Enrique López: maestro de educación infantil en Vietnam

– ¿Qué te ha llevado a viajar tanto y de esta forma?
Creo que todo empezó gracias a mi madre. A ella siempre le ha encantado viajar y de pequeños el primer viaje que recuerdo fue a Ámsterdam en dos ocasiones para visitar a mi tía, que vivía allí.
Más adelante, mi hermana y yo nos apuntamos a una academia de inglés en mi pueblo que siempre, al terminar el año, realizaban un viaje. Con ellos fuimos dos veces a Londres y uno a Edimburgo.
Pero creo que lo que me ha llevado a viajar tanto ha sido la separación de mis padres hace 10 años. Por ese entonces mi padre era el único que sabía conducir y, al vivir con mi madre, le “eché en cara” que nunca volveríamos a viajar porque ella no sabía. Ahí fue cuando se comprometió ha empezar a coger el coche y llevarnos a distintos sitios. Primero por España y después por otros destinos internacionales. Desde entonces, cada año en Semana Santa hacemos un viaje a algún sitio que no conocemos fuera de España y otro en el puente de diciembre.
– ¿Cuántos lugares has visitado este año? ¿Y en total?
Los sitios nuevos que he conocido este año son Mallorca, algunas ciudades de la zona norte de Italia (Milán, Padua, Verona y Venecia), Tailandia, Vietnam y Hong Kong. Para saber el total de los lugares que he conocido (fuera de España), tengo una lista en las “Notas” del móvil donde voy apuntándolos. La lista es la siguiente: Holanda (2 veces), Londres (2 veces), Edimburgo, Praga, Colonia y Bonn, Noruega, París (2 veces), Roma (2 veces), Florencia, Siena y Luca (La Toscana), Bruselas, Marruecos, Portugal, Budapest, Viena, Polonia, Toulouse, Nueva York, Padua, Verona, Venecia, Milán, Tailandia, Vietnam y Hong Kong.
– En cada lugar que has estado, ¿qué es lo mejor y lo peor?
Creo que no podría decirte lo mejor y lo peor de cada uno, porque no hay solamente una cosa especial en ellos, me quedo con un completo de cada viaje.
– ¿Los viajes han sido preparados con tiempo o has ido un poco a la aventura?
Todos han sido preparados con tiempo porque, como ya te dije, son viajes familiares que tenemos quizá una sola semana y no podemos estar merodeando por ahí sin saber nada sobre el lugar. Quizá los viajes a Portugal si han sido a la aventura, porque está a dos horas de Salamanca y normalmente nos solemos escapar en algún puente sin saber muy bien dónde vamos. Por otro lado, el viaje de Tailandia fue más a la aventura. Fui con tres amigas como viaje de fin de carrera y la verdad es que no planeamos nada, simplemente las zonas que queríamos visitar. Nos recorrimos el país de arriba abajo. Acertamos en muchas cosas, pero nos equivocamos en otras y nos timaron por todos lados, pero nos sirvió para aprender. Para el viaje de Hong Kong tampoco preparé nada, solamente el hostal donde me iba a quedar.
– ¿Volverías a alguno de ellos?
Volvería sin duda a todos ellos. Especialmente a dos: a Nueva York, porque desde pequeño había soñado con ir y cuando fui me encantó; y a Vietnam estoy planeando volver el verano que viene y quizás, venirme a trabajar aquí en el futuro.
– ¿Qué estás haciendo actualmente?
Actualmente estoy en Vietnam haciendo un voluntariado como profesor de inglés. Llevo aquí desde el 18 de septiembre y ya estoy a punto de terminar, por desgracia. Lo que hago es ayudar a las profesoras de inglés de dos colegios (primaria y secundaria) y dar clases en una Academia de Inglés en un pueblo a 20km de Hanói, todo ello sin ánimo de lucro.
– ¿Crees que a día de hoy la gente es consciente de muchas situaciones de personas menores en otros países?
Creo que no. Por ejemplo, en España cuando hablamos de la explotación infantil de los menores siempre lo decimos con un tono de cachondeo que debería evitarse. Siempre se hace alusión a lo mismo: que si los niños que hacen ropa en Mongolia, los que hacen zapatos en Camboya… Pero el problema va mucho más allá de eso. No podemos centrarnos en ciertos tipos de explotación infantil, sino que tenemos que hablar de ello como un término general; como un problema real que ocurre en más países de los que nos pensamos y que va desde los niños y niñas que trabajan para sus padres en los restaurantes vietnamitas hasta las niñas que son prostituidas en Perú por los proxenetas.
– ¿Cómo lo asimilas?
La verdad es que es muy difícil asimilarlo, porque se está quitando uno de los derechos fundamentales de los niños que es el de la libertad y, como dije en mi foto de Instagram, “una infancia con esperanza permite a los niños mirar la vida y el futuro con confianza”.
– ¿Qué consejos le darías a las personas que quieran viajar?
Uno de los principales consejos que les doy a las personas que quieren viajar es que aprovechen al máximo el tiempo cuando están en otro lugar. Que se empapen de la cultura, se pierdan por las calles, intenten coger medios de transporte solamente cuando sea necesario ya que, recorriéndote las calles a pie, es cuando más cosas se descubren. Cuando estuve en Nueva York nuestro hotel estaba a unos 7km de la zona centro de Manhattan, ya que estábamos en China Town. Aun así nunca cogimos el metro más que para ir al aeropuerto. Descubrimos zonas de las que no se hablan en las guías turísticas que merecen más la pena que muchas otras.
Otra cosa es que, aunque parezca mentira, lo principal a la hora de viajar es tener tiempo más que dinero. Así que, si de verdad quieres viajar, busca un hueco en tu agenda y lánzate a la aventura. Con poco dinero se pueden llegar a sitios impresionantes.
– ¿Tus equipajes cómo son?
Casi siempre a todos los viajes que he ido he llevado maleta de mano; la típica que te dejan meter en el avión en cabina. Para viajes que son más largos y cuya estancia va a ser mayor me llevo una maleta facturada y, de vez en cuando, una de mano, como es el caso de Vietnam.
Para el viaje de Tailandia llevé una mochila grande de “mochilero” y la verdad es que es súper recomendable. Caben muchas más cosas que en una maleta de mano y a la hora de moverse por los sitios es mucho más práctica.
– ¿Tienes alguna anécdota divertida que contar?
De cada viaje que he hecho tengo miles de anécdotas divertidas, pero creo que el viaje a Tailandia se lleva el premio en esta pregunta. Al ir con amigas de la Universidad todo eran risas: nos caímos con las motos, estando de fiesta decidimos hacernos un tatuaje, íbamos cantando en los tuk-tuk por las ciudades, acabamos todos durmiendo en un picadero de gais y de transexuales por no haber reservado con antelación, etc. Sin duda de este viaje recordaré muchas cosas buenas.
– ¿Qué es lo más importante para ti a la hora de viajar?
Sin duda alguna lo más importante a la hora de viajar es conocer, disfrutar de cada momento y hacer una inmersión en la cultura de cada sitio que vayas, respetando cada persona y pensamiento.
– Si solo te dieran la opción de hacer una maleta con 5 cosas, ¿cuáles serían?
Justo hoy he estado viendo en Netflix una película documental sobre el Minimalismo, que es una forma de vivir con la que se puede tener más con menos. Vivir sólo con lo necesario. Y eso me ha hecho plantearme muchas cosas. Cuando hacemos una maleta siempre solemos meter cosas que al final nunca utilizamos. Un claro ejemplo de esto soy yo. Todos los veranos me voy a pasar un mes a Asturias en agosto y todos los veranos me llevo una maleta grande y dos pequeñas. Al final, con lo que utilizo me sobraría hueco en la maleta grande.
Si solo me dieran la opción de hacer una maleta con 5 cosas serían:
1. Un móvil con una buena cámara. Me da igual que no haya internet, pero para utilizar el teléfono por si hay una emergencia y para hacer fotos de todo. Me gusta hacer fotos porque, aunque tengo buena memoria, de vez en cuando me gusta recordarlo con imágenes.
2. Ropa de cambio.
3. Auriculares, ya que me encanta escuchar música en todo momento.
4. Dinero
5. Documentación
– ¿Echas de menos a tu familia?
Claro, si por algo tengo ganas de volver a España es para estar con ellos otra vez. Pero es soportable, hablo con ellos todas las semanas y sé que están bien, que eso es lo importante.
– ¿Cuánto tiempo llevas sin verlos?
Desde que me vine a Vietnam el 18 de septiembre.
– ¿Cómo te ves en unos años?
No me gusta pensar en cómo me voy a ver en unos años porque me agobio intentando conseguirlo. Está claro que siempre he tenido el típico sueño de cómo me gustaría que fuera mi vida cuando sea mayor, pero me gusta tomarme mi tiempo para conseguirlo y dejar que todo fluya y sea el tiempo quien decida dónde estoy.
Tengo claro que me gustaría trabajar en algo con lo que pudiera estar viajando por todo el mundo, no me gustaría estancarme en un lugar toda la vida, al menos de momento.
– ¿Recomendarías a la gente lanzarse a la aventura?
Por supuesto, si os gusta viajar y conocer nuevas culturas y gente, adelante. Lo más importante si vais a lanzaros a la aventura es tener claro que es lo que queréis hacer y ser fuertes una vez que estáis lejos de casa. Posiblemente se haga duro al principio si no habéis estado alejados de vuestra gente durante mucho tiempo, pero merecerá la pena.
– ¿Hace falta mucho dinero para viajar?
Como he dicho anteriormente es una cuestión de tiempo más que de dinero. Si no tienes tiempo no puedes salir de tu entorno, pero si no tienes demasiado dinero puedes llegar lejos. Para eso voy a recomendar un par de cosas:
Encontrar buenas ofertas de vuelos está cada vez más fácil con la de páginas online que existen. Yo siempre utilizo una llamada “Skyscanner” que compara entre varias compañías aéreas y te ofrece distintas posibilidades dependiendo del dinero y el tiempo que tengas.
Para alojarse puedes encontrar buenos chollos también. En muchas ocasiones yo utilizo la web de “Airbnb” para buscar casas donde alojarme, ya sean compartidas o alojamientos completos. Existe una red social o página en la que te registras llamada “Coachsurfing”. En esta página hay gente que ofrece espacios para alojarse completamente gratis en sus casas en muchos países solamente con el objetivo de hacer un intercambio cultural, conocer nuevas personas, etc.
– Tú día a día
Trabajo todos los días de la semana menos el sábado. Todas las mañanas me despierto a las 5:47h para hacer unos ejercicios de meditación y relajación de 6 a 6:30h. A esa hora solemos desayunar hasta las 7h que es cuando me subo a la habitación a ducharme y arreglarme para ir a clase. Todas las mañanas de lunes a viernes voy a un colegio de secundaria de 8:10h a 11:35h como ayudante y asistente de los profesores de inglés. A las 11:45h aproximadamente comemos y descansamos para las clases de por la tarde.
Lunes, miércoles y viernes voy a un colegio de educación primaria de 14:00 a 17:00. Es una escuela que está a 3km y tengo que ir en bicicleta, por lo que salgo siempre 20 minutos antes de casa. Martes y jueves doy clases en una academia de inglés, y suelo estar allí de 1:30 a 6:30. A las 6:30 todos los días cenamos.
Los lunes después de cenar damos clases de español a otros voluntarios en nuestra casa y los miércoles vienen a darnos clases de vietnamita a los voluntarios.
Suelo ir casi todos los días después de las clases a tomar un café con amigos por aquí, ya que está lleno de cafeterías con batidos, zumos, tés, cafés, etc.
Los sábados suelo ir a Hanói (ya que estoy a 20km de la ciudad) para comprar, comer, visitar la ciudad, etc.
Los domingos por la mañana tenemos clase en la Academia también y por la tarde descansamos.
– Comidas típicas.
Hablar de comida en Vietnam es obligatorio, debido a la gran variedad que puedes encontrarte. Aunque suene asqueroso, es algo común para la gente de aquí comer gato, perro, cigüeñas, pájaros, huevos centenarios, huevos con feto dentro, etc. Pero esto no es lo típico, eso es algo que comen especialmente las familias ricas.
En ninguna mesa vietnamita puede faltar el bol con arroz (que aquí lo comen como si fuera el pan en España). Puedes encontrar en el mercado todo tipo de verduras y frutas, como Durian, Dragon Fruit, Jack Fruit, etc.
En la zona en la que estoy viviendo es muy típico comer la sopa llamada Pho, que es una sopa de noodles con vegetales y carne de ternera.
A la gente en general no le gusta demasiado el dulce, por lo que muchas comidas tienen sabores amargos. Las que deberían ser muy dulces en España aquí “saben a poco”.
– Costumbres.
En los modos de vivir no tienen costumbres muy distintas a las del mundo occidental. Sin embargo, hay algunas que se hacen dentro de las casas que sí llaman la atención.
Hay que quitarse siempre los zapatos cuando entras en alguna casa. La mayoría de ellas no tienen muebles lujosos y grandes. Los salones no tienen sofá, sino que tienen una esterilla donde se sientan a ver las televisiones de más de 50 pulgadas que tiene cada casa, por pequeña que sea. Tampoco tienen colchones, ya que duermen sobre esterillas que están encima de la estructura de la cama. Se come siempre con cuchara y palillos si se trata de alguna sopa; pero no encontrarás cuchillos y tenedores para comer.
Las normas de circulación son una locura. Cruzar la calle por el medio de la ciudad con motos pasando a tu lado sin parar te sube la adrenalina. Se dice que en Vietnam hay al menos 2 motos por cada familia que hay en el país. Los coches los tiene solamente la gente con bastante dinero.
Otra costumbre muy interesante que se hace todos los días en los comercios y en las tiendas es la siguiente: el primer cliente en una tienda del día es que el que decidirá si será un buen día para ganar dinero en la tienda o no, es decir, la suerte. Si el primer cliente que entra a la tienda se va sin comprar nada eso significará que será un mal día para la tienda. Es por eso que siempre a los primeros clientes les intentan bajar el precio al regatear más de lo normal, porque no quieren que se vayan sin comprar nada. En el caso de que no compren nada, los dueños de la tienda tienen que prender incienso y unos papeles y sacarlo a la puerta para “romper la maldición del día”.
– Vestimenta que más te haya gustado.
Los sitios en los que he estado no se caracterizaban precisamente por tener una vestimenta muy distinta comparada a la que estamos acostumbrados a ver. Creo que una de las más bonitas que he visto es la que tiene la minoría étnica a la que pertenecían las niñas de la foto de Instagram. Esta minoría es conocida como H’mong. Viven principalmente en la zona norte del país y se caracteriza especialmente por ropas con gran variedad de colores.
– Expresiones llamativas.
En cuanto a las expresiones llamativas voy a hablar sobre Tailandia y la manera de saludar de la gente y de ofrecer cosas.
Para saludar siempre ofrecían una mano y con la otra se agarraban el antebrazo de la mano con la que iban a saludar, haciendo un pequeño gesto de respeto con la cabeza. A la hora de ofrecer cosas hacían un gesto parecido con las manos, y para recogerlas ponían las dos manos haciendo una reverencia con la cabeza también.