Conchi Andrada, escritora sevillana: “Se puede llevar una vida completa aún sin ver”

Su ceguera no le impide tener un gran espíritu de lucha, según cuenta en su visita a EUSA
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Conchi Andrada impartiendo una charla en el Centro Universitario EUSA a los alumnos de Periodismo / Elena Rego De Arcos

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Conchi Andrada es un gran ejemplo de valentía y de optimismo, ya que hace ocho años perdió la visión por completo. Sin embargo, su gran carácter le ha ayudado a seguir disfrutando de la vida y de todos los que la rodean.

Su perra guía Xalina es su mayor compañera y la que le conduce en cada paso que da. Una labradora muy afectuosa que permite que Conchi pueda seguir con su vida normal y con el que según ha asegurado a EUSA NEWS tiene “una conexión especial”.

Esta compañera canina pertenece a la Fundación Once del Perro Guía (FOPG), que es la base sobre la que se asienta todo el trabajo de adiestramiento y que gracias a esta labor los perros pueden llegar a ser los ojos de las personas que no ven.

Además de haber publicado dos libros, Conchi es la vicepresidenta de la Aloha del Ateneo de Sevilla y actualmente también ofrece charlas en centros que permiten comprender cómo es la vida de las personas con diversidad funcional visual.

El pasado jueves 14 de diciembre, Conchi asistió al Centro Universitario EUSA para conocer al alumnado de 4º de Periodismo, una jornada en la que los jóvenes aprendieron mucho de ella y de su compañera perruna Xalina.

  • ¿Después de todo lo que te ha cambiado la vida, cómo has sido capaz de no perder la fe en Dios?

No perdí nunca la fe, porque yo siempre me sentí acompañada por alguien. Siempre sentí una presencia conmigo aún en la tristeza, en la pena, en el dolor que tenía y en el vacío que tenía me sentía acompañada por alguien. 

  • ¿Cuántos libros has escrito y cuál es el más especial para ti?

He escrito dos. El más especial es ‘Con Xalina al infinito’ que fue mi primer libro. Es que ahí di el primer paso a nivel literario público y vuelco una esencia con muchos miedos, con muchas inquietudes y es un trozo muy grande de mi.

  • ¿Cómo te adaptaste a la vida diaria después de perder la visión?

Con mucho trabajo, mucho esfuerzo y mucha entereza. Buscando toda la paciencia del mundo y con muchas lágrimas pero también vinieron muchas alegrías cuando empecé a conseguir un poquito en todo ese mundo en el que me encontraba.

  • ¿Cómo ha evolucionado tu percepción del mundo a través de tus otros sentidos?

Ha evolucionado muchísimo, porque yo me doy cuenta de que en cierta manera se puede llevar una vida completa aún sin ver.

  • ¿Cuáles son las actividades con las que disfrutas ahora?

Pues por ejemplo disfruto mucho con la literatura en el Ateneo, disfruto muchísimo a la hora de escribir que antes no tenía prácticamente tiempo. Disfruto mucho del entorno natural, ya que al tener a mi perra guía tengo mucha interrelación con la naturaleza. Antes llevaba a mis hijas pero ya van creciendo. Actualmente también hacemos senderismo de montaña, hacemos rutas con mis compañeros y compañeras y la verdad es que llego a todas partes.

Ya soy una persona completa, acompaño a mi hija pequeña a catequesis, voy a la iglesia, de compras, de viaje, a la playa, cojo el avión e incluso voy al cine con mis hijas.

  • Por último, a pesar de tu buen humor, ¿cómo enfrentas los estereotipos de la sociedad sobre las personas ciegas?

Bueno, la sociedad está muy empatizada por un lado pero también le queda mucho para crecer, porque a nivel legal hay muchos decretos y se promulga mucho la igualdad pero el mundo de la discapacidad visual pues no se aprecia tangiblemente en el día a día de una persona como nosotros. Hay mucha sociedad empática pero no es la que de verdad en volumen debería de haber.

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