La hostelería como vía laboral para costear los estudios

Actualmente existen muchos jóvenes que recurren al trabajo en bares y restaurantes para asegurarse una salario mensual, pero muchos de ellos se ven envueltos en situaciones precarias ante la falta de opciones.
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Fuente: María José López

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Según la organización empresarial Hostelería de España, órgano que representa a los restaurantes, bares, cafeterías y pubs de España, el sector hostelero está formado por un millón setenta y seis mil personas. Dentro de dicho sector hay perfiles de todo tipo: hombres, mujeres, migrantes, con titulación universitaria, sin titulación universitaria…

La hostelería tiene un volumen de ventas de 122.862 millones de euros, aportando un 6% al PIB de la economía española. Concretamente los bares, cafeterías y pubs son los que emplean casi un total de un millón cuatrocientos mil trabajadores, formando una facturación de 90.700 millones de euros y aportando el 4,3% del PIB nacional.

Ser camarero, una vía fácil para los jóvenes 

Dentro de estos datos se encuentran los jóvenes universitarios graduados, como es el caso de Marta, una joven de 23 años recién graduada en derecho, cuyo testimonio se acerca al de otros jóvenes que están pasando o han pasado por lo mismo en su trabajo en la hostelería.

“Yo empecé a trabajar en hostelería más que nada para ganar un dinero extra para mis caprichos”, afirma Marta. Los jóvenes en general afirman que trabajar en bares y restaurantes les permite ganar un dinero extra, se pueden costear los estudios o incluso pueden pagar ese capricho tan deseado que normalmente no se pueden comprar. Para trabajar en hostelería no hace falta tener una licenciatura, por lo que es considerada como una vía fácil para los jóvenes a la hora de conseguir dinero para sus caprichos. “Para trabajar en bares no necesitas requisitos de estudios, entonces lo veo un trabajo fácil para acceder”, afirma Marta. Esto también se podría trasladar a la situación laboral que beneficia en cierta manera a los migrantes. Es el caso de Mohamed, un marroquí de 23 años, sin estudios, y con un permiso de trabajo que le permite ganar un sueldo sin tener una preparación previa.

En España existe un cantidad comprendida de migrantes no acompañados y jóvenes extutelados con autorización de residencia que rondan a la cantidad de 10.123 a fecha del 31 de diciembre de 2023, según un informe del Observatorio Permanente de la Inmigración (OPI).  De este modo existen muchos migrantes que se encuentran en una situación económica escasa, por lo que trabajar en hostelería es la primera (o única) opción para muchos de ellos.

Precariedad como sinónimo de abuso laboral 

Por otro lado, la palabra precariedad se encuentra muy presente en dicho sector laboral y, como informa Marta, “cuando entras a trabajar a hostelería deberían cumplir con unas condiciones de trabajo que después no se cumplen”. Por normal general, ciertos restaurantes “obligan” a sus trabajadores a realizar ciertas tareas que no están estipuladas en contrato y que luego no acceden a pagar, como es el caso de esta joven. “A mí me dijeron que trabajaría 20 horas a la semana por 600 euros, pero ya la primera semana me obligaron a trabajar 4 horas de más”. Marta también denuncia la falta de empatía hacia los trabajadores al no querer la empresa pagar dichas horas extras. “Estoy luchando para ver si me pagan las horas. Me las quieren pagar en tiempo, pero yo quiero mi dinero”, relata. Igual le pasó a Mohammed. Trabajó más horas de las que debería y no se las quisieron pagar como horas extras. “Me dijeron que las horas extras estaban incluidas en el contrato”, afirma Mohammed, el cual firmó un contrato de 40 horas semanales pero que al final de la semana resulta que trabajó 60. De esta precariedad es la que hablaba Marta anteriormente afirmando que “es necesario una preparación previa para trabajar en hostelería”, dando a entender que de esta forma se evitarían los abusos que sufren los empleados.

Marta, al tener un amplio conocimiento en derecho afirma que, a diferencia de ella, “Nadie se va a quejar porque no tienen estudios para debatir”. Esa es la “ventaja” que tienen algunos hosteleros ya que pueden considerar al trabajador extranjero como una persona “ignorante”, beneficiándose a su favor. “La reacción ante el abuso laboral que sufren es la aceptación”, relata Marta. Al no tener más opciones laborales, muchos extranjeros se ven en la obligación de seguir trabajando en condiciones precarias para poder conseguir el sueldo. Esta es la realidad laboral a la que se enfrentan muchas personas en España. Por ello, trabajadoras como Marta, abogan por conseguir más derechos para los empleados que sufren en primera persona la cara b de la hostelería.

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