Estudiante en prácticas en ‘Robot Dreams’: “Hay mucho más allá de la animación mainstream”

Entrevista a Guillermo Santos, estudiante becario en 'Robot Dreams'
Fotograma en la película 'Robot Dreams'. Fuente: RTVE
Fotograma en la película 'Robot Dreams'. Fuente: RTVE

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Aún quedando un mes para la esperada gala de los Óscar y las nominaciones a las estatuillas de oro siguen generando una gran expectación entre los cinéfilos. El cine español, por ejemplo, está de celebración, al haber obtenido tres nominaciones: Mejor película extranjera y Mejor maquillaje y peluquería para ‘La sociedad de la nieve’ (Juan Antonio Bayona, 2023) y por otro lado, Mejor película de animación a ‘Robot Dreams’ (Pablo Berguer, 2023). 

‘Robot Dreams’ es la gran desconocida de la animación 2D en el entorno mainstream de las redes sociales, pero es un gran hito para el cine español. Con anterioridad, solo ha habido dos largometrajes animados españoles candidatos a los Óscar, como era el caso de Chico y Rita (Fernando Trueba y Javier Mariscal, 2011) y Klaus (Sergio Pablos, 2019).

Obviamente, ‘Robot Dreams’ juega en casa con los Premios Goya, donde ha obtenido dos Goya de entre cuatro nominaciones, los cuales han sido a Mejor película de animación (Ángel Durández, Ibon Cormenzana, Ignasi Estapé, Pablo Berger y Sandra Tapia) y a Mejor guion adaptado (Pablo Berguer).

EUSA NEWS ha podido hablar largo y tendido con uno de los estudiantes becarios de este largometraje, Guillermo Santos Planet (@mrplanettt) graduado en Animación en la U-tad, Centro universitario de tecnología y arte digital de Madrid.

¿Cómo comenzó esta aventura?

Estuve de septiembre a noviembre de 2022, creo que hasta el 4 de noviembre aproximadamente, cuando pasaba de tercero a cuarto de carrera. Fueron tres meses bastante intensos. Tenía que buscar básicamente unas prácticas curriculares, porque son obligatorias y como quería sacármelas cuanto antes, empecé a crearme un currículum, un portfolio… El caso es que después de uno o dos meses buscando, por julio o agosto, gracias al orientador profesional que tenemos en la U-Tad, me ofreció unas ofertas que había recibido para trabajar en el departamento de ink and paint en ‘Robot Dreams’. Me consiguieron una entrevista con el productor, Julian Larrauri, y nada, yo estaba muy ilusionado. No sabía ni de qué trataba la película, estuve investigando sobre el estudio porque claro, me iban a hacer la entrevista y no era en plan de ir con las manos vacías. La productora es Arcadia Motion Films, y la mayor parte de sus películas no eran de animación, excepto una que hicieron en 3D, llamada Ozzy.

Cartel de la película ‘Ozzy’. Fuente: Sensacine

¿Cómo fue el ambiente de trabajo?

El trabajo fue en Madrid, ya que la productora estaba como repartida en dos sitios; en Navarra, la sede principal, y el equipo de animación en Madrid, ya que el director, Pablo, quería estar en su estudio porque le tenía mucho cariño y básicamente alquilaron unas oficinas que había alrededor. Fue al final un equipo bastante grande de animación, junto a todos los roles que implica: el director, el asistente del director, el productor, la diseñadora de audio, entre otros.

– Has mencionado antes que trabajaste del departamento de ink and paint. ¿Me podrías explicar en qué consiste?

Se encarga de, una vez que nos pasaban las animaciones sin color y con el fondo ya pintado por el equipo de backgrounds, colorear la animación a mano mediante vectores, proceso que realizábamos con el programa Toon Boom. Es un trabajo muy preciso porque hay una paleta de colores específica por secuencia o incluso escenas, además de tedioso al tener que pintar correctamente cada celda del clean-up, es decir, la animación completa sin la línea abocetada. Así, teníamos preparadas las escenas para el último departamento, que es composición.

– En cuánto a la trama de Robot Dreams, ¿se mantuvo la idea original del guion hasta el final o hubo cambios en el proceso?

Esto podría incurrir como spoiler pero bueno (se ríe). Sí hubo cambios, sí. Después de que Dog se separara de Robot de esa forma tan traumática, pues va pasando el tiempo hasta que se va a abrir la playa donde está tapado. En principio, en el script, se había planteado que se indicara durante el largometraje el mes en el que Dog estaba, y al final se eliminó, ya que generaba la sensación de ansiedad a la audiencia de decir, “joder, que pasen ya los meses, por favor”, y ese nivel de nervios no era bueno para el desarrollo de la película. También había alguna que otra secuencia de la estación de tren de Nueva York, que de hecho pinté, pero al final no salió a la luz. En definitiva, hubo múltiples procesos que, durante el mismo proceso, se fueron cambiando.

– Me imagino entonces el enorme trabajo que supuso llevar a cabo la trama principal.

Sí, sí. De hecho, estuvieron durante un año entero creando el storyboard, una versión muy primitiva de la película que se hace a mano con todos los dibujos. En ella se busca plasmar la historia y los inicios de lo que viene luego, que son la cinematografía reflejada en la animática, al ser una previsualización de cómo se verá la película una vez terminada. De hecho, Maca Gil ha sido nominada a los premios Annie, que serían como los Óscar pero en la animación, por el trabajazo que ha realizado.

– Con estas palabras tan sinceras hacia Maca, supongo que has disfrutado mucho de la historia y del proceso

Efectivamente, me gustó mucho. Se notaba muchísimo la profundidad temática y también todo el trabajo y esfuerzo que implicaba. Hay mucha metamorfósis en la animación, desde que se crea la cinemática hasta el trabajo final, que de hecho lo puedo atestiguar y que finalmente se ha pagado. Fuera de esos tres meses que estuve dentro trabajando, pude seguir viendo la trayectoria de Robot Dreams de más cerca en el Festival de Annecy, en Francia, uno de los festivales más importantes del mundo en animación, donde arrasó en la sección ContreChamp, donde vimos que gustó un montón.

– ¿Consideras entonces que todos estos merecimientos que ha recibido Robot Dreams ha sido un efecto cascada o más bien porque el mismo trabajo merecía la pena?

Fotografía de Guillermo Santos Planet

Hombre, el trabajo brilla por sí solo y mucho. Eso no quiere decir tampoco que en unos premios, como son los Óscar, se valore solo eso, ya que es muy importante una buena distribución en Estados Unidos, que los jueces vean tu película y, claramente, que hayas ganado premios anteriormente. Aún así, teníamos un proyecto maravilloso y que se ha visto, y aunque es verdad que cierto reconocimiento se ha podido dar por el efecto cascada como tú mencionabas, eso no le quita ningún mérito. Algo tuvo que provocar ese primer empuje, ¿no? Yo creo que el 99% de lo que ha ganado ha sido por esfuerzo y por calidad obra, y ese 1% es el porcentaje de error.

 – En cuanto al proceso, ¿consideras que alguna parte de la  producción se debería haber llevado de otra manera?

No, la verdad es que no. Yo confiaba mucho en la dirección y tampoco es que tenga la visión que puede tener un director, en el sentido de que no solo he estado en una pequeña parte del proceso. No tengo esa vista de águila que englobe todo el proceso, de todo lo que ha pasado, de toda la historia, ¿sabes?

– Hablemos un poquito de la historia, ¿qué opinión te merece?

Ha salido algo bastante espectacular, muy original y especial para estos tiempos. En el presente reciente, no he visto ninguna película con tanta sensibilidad como Robot Dreams. Con toda la gente que conozco que ha ido a verla, que ha sido mucha, ha acabado siempre llorando porque es un mensaje que toca muy bien y con una sensibilidad muy especial. Es una película que tiene… no sé cómo lo logra, bueno, me hago ciertas ideas, ¿no?

– Venga, sé más preciso

¿Tú lo que quieres es el titular, no? (nos reímos). Es una historia que apela a todo el mundo, a las experiencias humanas universales. La pérdida, tanto la metafórica como real en las relaciones que tenemos, cómo evoluciona la vida y como toda la nostalgia cuando pensamos en algo bonito que hemos vivido y desgraciadamente se ha acabado. Y claro, al representar todo ese abanico de emociones es difícil no verte reflejado, por ejemplo, con Dog: sabes que lo pasa mal y ahí surge la empatía, que resuene contigo, e incluso de pensar en lo mal que tiene que estar él mismo en la vida. Es un cóctel de emociones que casa muy bien con el hilo narrativo. Te crea ese desorden emocional pero luego libera esa tensión de forma bastante satisfactoria.

– Me encanta esa expresión de “desorden emocional” porque, ¿crees que actualmente en el storytelling estamos avanzando de unas emociones más comunes a otras más complejas?

Opinión: El maestro Miyazaki vuela alto con “El chico y la garza”

Bueno, creo que siempre estuvo ahí pero depende de dónde lo busques. Ahora, ese tipo de emociones más complejas, ha llegado al mainstream. Como Robot Dreams ha tenido tan buen recorrido de premios, ha llegado a ese público más amplio, pero siento que siempre ha estado ahí, ya que es parte del arte del cine, pero ahora parece que sí se le ha dado un foco más claro. Yo creo que la animación es uno de los mejores medios para transmitir este tipo de emociones porque, dentro de las limitaciones técnicas, no hay ninguna limitación creativa, ya que es un medio muy versátil e incluso demasiado, como por ejemplo en ‘El chico y la garza’. Me gusta el hecho de reivindicar que hay mucho más allá de la animación comercial.

– Y ya para poner punto y final a esta charla, hablemos de las otras tres nominaciones a los Óscar, ¿en qué crees que resaltaría Robot Dreams respecto al resto?

La única que me falta por ver es Nimona, así que todo lo que vaya a decir a partir de ahora es respecto a las otras dos para no desmerecer injustamente. Por ejemplo, Elemental habla de la inmigración y un contexto específico, el sueño americano. En ella sí se puede ver un poco la resonancia con Robot Dreams respecto a la sensibilidad en tratar temas tan duros como puede ser una historia de familia y separación, con un mensaje más profundo. Pero creo que el mensaje de Robot Dreams apela a un público más general, ya que todos hemos vivido la pérdida, un denominador totalmente universal, en contraposición a ‘Elemental’ al hablar de un segmento más específico como pueden ser las vivencias de inmigrantes.

Por otro lado, con ‘El chico y la garza’ se habla del duelo de una nueva situación familiar, pero ahí, lo siento y que me venga a linchar cualquiera, siento que se pierde mucho en la fantasía. Necesitas bastante contexto del director, Hayao Miyazaki, y de su propia historia para poder comprenderla, e incluso sentía que me perdía en la propia fantasía e incluso el hilo de “¿a dónde me quieres llevar?”. Aunque ‘Robot Dreams’ claramente sea fantasioso, porque claro, son los sueños del Robot, ciertamente no utiliza tanto metaforismo para contar lo que quiere contar. Aún así, está complicado el tema de las expectativas porque este año ha sido muy bueno para la animación y ojalá el resto de años siga así.

– Me he quedado con ganas de ver otros trabajos tuyos, ¿alguna recomendación?

Sí, ¡claro! ‘Ciao Peskao’ es otro de los trabajos que más cariño le tengo, y aunque no ha tenido tanto recorrido como ‘Robot Dreams’, sí te aseguro que te puedes echar algunas risas.

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