La importancia de los hábitos de las madres durante el embarazo

Se calcula que cada año fallecen en el mundo 303.000 recién nacidos debido a anomalías congénitas.
- Las anomalías congénitas pueden ocasionar discapacidades crónicas con gran impacto en los afectados, sus familias, los sistemas de salud y la sociedad.
- Los trastornos congénitos graves más frecuentes son las malformaciones cardíacas, los defectos del tubo neural y el síndrome de Down.
Estas anomalías pueden tener un origen genético, ambiental o infeccioso, pero en su mayoría es muy difícil conocer la causa de manera exacta. Aunque las enfermedades más conocidas son las que se han mencionado anteriormente, existe un gran desconocimiento acerca de otras muchas.
Una de ellas es el Síndrome Alcohólico Fetal (SAF).
El síndrome alcohólico fetal es una afección del niño que se deriva de la exposición al alcohol durante el embarazo de la madre. El síndrome alcohólico fetal provoca daño cerebral y problemas de crecimiento. Los problemas causados por el síndrome alcohólico fetal varían según el niño, pero los defectos provocados por este síndrome son irreversibles.
Déficit en el desarrollo intelectual, dificultades para desenvolverse en la vida cotidiana o déficit cognitivo son algunas de los síntomas de este síndrome. Las deficiencias varían según el niño y el grado que tenga, ya que aunque es irreversible, el detectarlo y tratarlo puede hacer más llevadera la vida de los niños que lo padecen.
No sólo afecta intelectualmente, también produce alteraciones físicas en el paciente. Rasgos faciales característicos, entre ellos, ojos pequeños, el labio superior excepcionalmente delgado, nariz corta y hacia arriba, y superficie de la piel lisa entre la nariz y el labio superior, disformidades de las articulaciones, extremidades y dedos.
El crecimiento físico se caracteriza por ser más lento, antes y después del nacimiento, dificultades de la visión o problemas de audición. El perímetro de la cabeza y tamaño del cerebro suele ser más pequeño, efectos cardíacos y problemas con los riñones y los huesos son algunos de los síntomas que suelen presentar los afectados.
Está demostrado que este síndrome se produce en el feto cuando la madre consume alcohol durante el embarazo. Los médicos aseguran que no existe ninguna dosis segura de alcohol para que se consuma durante el embarazo, y no estaría relacionado la cantidad con la consecuencia o gravedad.
Según informan las autoridades sanitarias este síndrome se produce por la ingesta de alcohol a través de la madre, el alcohol llega al torrente sanguíneo hasta la placenta, donde el feto metaboliza el alcohol de forma más lenta. Una vez el alcohol llega a la placenta interfiere en la oxigenación que recibe el feto, con la consecuencia de esas deficiencias en el mismo.
Según el último estudio acerca de este síndrome al rededor de un 80% de los niños que lo padecen proceden de países del este, donde el consumo de alcohol durante el embarazo está mucho más aceptado que aquí.
Los nuevos informes afirman que NICHD investigan acerca de los posibles tratamientos para poder mejorar la vida de los afectados por esta enfermedad.
(Instituto nacional sobre embarazos saludables, niños saludables, vidas óptimas y saludables).
Lorena, madre adoptiva de Hugo afirma que es un síndrome que hace muy especial a los niños, pero que no cambiaría absolutamente nada. Lorena, junto con su marido Luis adoptaron a Hugo, de nacionalidad rusa cuando tenía 2 años.
Al principio afirman que no notaban nada de las necesidades especiales de su hijo, comenzó a hablar con normalidad y tenía capacidad de relacionarse. Al cumplir los cuatro años, Hugo empezó a tener una involución considerable. Dejo de hablar y comenzó a tener serios problemas para interactuar con los demás. Sus padres no dudaron en investigar para poder mejorar la calidad de vida de su hijo. La madre biológica de Hugo consumió alcohol en varios ocasiones durante el embarazo, lo que hizo que Hugo padeciera este síndrome.
A día de Hugo acude a un centro para niños con necesidades especiales, a pesar de las dificultades que pueda presentar, Hugo y sus padres llevan una vida completamente feliz y no dudarían en volver a adoptar a cualquier niño con necesidades, pues según explican son niños sensibles, empáticos y con una gran capacidad de amar.

Soy Lucía Aranda, estudiante de 4º de Periodismo. Me encanta conocer cosas nuevas, dibujar y pasear.
Me alucina todo lo relacionado con el zodiaco y todo el mundo esotérico.