La Escuela de Fandangos de Mame Rincón: Huelva siempre por bandera

Una vida dedicada a llevar el Fandango de Huelva a centenas de lugares de España
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Mame Rincón, cantaora y directora de la Escuela de Fandangos de Mame Rincón

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El Fandango de Huelva 

 

El Fandango es uno de los palos del flamenco más conocidos. Aunque es una modalidad que se canta en todas partes de España, el Fandango de Huelva es el más popular debido a que tiene sus propias características especiales que lo diferencian de otros y lo hace convertirse en una rama específica del propio palo. 1.

 

Este ha ido evolucionando con el paso del tiempo y, a su vez, han ido apareciendo cada vez más artistas expertos en él, llegando a introducirse propiamente dentro de las escuelas de flamenco como otra ‘asignatura’ más para aprender. 

 

En Huelva capital existen, actualmente, más de una veintena de escuelas de cante flamenco, sin contar con los profesores particulares que ofrecen clases sin estar oficializados como escuelas. Sin embargo, si buscamos ‘Escuelas de Fandangos en Huelva’ en Google, no nos sale ni una sola respuesta. 

 

  1. Los Fandangos de Huelva han sido declarados Bien de Interés Cultural en Andalucía debido a su valor patrimonial. Se basa en una métrica libre en los versos, lo que le otorga un carácter muy expresivo. Suelen interpretarse en compases de tres tiempos (compás ternario), aunque en algunos casos pueden parecer libres debido a la ornamentación melódica. 

 

Dentro de los Fandangos de Huelva existen numerosas variantes locales, como los de Alosno, Calañas, Valverde del Camino, y más. Cada uno presenta matices propios en ritmo y melodía. Los de Alosno son especialmente reconocidos y se consideran el estilo “madre” del fandango onubense.

 

Mame Rincón cantando en una actuación

 

Toda una vida dedicada a él

 

Este es un hecho del que se dió cuenta Mame Rincón, una cantaora onubense de 57 años que, según ha comentado, “Desde que recuerdo en mi memoria llevo cantando y bailando flamenco”. 

 

Empezó a subirse a los escenarios con tan sólo diecisiete años con la Peña Cultural Flamenca Femenina de Huelva y recorrió España entera acompañada de muchísimos artistas. En el 2006, decidió apartarse un poco de este mundillo, pero le duró poco, porque en 2011 decidió mudarse a Madrid en busca de nuevas oportunidades.

 

Allí fue cuando comenzó a dar clases en varias escuelas privadas en pueblos como Valdemoro, Fuenlabrada, Seseña, y en la Hermandad del Rocío de Torrejón de Ardoz. “Daba clases de todos los palos pero siempre llevaba por bandera el fandango para que todos lo conocieran”. Además, allí hizo la primera Exaltación a la Saeta en la Semana Santa de Madrid. 2.

 

En el 2019 volvió a Huelva y siguió dando sus habituales clases, dándose cuenta de que “Había muchas escuelas de flamenco pero ninguna de fandangos”. 

Cuatro años más tarde, en el 2023, unos padres contactaron a Mame para que preparara y enseñara a cantar fandangos a su hija Julieta Infante, de siete años de edad en ese momento, y fue entonces por lo que decidió abrir la Escuela de Fandangos de Mame Rincón. 

 

               2. La Exaltación a la Saeta es un acto cultural y religioso que tiene lugar en Andalucía,             especialmente en Semana Santa, y en el que se rinde homenaje a la saeta, una de las formas más     profundas y emocionantes del cante flamenco

Actualmente, Julieta ha conseguido el Primer Premio de Sevillanas de Manzanilla y el Primer Premio de Fandangos del Concurso de Calañas, entre otros. 

Mame Rincón y Julieta Infante en el concurso de Manzanilla

“Ella ha notado muchísimo cambio desde que empezó en la Escuela de Fandangos.- Comenta Sonia Garfia, madre de Julieta. “Está muy contenta porque le corrige mucho y, con estas correcciones, ella ve que cada vez lo va haciendo mejor y que cada vez tiene más ‘quejío’”.

 

Funcionamiento de las clases

 

“Damos dos clases a la semana normalmente. Enseño los estilos, cómo son cada uno de los fandangos con su estilo y sus variaciones, el compás…”. “Para preparar mis clases comienzo en la sesión anterior, donde grabo un fandango, ellos lo escuchan en casa, lo practican y cuando vuelven a la siguiente clase les explico qué han hecho bien y qué no, donde se puede mejorar y corregir, si tienen que subir o bajar el tono, cuál es la nota…”

Cuenta con once alumnos y cada uno de ellos tiene unas necesidades diferentes los unos de los otros a las que ella se va adaptando “Había un par de chicas que no eran capaces de cantar a tono y cada vez están educando más su oído”.

 

Una de sus alumnas, Marta Soto, de 21 años de edad, lleva tan solo tres meses en la escuela y ya nota bastante mejoría: ‘He mejorado en cuanto a los tonos, la afinación y sobre todo en el compás acompañando a la guitarra’. 

 

Según describe, las clases son bastante dinámicas y productivas: “Lo que más me gusta de las clases de fandangos es que se aprende muy bien, aprovechamos genial el tiempo y pasamos muy buenos ratos juntos”. 

 

Además, Mame no está sola en la escuela, sino que cuenta con la ayuda de su guitarrista Gabriel Vela, de 20 años de edad, al que conoció a través de La Peña Flamenca de la Orden, otro lugar emblemático en el que Mame ha trabajado. 

 

“Llevamos ya dos años con la escuela y se ven muy buenos avances.”- Cuenta Gabriel. “Los alumnos al principio son más tímidos pero poco a poco se van soltando y van aprendiendo. Tanto Mame como yo hemos estado al pie del cañón siempre. Tenemos mucho compañerismo y nos lo pasamos muy bien. El buen rollo y la armonía siempre está ahí.

Mame Rincón junto a Gabriel Vela y Marta Soto

 

En cuanto a la metodología, explica que se enseña a los alumnos de manera particular, aunque estén en grupo. “Hay algunos que pueden venir más avanzados, no todo el mundo aprende al mismo ritmo. Con los que más lo necesitan estamos más tiempo explicándole las cosas.”

 

Próximos objetivos de la Escuela 

 

Además de las clases como tal, en la Escuela hacen varias actividades como conciertos, recitales, especiales para Semana Santa o Zambombas. 

“Casi todas las Zambombas que hacemos son benéficas, pero tuvimos una el pasado domingo 15 de diciembre que nos hacía especial ilusión porque se pidió como entrada un juguete. La titulamos ‘Ningún niño sin juguete’.  Colaboramos con una asociación que a la vez también es un Banco de Alimentos, y se encontraban en una situación en la que este año no tenían ningún juguete para donar a los niños más necesitados. Nos habían comentado que ,en el Ayuntamiento, ni alcaldía ni cultura les hacían mucho caso así que nos ofrecimos voluntarios para hacer allí una zambomba. Nos hemos publicitado como hemos podido, incluso nos han anunciado en Canal Sur Radio”

 

“Nuestro objetivo era que estos niños tuvieran todos al menos un juguete  esta Navidad, y la verdad es que estamos muy contentos con el resultado. La asociación tenía un cuarto en el que guardaban enseres de verano y no se podía entrar de la cantidad de juguetes que se recaudaron. Toda la Escuela llevó también regalos y, tras finalizar la zambomba, hemos seguido recibiendo bizum para comprarlos nosotros mismos, ya que hasta el día cuatro de enero se va a estar recaudando.”

 

Además, la Escuela de Fandangos tiene varias actividades programadas, tanto para Navidad como para las próximas fiestas. “El día 21 tenemos una zambomba en la Hermandad del Cautivo y el 27 en el Mercado Navideño de Aljaraque. Con esto terminaríamos, de momento, nuestro calendario de Navidad, pero ya tenemos que empezar a organizar la Semana Santa y ya tenemos concertadas algunas actuaciones para las cruces de mayo”. 

 

Vivirá por siempre

Así es como el fandango,especialmente el de Huelva, es mucho más que un palo flamenco. Es una manifestación cultural que ha resistido el paso del tiempo, representando la esencia de una tierra y su gente. Aunque ha evolucionado, conserva su raíz tradicional como un símbolo de identidad andaluza y española. 

La historia de Mame Rincón y su Escuela de Fandangos es un testimonio de la pasión y el esfuerzo por mantener viva esta tradición. Más allá de enseñar técnica vocal o compás, Mame fomenta un espacio donde sus alumnos no solo aprenden un arte, sino que con cada nota y cada clase, se cultiva el amor por el fandango y se impulsa a las nuevas generaciones a mantenerlo vigente.

“El flamenco lo es casi todo en mi vida. Sin el flamenco no sería yo. Es una forma de vivir, de pensar, de sentir. Estoy muy feliz con la escuela, me hace sentir muy bien cuando veo que mis alumnos están aprendiendo lo que yo los estoy enseñando y lo reflejan en un escenario. Me encanta mi trabajo”- Concluye Mame. 

El fandango sigue vivo y resonando en los corazones de Huelva, recordándonos que las tradiciones no solo se heredan, sino que también se construyen día a día con pasión, esfuerzo y compromiso.

 

 

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