Opinión: Unos restos arqueológicos que no se tendrían que haber descubierto nunca

La Sala Antiquarium es un espacio abandonado a manos del Ayuntamiento de Sevilla
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Estado de los restos arquitectónicos de la Sala Antiquarium de Sevilla. FOTO: MARIO DEL RÍO

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Que haya un espacio en Sevilla tan maltratado como la Sala Antiquarium no se puede permitir. El Ayuntamiento no deja de apostar por la cultura, o al menos eso dicen ellos, pero no lo demuestran con los espacios que tienen abiertos. Un claro ejemplo es esta sala que fue creada con la visión de ser el epicentro de la historia de la capital andaluza. Ahora se ha convertido en una simple muestra de los restos arqueológicos que se encontraban allí.

Las obras del Metropol Parasol dejaron al descubierto restos visibles de gran parte del período romano. Desde Tiberio hasta el siglo VI y una casa islámica almohade de los siglos XII y XIII. Además, este espacio conservaba información de períodos que abarcan las edades media, moderna y contemporánea.

Los visitantes recorren sin rumbo el laberíntico espacio, ya que, sin ningún tipo de guía ni panel que te indique por dónde continuar, puedes llegar a pasar por el mismo sitio en varias ocasiones. “Despidieron a las guías que nos acompañaban y ahora se encuentran en juicios con el Ayuntamiento. Nos tienen abandonados”, asegura una de las trabajadoras.

Las pantallas informativas no funcionan o están mal conectadas al servidor. Un punto importante de información que, con su mal estado, consigue que estos vean simples restos arquitectónicos, sin entender nada de ellos. Un grave error que no se puede permitir ya que sus visitantes van con la intención de aprender y no pasar por allí como si nada.

“Visitamos el mirador de las Setas y al entrar descubrimos a través de las cristaleras estos restos. Nos interesamos por ver de qué se trataba pero la organización y el mantenimiento del lugar ha hecho que nos vayamos con mal sabor de boca”, comentaba un turista tras su visita.

Este proyecto, realizado por el arquitecto Felipe Palomino González y gestionado por el Patronato del Real Alcázar, es una mezcla de estilos. Por un lado tenemos lo antiguo: los propios restos arqueológicos; y por el otro lo nuevo: suelos de hormigón, un estilo de iluminación novedoso, partes del suelo de cristal para poder ver qué hay debajo, estructuras de madera para ver mejor alguno de los lugares, estructuras de acero que sustentan el museo y barandillas de cristal forman el variopinto elenco espacio de la sala. Dos estilos muy diferentes que se hacen con todo el protagonismo, haciendo sombra al tema principal de exposición, mostrar una parte de la historia sevillana.

 

Los 4.879 metros cuadrados diáfanos forman una sala llena de humedades y goteras que han hecho que la propia estructura y paredes se llenen de moho. Pero no solo eso, los propios restos arqueológicos también se están viendo afectados por este fenómeno. Un estado deplorable que nadie se encarga de arreglar e intentar que no vaya a más. Tan solo en algunos puntos, los responsables del lugar, muestran con un cartel de aviso que el suelo puede resbalar para que los visitantes no tengan ningún percance.

“Tenemos varias hojas de reclamaciones que se quedan aquí archivadas, nadie se encarga de venir a por ellas. Las goteras y filtraciones llevan así meses y los restos arqueológicos están siendo afectados porque nadie se está encargando de restaurarlos”, comenta otra de las trabajadoras.

Más y más problemas en un lugar que se encuentra debajo de uno de los sitios más visitados de la ciudad, el Metropol Parasol, también denominado como Setas de Sevilla.​ Se trata de la estructura de madera y hormigón más grande del mundo, ubicada en la céntrica plaza de la Encarnación por la que pasan más de 3 millones de personas al año.

Telarañas por toda la sala, elementos perdidos, goteras, moho, objetos extraños en el suelo de uno de los mosaicos… ¿De verdad merecen estos restos arqueológicos este tratamiento? La respuesta es clara, no. El mal cuidado de esta sala deja ver la brecha que tiene el Ayuntamiento con el tratamiento de los diferentes lugares culturales. Si el Metropol Parasol se encontrase en estas condiciones, ¿lo permitiría esta institución? Por supuesto que no. No pueden permitir esa imagen exterior de la ciudad pero sí pueden olvidarse de los restos arqueológicos que se encuentran bajo ella.

Pero eso no es todo. La Sala Antiquarium cuenta con un espacio de usos múltiples que alberga conferencias, exposiciones, obras de teatro, etc. Un espacio gratuito al que solo se puede llegar atravesando el museo cuyo precio de entrada es 2,10€ en adultos. Un problema al que se enfrentan los trabajadores del lugar al no saber si se tratan de visitantes o de público que asiste a los eventos.

A las imágenes me remito. Esta sala es un espacio abandonado que ha sido y será un impedimento para el Ayuntamiento ya que no contaban con él. Su proyecto de aparcamiento, el cual iba a estar ubicado en el lugar de este, con el que poder sacar dinero a los sevillanos y turistas se vio destruido con su hallazgo que rompió todos sus planes. El Ayuntamiento de Sevilla no ha querido dar declaraciones a EUSA NEWS sobre el estado y mantenimiento de este espacio.

Un patrimonio arqueológico del que no se pudieron deshacer y que han tenido que respetar. Unos restos que estarían mejor conservados si no hubiesen sido descubiertos porque el Ayuntamiento se está encargando de acabar con ellos. Tal vez sea una venganza por acabar con uno de sus planes estrella en el centro de la ciudad, la construcción de un gran aparcamiento.

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