Opinión: La inteligencia artificial, el enemigo íntimo

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Abstract image of a holographic human AI robot with flowing binary on dark blue background.

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Este es el anuncio utópico de la supuesta finalidad que tiene  la llegada de la Inteligencia Artificial: “La IA tiene un enorme potencial para el bien social y la promoción de la consecución de los ODS si se desarrolla de una manera que beneficie a la humanidad, respete las normas y estándares mundiales y esté anclada en la paz y el desarrollo”. Pero, la realidad es otra.

La inteligencia artificial ha llegado para quedarse. Inunda todos los entornos sociales y laborales, y poco a poco se ha ido haciendo hueco en la vida cotidiana de la sociedad. En la actualidad, la inteligencia artificial se ha convertido en una de las tecnologías más disruptivas y que más atención despierta. El ritmo al que se suceden los modelos, cada vez más potentes, se está acelerando y tanto las posibilidades como los potenciales peligros de su uso están generando debate tanto entre la comunidad científica como en las instancias políticas.

En este nuevo entorno, tenemos la expectativa de alcanzar un nivel de perfección mecánico en el que las máquinas piensen y actúen como humanos y aplicando principios racionales, hasta alcanzar probablemente, la autonomía. El problema viene cuando la Inteligencia Artificial se emancipa de su creador, de aquel que la codifica para funcionar. Esto es, el ser humano. Detalle que no se nos puede olvidar: La responsabilidad que recae sobre el precursor, el creador, el diseñador de un nuevo entorno que viene a facilitar la vida, en algún aspecto, pero que, por otra parte, hace tambalear los principios de la sociedad, entendida como humana, y los patrones de actuación que aplicábamos. Y es que, ahora casi todo es Inteligencia Artificial o Chat gpt.

Para la realización de este reportaje hemos hablado con Guille, Ana y Juan Ramón, tres jóvenes que aplican la inteligencia artificial y que nos aportan luz sobre la influencia de esta evolución algorítmica. Por su parte, Guille trabaja en la empresa de ciberseguridad  ‘Eviden’ ,y nos apunta a los peligros que tiene la presencia de la IA en la ciberseguridad “La privacidad es un tema importante. Los sistemas de reconocimiento facial, por ejemplo, pueden identificar a personas o multitudes en espacios tanto públicos como privados. Podrías ser observado y monitorizado sin saberlo ni dar tu consentimiento.

Los sesgos en los algoritmos también son un problema. Hay casos donde la IA puede discriminar a grupos específicos sin que sea intencional. Además, no podemos olvidar la pérdida de empleos. A medida que la IA se vuelve más capaz, muchos trabajos, desde los especializados hasta los más generales, podrían ser realizados por máquinas”.

En cuanto al formación que se requiere para construir servicios de ciberseguridad a partir de la Inteligencia Artificial, apuntó que: “Básicamente se necesitan conocimientos en informática, matemáticas y estadísticas. Mi formación es en ingeniería, por lo que ya tenía una buena base antes de empezar a trabajar. Por supuesto, es un campo en continua evolución así que nunca paras de formarte y así ha sido en todos mis años de experiencia”. Obviamente, le hicimos la pregunta del ‘millón’ sobre las expectativas de permanencia en torno a la IA: “Sin duda. Ya está arraigada en muchas industrias, incluida la de seguridad donde, por ejemplo, aporta eficiencia y precisión en la detección y respuesta a incidentes”. A pesar de esto, Guille apostilló que: “Los beneficios, en mi opinión, pesan más que los desafíos y riesgos que hemos comentado”.

Con respecto a la difusión de conocimientos sobre la IA, Guille indicó: “Apoyo la idea de hacer la IA accesible a todos, pero con precaución. Es vital asegurarse de que quienes tengan acceso a esta tecnología también estén bien informados para usarla de manera ética y segura. La accesibilidad puede fomentar la innovación, pero también debemos ser conscientes de los riesgos y trabajar para establecer normas claras y regulaciones que protejan la seguridad, la privacidad y los derechos de todos”.

Ana trabaja para empresa de fabricación de piezas de aeronáutica ‘Sofitec’ y nos indicó que, de momento no, han acudido a la Inteligencia artificial para realizar su trabajo: “Hasta ahora no la hemos utilizado porque realmente no nos ha hecho falta. Normalmente, si necesitamos ayuda de algo que no conozcamos, buscamos en libros o vídeos. Pero, no solemos acudir a la IA, aún. No sé, dentro de un mes, pero ahora mismo no”. Aún quedan resquicios donde la inteligencia artificial no ha podido hacerse un hueco, todavía.

Por su parte Juan Ramón, también trabaja en la fabricación de mecanizado y piezas para la empresa ‘Tecnopro’, a él le preguntamos sobre la aplicación de la IA en su trabajo: “Yo tampoco la utilizo porque lo que hago es diseñar planos y máquinas. Y para eso la inteligencia artificial no vale para nada. Cada pieza es distinta, y eso necesita la intervención y visión de un humano”

El ámbito de la educación es diferente, la IA se ha transformado en el famoso ‘Chat gpt’. Cada vez, son más los jóvenes que acuden a dicha herramienta para la creación y generación de trabajos e información. Esto es lo que nos ha hecho llegar, Clara, profesora de filosofía: “Del chat gpt veo positivo que puede ser una herramienta de creación original, de trabajo en grupo en el q se intercambien ideas y cojan forma, pero la verdad es que hasta ahí. No le veo absolutamente nada positivo al hecho de que un alumno pueda entregar una redacción en cualquier idioma gracias al chat gpt sin haber aprendido lo más mínimo. Todo te lo puede solucionar el chat gpt. ¿Entonces, donde está lo positivo? Es un elogio de la vagancia y la ignorancia”.

Es por ello que, cada vez son más los ciudadanos que la utilizan, y otro tanto que piden un control sobre uso, al igual que una educación digital aplicada al manejo de la IA. Su uso, cada vez se ha popularizado en los jóvenes, y el número de empresas que han ido incluyéndolo en la infraestructura disponible para los trabajadores.

En algunos casos, sustituyendo a los seres humanos en funciones que realizaban; De ahí que el debate sobre su uso y la necesidad de control sea cada vez más necesario en la sociedad.

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