmado, las celebraciones comenzaron sobre el césped, donde Ronaldo, presidente del club, se unió al festejo junto a los futbolistas y el cuerpo técnico.
A pesar de la alegría en la grada por el regreso a Primera, se escucharon cánticos pidiendo la dimisión de Paulo Pezzolano. Ni siquiera un triunfo como este pudo disipar la tensión en un club que tendrá que tomar decisiones cruciales el próximo verano.