Opinión: Cuando vencen los excesos y afloran las carencias

El gran paradigma de nuestro tiempo, llenarnos hasta no poder más con satisfacciones momentáneas que tapen nuestros más absolutos dolores
0
419
Cartel ´The Whale´ / El Séptimo Arte

Comparte la noticia

Pantallas, amor volátil, comida, videojuegos… cualquier cosa que acalle nuestra voz interna que grita sin cesar, que nos habla hasta delirar. Resulta difícil continuar en paz mientras penurias auto impostadas nos carcomen. The Whale‘ o ‘La Ballena’ refleja este continuo malestar que rodea la sociedad actual, un malestar global generado por la bomba de estímulos constantes y la necesidad imperiosa de gratificación inmediata.

Brendan Fraser, el actor olvidado de Hollywood. Fraser tuvo momentos de gloria con algunos films como ‘George de la Jungla’ (1977) o ‘La Momia’ (1999), pero más adelante desaparecería de la gran pantalla. Y, aunque también protagonista en otras películas como ‘El Regreso de la Momia’ (2001), su carrera entró en declive por numerosos problemas personales, como abusos sexuales que sufrió, así como por malas gestiones profesionales.

The Whale‘ se estrenó en 2022 en el Festival Internacional de Cine de Venecia. El director, Darren Aronofsky, originario de Nueva York, ha dirigido un film con tan solo cinco actores de reparto. Esto propicia una atmosfera más cercana y personal y más orientada a la comprensión del mensaje sin distracciones.

Fraser da vida a Charlie, un profesor de literatura con un pasado que le atormenta y una obsesión por la comida que le ha llevado a una obesidad mórbida que le impide llevar una vida normal. Su hija Ellie (Sadie Sink, conocida por su papel en la serie ‘Stranger Things’ ) tiene una relación complicada con su padre debido a decisiones que él tomó en el pasado.

También en pantalla Hong Chau, que interpreta a Liz, fiel amiga de Charlie. Esta sufre una dicotomía entre lo que sabe que está mal y su amor por Charlie. Personajes potentes junto a tonos lúgubres, lo que crea una atmósfera triste, oscura; envuelta por el propio vacío existencial que sufre el protagonista. La oscuridad en la fotografía y la interpretación de Fraser crean una narrativa dura de seguir, pero con una familiaridad que conmueve.

Un film duro, crudo. Incómodo incluso. Fraser, envuelto en un traje de grasa de 140 kilos y seis horas de maquillaje tras de sí, se desenvuelve en el personaje de una manera natural y emotiva. Su dolor traspasa la pantalla, un dolor colectivo que rodea la sociedad actual. Un dolor a causa de carencias, abandonos, corazones rotos… un dolor que se intenta ocultar tras cualquier cosa que nos disocie de la realidad.

Además, cabe resaltar que la película se llevó dos premios en los Óscar de este año – 2023 – . Uno fue para Fraser como Mejor Actor de Reparto y otro como Mejor Maquillaje, por la inaudita caracterización para el personaje de Charlie, prácticamente irreconocible.

 “Gracias, Darren Aronofsky, por darme un salvavidas creativo”, fueron las palabras que le dedicó Fraser al aclamado director. Dijo pues, que alguien por fin había creído en él tras tanto tiempo estancado en su carrera.

117 minutos en los que sumergirse en la psicología de Charlie y su enfermedad. Comer hasta vomitar, la dificultad para realizar una vida normal, el más absoluto caos personal. La decadencia del ser humano plasmada en la gran pantalla, una decadencia que se oculta pero que es la realidad para millones de personas alrededor del mundo.

Un largometraje dramático, al más puro estilo Aronofsky, que debate sobre la existencia humana, sus carencias, sus excesos y Dios.

Comparte la noticia

Comments are closed.