
El domingo pasado, el partido que enfrentaba al Atlético de Madrid y el Real Madrid, quedó marcado por el lanzamiento de mecheros por parte de los ultras rojiblancos, acto que supuso el parón del encuentro durante unos minutos.
Lo cómico fue cuando tras finalizar el partido, los jugadores del conjunto rojiblanco fueron a esa zona de la grada a agradecer el apoyo. Más correcta no pudo ser la reacción del resto de la hinchada que silbó la conducta de su jugadores por aplaudir a unos aficionados que decidieron actuar de manera violenta y convirtieron el fútbol en un circo de criminales con pasamontañas.
Pero este no es un caso aislado, en España hemos podido escuchar muchos insultos racistas a varios jugadores de la liga española. En otros equipos europeos, no hay semana en la que no pase algo: lanzamiento de bengalas, invasiones a los terrenos de juego… Incluso en algunas ocasiones, debido a este enfrentamiento entre ultras de diferentes equipos, han sucedido fallecimientos de algunos aficionados.
¿Cuánto más tienen que hacer estos radicales para que sean expulsados de los estadios de fútbol? Ya lo hizo Florentino Pérez echando a los Ultras Sur del Bernabéu, o incluso Laporta con los Boixos Nois. Además de Madrid y Barça, fueron muchos los equipos que se sumaron a esta medida. Esto hizo que algunos estadios españoles se limpiaran de esta toxicidad que llenaba sus gradas.
Sin embargo, sigue habiendo radicales en los estadios, peleas callejeras antes y después de los partidos, personajes que ponen la excusa del fútbol para llevar a cabo sus revueltas políticas y personales. Son criminales y no pueden tener cabida en nuestra sociedad, y menos en el deporte que está destinado al disfrute de los aficionados. Muchas son las familias con niños que acuden a las gradas para disfrutar de su equipo favorito, pero que se llevan unas imágenes las cuales no son del agrado de nadie.
El fútbol es pasión pero con valores, y esta radicalización mancha la imagen de muchos aficionados que animan con respeto a sus jugadores. Por ello, ¿hasta cuándo los ultras en el fútbol?
Mi respuesta es clara, no más ultras, no más lanzamientos de objetos, no más insultos, no más peleas… lo único que debe haber es respeto y las gradas llenas de aficionados que disfrutan del deporte que tanto aman.

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