Crimen de Pioz

Este joven brasileño de 21 años está acusado de asesinar y descuartizar a cuatro miembros de su familia.
A pesar de trasladarse a Europa con la intención de ser un futbolista profesional en 2013, un acontecimiento en Portugal, donde residía, marca un antes y un después en su comportamiento pues apuñala a un profesor en el aula “porque le llamaba maricón”. Intentó poner tierra de por medio llegando a España, a casa de su tío en Torrejón de Ardoz. En julio de 2016 rompen la relación y la familia (de cuatro miembros) se traslada de alquiler a la urbanización La Arboleda en Pioz (Guadalajara). Patrick, por otro lado, se mudó a un piso compartido con dos chicas a Alcalá de Henares (Madrid).
Esta es la recreación de los hechos según la Fiscalía: el 17 de agosto de 2016, el asesino confeso acudió como cada día al gimnasio, más tarde cogió un autobús con dirección a Pioz “con el propósito de acabar con la vida de su tío, su esposa y sus primos, tras adquirir un cuchillo o navaja, bolsas de basura, cinta de precintar y dos pizzas”.
Sobre las 16:00 horas tocó el timbre y tras comerse las pizzas con la mujer e hijos, aprovechando que ella tenía las manos ocupadas lavando los platos y sin que pudiera evitar el ataque, Patrick le hizo un corte en el cuello que le llevó a la muerte. Este horrible crimen lo pudieron contemplar los hijos a los que también mató y debido a su corta edad, uno y tres años, no había posibilidad de poder evitarlo.
Descuartizó los cuerpos y los metió en bolsas de basura colocándolos en el salón. Sobre las 21:00 horas, llegó su tío, padre de la familia ya fallecida, nada más abrir la puerta recibió 14 puñaladas que acabaron con su vida. “Tras limpiar la casa y asearse, esperó la hora del bus para su vuelta a casa”, todo esto se recoge en el escrito de acusación.
No fue hasta un mes más tarde cuando se hallaron los cuerpos, debido al olor nauseabundo que desprendía la casa, el guarda de seguridad de la urbanización pidió permiso al propietario de la casa para poder entrar y nada más ver por una ventana las bolsas de basura en el salón dieron el aviso a la Guardia Civil.
El 20 de septiembre de 2016 cuando los medios comienzan a hacerse eco de la noticia, Patrick huye de España hacia su casa de Brasil intentando convencer a su familia y amigos de su inocencia ya que en nuestro país se especulaba con un ajuste de cuentas. Pero tan solo 24 horas más tarde el Titular del Juzgado de Instrucción nº1 de Guadalajara dictaba un auto de prisión y orden de detención europea e internacional contra Patrick Nogueira Gouveia.
Veintisiete días más tarde, el principal sospechoso y su hermana viajaron a España. Hanna habló con el juez instructor pudiendo conocer las contundentes pruebas que tenían contra él: sus huellas dactilares estaban en las bolsas de basura, restos de sudor en el escenario del crimen, las huellas de sus zapatillas y una cuchilla que coincidía con los restos de ADN hallados en el chalet de Pioz. Ésta le aconsejó a su hermano que se entregara porque sería mejor cumplir pena en España que en Brasil.
Su abogada, Bárbara Royo, ha defendido alteraciones en el cerebro de Patrick: una alteración cerebral en el lóbulo temporal que había influído en su comportamiento; explicación que no ha convencido al jurado popular que, el sábado, emitió su veredicto considerándolo culpable por unanimidad ya que los asesinados no habían tenido la oportunidad de defenderse además de no entregarse a la justicia hasta que no se emitió la orden de detención. El jurado popular, compuesto por siete hombres y dos mujeres, considera que cometió los crímenes porque quiso.
Las acusaciones particulares y la Fiscalía pidieron la prisión permanente revisable teniendo dos grandes motivos de peso: dos de los asesinados eran menores, además de tratarse de un asesinato múltiple. La abogada de Patrick Nogueira ya se ha adelantado que va a recurrir.
La pena queda en manos de la magistrada Elena Mayor.