La verdad del ‘Rey del Cachopo’

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Sus familias denunciaron la desaparición a principios de julio y hasta hace unos días no hemos podido esclarecer parte de los hechos. El 13 de agosto los bomberos fueron alertados de un supuesto incendio en una nave de Usera en Madrid. Al llegar encontraron un humo que salía de una maleta, se había originado al haber metido sosa caústica con el fin de desintegrar un torso descuartizado que se encontraba dentro: sin extremidades, sin cabeza y sin pechos, práctica habitual cuando hay implantes, habría facilitado su identificación ya que siempre llevan un código. Nada se sabe del paradero del resto del cuerpo.

El humo acabó saliendo al exterior lo que alertó a los vecinos. Desde ese día los agentes del grupo VI de Homicidios de la Brigada de Policía Judicial supieron que iba a ser un caso “muy complejo”.

A raíz de las investigaciones de la Policía Nacional se supo que la nave vacía estaba arrendada, desde hacía poco tiempo, por César Román para abrir su sexto restaurante en Madrid, lo que indujo a sospechar que podría corresponder a su novia desaparecida. Por lo que lo buscaban desesperadamente.

La familia de la hondureña se ha quejado de la tardanza pues no ha sido hasta dos meses más tarde cuando se ha conseguido identificar a través de unas pruebas de ADN que el torso pertenecía a Heidi Paz. Esto provocó una orden de detención internacional contra el ‘Rey del Cachopo’ el jueves pasado por el presunto asesinato de su novia, que era madre de dos hijos de una relación anterior.

Pero, ¿dónde ha estado todo este tiempo César Román?

Vivía en Zaragoza compartiendo piso con una mujer dominicana y su hijo y trabajaba en un bar llamado ‘Casa Gerardo’.

Su detención tuvo lugar tan solo un día después de la orden de detención gracias a la ayuda de su jefa. Al ver todas las informaciones que se hicieron públicas en los medios de comunicación pudo reconocer que se trataba de su cocinero y así dar la voz de alarma. No fue algo fácil porque había cambiado por completo su apariencia: pelo rapado al cero, barba canosa y poblada, y gran pérdida de peso. El detenido llevaba trabajando desde el 10 de octubre usurpando la identidad deJosé Rafael Rujano Contreras, venezolano nacido en 1980, de quien conocía todo. Para que pudieran darlo de alta en la Seguridad Social denunció el robo de su documentación.

Ha estado trabajando ininterrumpidamente todo este tiempo aunque sí faltó en algún momento “por estar enfermo” coincidiendo con los días en los que se hizo mediática su desaparición y se le empezaba a relacionar con el cuerpo de Heidi.

Los investigadores creen que tienen indicios suficientes para culparlo ya que hay un testigo clave: un taxista ha declarado que recuerda, sin lugar a dudas por su baja estatura (mide 1,52), llevar el 5 de agosto al acusado a la nave de Usera junto con una maleta grande que pesaba al menos 60 kilos por lo que tuvo que ayudarle para meterla en el maletero.

Llegaron a él gracias a la jueza que lleva el caso por su autorización para acceder al listado de las llamadas del empresario. La llamada al servicio de taxis coincide con el mismo día que dejó de funcionar el móvil de la hondureña. Además, él era el único que tenía la llave de esa nave y la cerradura no estaba forzada. Queda aun, por cotejar las huellas de la maleta y nave por lo que en breve podrían llegar nuevas pruebas que lo puedan llegar a incriminarle.

Cesar Román es un hombre agresivo y violento, según la hermana de Heidi, lo que había provocado que, la que fuera su novia, contara a su hermana sus planes de acabar la relación pocos días antes de la desaparición. Hay mensajes de whatsapp publicados por ‘El Mundo’ que demuestran esta actitud. También lo cuenta la mujer con la que vivía, la que había amenazado con echarlo en alguna ocasión y las denuncias que tenía de sus anteriores parejas.

Los investigadores no descartan el ajuste de cuentas, ya que el ‘Rey del Cachopo’ había desaparecido con una gran cantidad de deudas.

Ayer fue trasladado a Madrid, donde el juez le tomaría declaración pero no ha querido decir absolutamente nada. A pesar de que en el momento de su detención si quiso contarle a las cámaras de los medios de comunicación que él era inocente y no había matado a nadie.

Le han decretado prisión sin fianza ya que sus cuentas fueron vaciadas los últimos días antes de desaparecer y todo apunta a que Zaragoza tan solo era una parada en su fuga fuera del país. Los investigadores del caso piensan que en estos meses ha podido tener ayuda.

No se descarta ninguna vía nueva de investigación, ya que a la vez de las dos anteriores desapariciones, también ocurrió otra, de de su guardaespaldas y que también se está investigando.

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