Granada, el lienzo que se tiñó de cofradías

La ciudad albergó el pasado 14 de octubre una procesión magna extraordinaria con 22 hermandades en las calles
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Pasos de la Magna de Granada en la Catedral. Fotografía Francisco José Borge

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La mañana del viernes 13 de octubre, el despertador sonó muy temprano. De esas veces que aunque suene antes del alba, uno se levanta feliz por los momentos que va a vivir en apenas horas. Los pajaritos ni despertaban a los ciudadanos al piar cuando ya estaba todo preparado. Equipaje, mochilas e ilusiones puestas en Granada. Aquello no tenía vuelta atrás. Se comenzaba la expedición hacia la ciudad nazarí en busca de la felicidad por ver 22 pasos en la calle.

Granada celebraba una procesión magna con 22 hermandades recorriendo sus callejuelas por motivo del 34 aniversario del Encuentro Nacional de Cofradías Penitenciales. Se esperaba que las vías estuvieran a rebosar y no defraudó. Nada más llegar, el piso de la calle Elvira 41 esperaba a sus nuevos inquilinos. 3 días siendo la nueva casa de unos sevillanos enamorados de la Semana Santa andaluza.

Pero antes, había que conocer la idiosincrasia del reino de la Alhambra. “Ahora tenéis que subir hacia el Albaicín”, comentaba Marian, una joven granadina enamorada de su ciudad y del mundo de las cofradías, que además sirvió de guía. Sin su inestimable ayuda, este servidor y sus amigos no se hubieran acomodado tan bien a Granada en tan poco tiempo. Su gente y sus ganas de enseñar hizo que el recorrido por las callejuelas del Albaicín supieran a gloria.

Todo empezaba en Plaza Nueva para continuar por la Carrera del Darro, una pequeña vía en paralelo al riachuelo del que brota un manantial de sonido. “En Semana Santa cuando pasa por aquí el Silencio, solo se escucha el agua del Darro” continuaba explicando Marian. Lo cierto es que ante tanta ebullición de personas y de vehículos, pasear por este punto es uno de esos placeres que da la vida en un mundo donde la contaminación hace mella.

En algún momento, quizás se pensó que no era buena idea empezar a subir hacia arriba. Sobre todo porque las callejuelas se convirtieron en rampas peores que la del “TourMalet” en Francia y se comenzó a notar que aquellos tres sevillanos estaban acostumbrados a su Sevilla del alma sin una misera cuesta entre todas las calles de la capital de Andalucía. Pero lejos de parar y volver hacia atrás, la Alhambra asomaba entre los pequeños resquicios que dejaban aquellas calles. El único consuelo era llegar a la cima, al mirador de San Nicolás, para admirar el paisaje y embobarse con el atardecer granadino.

La Alhambra fotografiada desde el Mirador de San Nicolás // Fotografía Juanma Baños

Hasta el Pico Veleta de Sierra Nevada se veía entre los minaretes de la fortaleza árabe. Era el atardecer perfecto, entre soniquetes de agua, brochetas de pintura y hermosos paisajes. Granada da para quedarse días y horas petrificado analizando la historia y la belleza de este territorio nazarí. Pero si eso pasaba, las procesiones hubieran terminado y realmente eso era lo más importante.

Al día siguiente comenzaba la aventura que había traído a media Andalucía a esta zona de la región. Todos los pasos se encontraban en la catedral a la espera de que sobre las 5 de la tarde comenzara la magna. El templo mayor aguardaba a los 22 misterios en dos hileras. Nada más entrar por la puerta principal a la izquierda, se encontraban 11 pasos y a la derecha los restantes. Cada uno enfrentado al otro, haciendo que la riqueza visual fuera espectacular. Más aún cuando el oro predominaba en los dorados de las canastillas y respiraderos de los tronos.

Cada hermandad representaba una escena de las vivencias de Jesús de Nazaret y la procesión iba en orden según la “Pasión de Cristo”. Es decir, en primer lugar procesionaba la Entrada en Jerusalén, posteriormente la Oración en el Huerto y así sucesivamente hasta llegar a la Resurrección.

En primer plano el misterio de las Tres Caídas, en segundo plano el misterio de Jesús Despojado y al fondo el Cristo de la Expiración

NI LA LLUVIA QUISO PERDERSE EL COMIENZO DE LA PROCESIÓN

A la hora que estaba prevista comenzar la magna, llovía en Granada. Los partes y los expertos anunciaban que el agua cesaría y que no habría ningún problema. Lo cierto es que pasaban los minutos y el cielo seguía encapotado. Andalucía entera se encontraba en Granada y las calles a rebosar se llenaban de paraguas de colores. Hasta eso le dio luz a una tarde que por momentos parecía apagarse.

Antonio Delgado, físico de partículas y experto en la materia, insistía en que la procesión no correría peligro y se efectuaría sin problemas. Para quien no lo conozca, Delgado es el “Messi de los partes meteorológicos”. Su dilatada experiencia le ha llevado a darle, desinteresadamente, las previsiones a las hermandades de Semana Santa en sus días de salida. Gracias a la labor de Antonio, hay hermandades que han tomado diferentes decisiones en función a los partes que le presentaban este andaluz que vive en Estados Unidos.

 

Dicho y hecho, la procesión comenzó a salir. Primero recorrerían la Carrera Oficial (lugar por donde todas las hermandades tenían que transcurrir) y posteriormente cada corporación emprendería su camino de regreso hasta su respectivo templo. Tantas personas había en el centro de la ciudad que el tiempo de espera para ver a la primera cofradía fue de 2 horas. A las siete y media apareció por la calle San Matías “La Borriquilla”. El paso comenzó a subir la cuesta a sones de una banda sevillana, la Centuria Romana Macarena. Hasta en otras ciudades, la palabra Sevilla irrumpía con la fuerza de las cornetas y los tambores de esta formación musical.

El corazón palpitaba con más ritmo, el momento había llegado y San Matías se volcó con la Entrada en Jerusalén. La emoción se palpaba y la sincronización entre paso y banda anunció que la magna prometía instantes de ensueño. Sonaron marchas como “María, Luz y Esperanza” o “Híspalis” entre otras composiciones. La técnica utilizada por los costaleros fue magistral pero mejor que disfruten con esta genialidad en este vídeo que la banda publicó en sus redes corporativas.

LA ESPERA MERECIÓ LA PENA

Por San Matías también pasaron hermandades como La Sentencia o El Huerto. Esta última protagonizó un momento estelar en el encuentro con la cofradía de La Paciencia. Ambos misterios estuvieron juntos durante unos minutos, momentos que los fotógrafos aprovecharon para realizar sus respectivas instantáneas. Otros pasos que del mismo modo, se pudieron contemplar a la vez fueron la Virgen de la Aurora y la Virgen de la Hermandad del Sacromonte o el misterio de la Sentencia y la Virgen de los Dolores. Estos momentos extraordinarios, pocas veces se verán en la historia de la Semana Santa granadina, por lo que la expectación era máxima, concentrando a un gran número de visitantes en las estrechas callejuelas de la ciudad.

La cofradía de La Paciencia al fondo y El Huerto en primer plano en una calle de la ciudad. Fotografía cedida por La Trabajadera

 

UNO DE LOS MOMENTOS DE LA NOCHE

Pasaban las horas y las hermandades comenzaban a recogerse. En la Iglesia de Santo Domingo entraban 3 cofradías. En primer lugar lo hacía la Cena, posteriormente la Cañilla y en último lugar Las Tres Caídas. En el impás entre las entradas de estas corporaciones en el templo, se encontraban dos creadores de contenido del ámbito cofrade.

Por un lado “Darío El Jartible”, por otro “Ximo de Campana de Trono”. Ambos, creadores de contenido en plataformas como Twitch, Tik Tok o Instagram. Realmente capacitados profesionalmente en lo suyo pero sobre todo buenas personas. La charla esperando a las cofradías fue espectacular. Se habló de Semana Santa, de Sevilla, de Granada, de la vida y de la creación de contenido en el mundo de la cofradías. Era la primera vez que se producía el encuentro y entre bromas y risas el tiempo parecía pasar rápido. “Bueno y… ¿Qué es lo que has visto hasta el momento? preguntaba Darío. “A mí me ha encantado la entrada de la Cañilla”, confesaba. Precisamente, así se llama la hermandad pero esas conversaciones cofrades son dignas de bar con su respectiva caña de cerveza bien fresquita.

Este creador de contenido cofrade lleva en activo desde finales de 2016 y durante todo este tiempo ha dedicado sus vídeos de Youtube, Twitch y otras plataformas a engrandecer la Semana Santa de una manera muy especial. La conexión que ha transmitido por su amor a las cofradías ha hecho que se pueda decir fácilmente que es el “Messi en lo suyo”.

Y para explicar el enorme tirón que tienen las bandas de Semana Santa en el panorama nacional se encuentra “Ximo de Campana de Trono”. Este valenciano es un enamorado de las formaciones musicales de nuestro país. En este reportaje se puede asegurar que no hay banda que se le escape a Ximo. Se las sabe todas. De ahí que se le pueda considerar como el creador de contenido dedicado al mundo de las bandas de Semana Santa. Sus directos en Twitch están enfocados en entrevistas y tertulias con miembros de estos colectivos, aunque él se quite importancia. “Yo al final lo hago para que las bandas tengan ese altavoz pero no me considero un streamer” comentaba Ximo.

La conversación hubiese seguido si no es porque el cortejo de las Tres Caídas se aproximaba a Santo Domingo pero la sensación de haber dado por casualidad con estas buenas personas hizo que fuera uno de los momentos más significativos de la jornada.

Darío El Jartible a la izquierda y Ximo de Campana de Trono a la derecha de la imagen

 

PARA FINALIZAR LA MAGNA UNA RACIÓN DE AURORA

Tras el momento con Darío y Ximo, había que ponerle la guinda al pastel con la traca final. Ximo de eso sabe mucho en Valencia pero en el argot cofrade, el colofón se puede referir a un momento de éxtasis o recogida. Y para recogida había que volver a subir El Albaicín, el barrio que un día antes sirvió para hacer el ejercicio de todo un mes. En estas callejuelas se encontraba la entrada de la Virgen de la Aurora.

La Aurora se puede asemejar a la Macarena o La Esperanza de Triana en Sevilla, en cuanto a devoción. Son muchos los granadinos que aman a esta hermandad. No es para menos, su iglesia se encuentra en el barrio más significativo de Granada y el recorrido de vuelta de la dolorosa hasta su templo es, según muchas opiniones, el más bonito de la semana mayor.

Prueba de ello es ver al palio entrar en la estrechez de los “grifos de San José”, una cuesta con giro incluido y lo más complicado de todo, con escalones. El palio tenía que sortear la estrechez, los escalones y un balcón que parecía estar puesto a “mala leche”. La Alhambra de fondo era testigo de este acontecimiento y el resultado fue estratosférico. Se consiguió lo imposible en un terreno que cada vez picaba hacia arriba. La noche, la luna, la fortaleza, Sierra Nevada…y se acaban los sustantivos para engrandecer a La Aurora en la Magna de Granada.

Virgen de la Aurora comenzando a subir los Grifos de San José. Fotografía Francisco José Borge

 

HORA DE VOLVER A CASA

Dicen que las despedidas son duras. Más aún cuando se despide algo que se ha disfrutado con intensidad. La Magna terminó con la entrada del palio del Sacromonte a las 5 de la madrugada. A esa hora ya se dormía en aquel piso de la calle Elvira 41 tras haber vivido un fin de semana de ensueño.

Al día siguiente, era el momento de recoger todo y emprender de nuevo el regreso a casa. Esperaba Sevilla, la capital de Andalucía y la capital de la Semana Santa. Pero Granada había dado una lección al país de entereza, de recogimiento, de buenas hermandades, de paisajes bellos, de momentos históricos…

Aquel domingo, al volver a casa, todo pareció como un Domingo de Resurrección cuando el último nazareno de la Semana Santa entra de nuevo en el templo porque el disfrute fue tan mágico que las ganas por recorrer  de nuevo la ciudad nazarí aumentaron cada vez más. Gracias Granada por este fin de semana.

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