Opinión: La Democracia cede ante el chantaje de Qatar

La policía Belga descubre casos de corrupción en el seno del Parlamento Europeo recibidos por parte del régimen qatarí
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Todo comenzó cuando se reunieron el empresario multimillonario y ex presidente de la Federación qatarí de Fútbol, Bin Hamman con el que era el presidente de la FIFA Joseph Blatter para recibir sobornos a cambio de favorecer la elección de Qatar, concretamente, 3,6 millones de dólares. Todo ello reforzado por una reunión entre Michel Platini y el ex-presidente de Francia Nicolas Sarkozy junto con el emir de Qatar Al- Thani para decidir bajo la cuerda de la corrupción, un mundial que no obedece a la idiosincrasia de un evento deportivo de estas características: Brasil ya es el precedente inmediato.

Es por ello que, el campeón del mundial de Qatar pasará casi desapercibido si miramos con retrospectiva los numerosos escándalos que asolan la celebración de un evento deportivo manchado por la corrupción y la sangre de olvidados cuyo recuerdo solo es el número aproximado de víctimas que se pretende contabilizar, según el diario inglés “The Guardian”, un total de 6500 personas procedentes de Nepal, India o Bangladesh.

Un ecosistema que queda descrito bajo el análisis de Amnistía Internacional: cobro de elevadas comisiones a sus trabajadores para poder ser contratados, y el consecuente endeudamiento de los trabajadores. Terribles condiciones de vida; hacinamiento y falta de higiene en alojamientos saturados. Falsas promesas en salarios que nunca son abonados a los trabajadores y la realización de trabajos forzosos con la limitación de movimiento al ser requisados el pasaporte: cuyo resultado son muertes extrañas de las que nadie se quiere responsabilizar.

Frente a ello, el boicot de algunas selecciones, cuyas acciones se han visto coartadas bajo amenazas de la FIFA que ha cumplido su objetivo de blanquear y ser cómplice de un régimen opresor de los Derechos Humanos y libertades fundamentales; avalado por parte del Parlamente Europeo.

Foto: Google imágenes

El último escándalo del que la opinión pública tiene constancia es la investigación iniciada por la policía Belga de un posible caso de corrupción en el seno de una de las instituciones más importante de la Unión Europea y que ya se ha cobrado sus primeros culpables: la primera es la vicepresidenta Eva Kaili a la que se le acusa de haber cobrado sobornos de qatar a cambio de favores por parte de la UE. La vicepresidenta acusó a los críticos del mundial de querer “boicotear” a Qatar. Además, durante sus intervenciones aseguró que el Mundial es “una prueba de cómo la diplomacia deportiva puede provocar la transformación histórica de un país, con reformas que inspiran al mundo árabe” , ella es la cara más visible del escándalo.

Pero a su lado aparecen el líder de la ONG “Fight impunity” Antonio Panzeri y el Secretario de General de la ONG “No Peace without Justice” Níccolo- Figa Talamanca, entre otros: todos ellos cómplices de blanquear y lavar la imagen de un régimen opresor de derechos y libertades fundamentales, a cambio de un soborno que oscurece éticamente a toda Europa.

El mundial está a punto de acabar, pero la historia lo recordará por siempre, pues con su celebración se ha demostrado que el deporte siempre está ligado a la política: dejemos de lado esa utopía del deporte como algo ajeno a la realidad política. La pena es que siempre destaca por su relación negativa en la mayoría de las ocasiones.

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