Manuel Soria Campos, en profundidad
Realizar una entrevista a alguien que consideramos de una importancia relevante en un marco que nos gusta o en el que trabajamos, siempre se nos hace más ameno. Cuando esta persona además de compartir tus hobbies, tiene la esencia de donde proviene, se hace mucho más agradable y deja mejor sabor de boca. En este caso, mi buen amigo Julio Martín García, estudiante de Periodismo de la Universidad de Sevilla y servidor, realizamos un entusiasmante y dilatado interrogatorio a D. Manuel Soria Campos. Este sevillano y “hombre de Dios”, fue el Delegado Diocesano de Hermandades y Cofradías de la ciudad de Sevilla por un periodo de 14 años. Tiene una extensa trayectoria dentro de la Diócesis de la ciudad hispalense, aunque nosotros, tuvimos el privilegio de poder conocer a esa persona humilde con la que tuvimos algo más de cuatro horas de entrevista y que nos pareció algo más rápido que ver pasar Santa Marta.
Desde el principio, hablemos con el corazón. ¿Cuáles son sus devociones?
– Mis devociones son el Señor de la O, la Virgen de la O, la Virgen de Regla, la Virgen de los Reyes y Santas Justa y Rufina, de siempre. Al ser trianero he tenido una inmensa devoción por Ellas. Soy hermano de la O desde que nací y de los Panaderos desde los 15 años, que entré en el Grupo Joven.
Y para usted, ¿cuál es la talla que le representa al Señor y su madre desde el punto de vista artístico?
– Como imagen artística la del Nazareno de la O, de Pedro Roldán, por su antigüedad. Por devoción me quedo con la Virgen de Regla y la Virgen de los Reyes, pero ante todo, mi Virgen de Regla.
Cuéntenos un poco como fue esa recomendación de ser el Delegado Diocesano de Hermandades.
– Desde junio del 2000 hasta septiembre de 2014. Una tarde asistí al Palacio Arzobispal a una exposición que montaba el Centro de Cultura Popular orientado a la mujer. Está destinado a mujeres cuyos maridos trabajaban y sus hijos estudiaban y ellas, se quedaban algo atrasadas en cultura. Montaron una exposición de sus trabajos y yo estuve como conciliar diocesano. Estaba el arzobispo, que la inauguró, y me llamó a que fuese a su dependencia y me lo dijo. Iba a ser Delegado Diocesano y yo, no me lo esperaba. No le di mayor importancia ya que me dijo que no dijera nada, que ya sería oficial. Estaba pendiente de un viaje a Turquía, y se hizo oficial estando yo allí, el 1 de julio.
De todo ese tiempo, ¿con qué se queda?
– Las actividades de jóvenes cofrades, sin pensarlo. La cantidad de formaciones que se dieron en toda a Diócesis. Se organizó por sectores según los pueblos, fueron miles los que participaron. También la JMJ.
¿Algún evento que se le quedara en la retaguardia?
– No, los dos que estaban en gestación han salido ya, la coronación de la Virgen de la Salud de San Gonzalo y próximamente, la Virgen de la Victoria de las Cigarreras.
¿Cómo se corona a María?
– Hay una conversación entre el Hermano Mayor y yo, y según el momento de iniciar los pasos a la coronación, ya supone una antigüedad respetada. Las Hermandades son las que solicitan. Necesitan un expediente y unos requisitos, sobre todo la Obra Social y el Proyecto Pastoral en el que yo personalmente, insistía profundamente. Ha habido Hermandades que han comentado este tema y no se ha previsto porque no cumplían estos requisitos, no sólo de Sevilla capital, sino de la provincia. Siempre se le pedía esos dos requisitos y cuando se tenían sobre la mesa, se comenzaba a hablar. Si eso no pasaba, se dejaba de lado. No se veta.
Si vienen varias, se da preferencia a la que primero presente el expediente. Por lo general, cuando se dice que presente ese expediente es porque procede. Una vez hecho esto, se acuerda sobre ello, hacer el cabildo y se le da fecha. La coronación la concede el obispo. Si cumple los requisitos tiene que ser coronada, dejando de lado la devoción y todo lo demás. Son importantes las adhesiones. La coronación no sólo la pide la Hermandad, sino también instituciones.
Hablando de realizar la Estación de Penitencia, ¿qué decimos de las mujeres?
– La inclusión fue difícil, sobre todo porque era un tema que tenía que llevarse al cabildo, no por los Hermanos Mayores, que estaban a favor. Las reglas decían que tenía que ser llevada a Cabildo y había temor por el reparo que esto pudiese ocasionar. El arzobispo actual hizo un decreto que anulaba el cabildo. El anterior, hizo una exhortación – simplemente pedía la inclusión de las hermanas en sus tramos-, ahora se obliga. Fueron Silencio, Gran Poder y Santo Entierro. El anterior arzobispo hizo la petición y fue un proceso lento de adhesiones de hermandades a ello.
Las mujeres lo reivindicaban activamente, tanto que en la Hermandad de la Estrella se hizo un grupo de mujeres que pedían salir y venían a verme incluso, quedamos en que si salían, nos tomábamos una cerveza y gracias a Dios, nos la pudimos tomar. Las hermanas lucharon mucho por tener su sitio. Nosotros siempre les apoyamos, no había razón para negárselo; es un derecho. No tenía lógica que mujeres fueran Hermanas Mayores y no salieran. Tienen derecho de hacer Estación de Penitencia y por supuesto, de estar en las Hermandades para todo.
¿Y si hablamos de acolitas?
– Es complicado por la prenda que usan. Pueden salir pero, el problema es la vestimenta. Los acólitos usan dalmática, prenda del diácono. Los acólitos deben usar albas. Si das una norma, sería cambiar la vestimenta en general. No puedes decir que las mujeres no pueden ponerse dalmática, pero es que los hombres tampoco ya que ambos estarían en lo incorrecto.
Es algo que es difícil que cambie debido a que es una cuestión de tradición. La ropa del pertiguero es diferente, no es litúrgica. En muchas diócesis está prohibido y es un tema que puede cambiarlo el arzobispo. Las mujeres entraron posteriormente de acólitas que de nazarenas. El alba, sin embargo, es la prenda idónea porque es la vestimenta para cualquier bautizado.
Las Jornadas Mundiales de la Juventud como un antes y un después en la juventud cofrade. ¿Cómo la vivió?
– Fue algo bonito, inolvidable. Un año de preparación con muchas reuniones, experiencias, momentos… Estaba en mi casa y me llama el sacerdote al cual el arzobispo de Madrid le encargó la organización, todo ello para decirle que a ese Vía Crucis para la visita del Papa requerían que fuese una imagen de Sevilla. Primero piden al Cachorro. Se lo comenté al cardenal y me dijo que realizara las gestiones. Hablé con el Hermano Mayor y todo fueron facilidades. Había que hacer un cabildo y para ello, había que tener un informe favorable técnico de la imagen. Nos encontramos con que ese examen, no fue favorable por lo que no se pudo avanzar en esa posibilidad. El Cristo no estaba en las condiciones óptimas para encontrarse tantas horas en la calle en el mes de agosto. Lo comunico a Madrid y me dicen que han pensado en una imagen de las Tres Caídas. Seguimos el mismo proceso. Hablamos e hicieron el informe con el Cristo de las Tres Caídas de Triana, siendo favorable y se llevó a cabildo saliendo un no por parte de los hermanos.
Desde Madrid y Roma decían que tenía que estar Sevilla en un acto de esta índole y yo me comprometí si era mi Hermandad, ya que podía conseguirlo desde dentro. Se pensó en una imagen de la Virgen para cerrar el Vía Crucis y todo se centró en Regla. Todo fue favorable y aún faltaba más de un año. No llegué a temer por la falta de Sevilla en ese acto, había margen. No pensé en ningún momento en hacer a mi Hermandad la participe principal del acto, pero finalmente se puso en buen camino poder hacerlo desde mis posibilidades.
Al llegar allí…
– Fue muy bonito, el 15 de agosto. La virgen se desplazó en un camión preparado y nosotros en bus. Llegar a la parroquia y ver a la Virgen fue impactante. Pasamos riesgos, ya que estaban las manifestaciones del 15M. Como anécdota, el arzobispo tuvo que salir tras un triduo por la puerta de la sacristía por la manifestación en contra de ese acto. A conocidos míos les insultaban por ello y fue arriesgado. La policía y el ayuntamiento hicieron una muy buena labor. El regreso de Regla por la calle de Alcalá fue espectacular, con mucha gente. La Virgen estuvo colocada en Cibeles, en el lugar donde estuvo el Papa. No llegamos a pasar miedo. Más lo pasé en la Madrugá del 2000. Mi familia estaba en los palcos. Me levanté temprano para ir allí y al llegar por Plaza Nueva vino una avalancha enorme. Lo de Madrid es más bien indignación. Con la Virgen de vuelta, la policía nos avisaba que cerca había disturbios, pero todo estaba muy controlado y yo disfruté muchísimo.
Ya que nos la ha mencionado, ¿qué pasa en la Madrugá?
– Todo es cuestión de educación y respeto. Es algo que puede pasar cualquier año. ¿Un cambio? Es muy difícil. El tema de la seguridad es diferente al respeto ya que cualquiera puede montar un numerito con o sin vallas. Es curioso que sólo es la Madrugá. No es asunto de seguridad, sino de respeto. Está provocando que la gente de Sevilla salga menos y las personas vienen a la juerga y diversión. Todo es cuestión de la actitud de la gente y la Semana Santa es algo de mucho respeto.
El Vía Crucis de la Fe. ¿Cómo hacerle frente a un acto de tal magnitud?
– Fue una organización sencilla. Es algo que se fue viendo y finalmente, aceptado por el Consejo. Se decidió todo en algunas reuniones y salió un evento que podría haber sido precioso. La selección de imágenes fue asunto del Consejo con las Hermandades, aunque yo estaba presente en las reuniones.
Hubo un acuerdo días previos donde se acordó que si llovía ese día y la primera no podía salir, no se realizaba el acto y por ello, ninguna podría salir. Fue un acuerdo cerrado una semana antes en una reunión entre todas las Hermandades que lo conformaban. Cuando a la primera le toca salir, estaba lloviendo y nos ceñimos al acuerdo, aunque fuese una decisión dolorosa. Hay algunas que pese a eso, quisieron salir pero, me mantuve serio y lo impedí. Incluso decían el mismo día que las que pudiesen salir, lo hicieran. Sigo pensando que eso tuvo que decirse en esa reunión previa al acuerdo que había que mantener. Fue un día complicado.
No me gustó la decisión de la Hermandad de Torreblanca ya que propusieron ir ellos solos a la Catedral y que se celebrara el Vía Crucis con su misterio únicamente. Había que mantenerse. No se podía. Si eso se hubiese acordado previamente no hubiese habido problema, pero dijimos que todos o ninguno. Me enteré de eso cuando el paso estaba ya en la calle. Una decisión de la Hermandad sin consultar a nadie, aunque se les dijo que metieran el paso y ellos hicieron caso sin ningún reparo. Se dejaron llevar por los sentimientos, no hubo mala intención y por supuesto, lo comprendí.
Había peticiones de realizar el acto con acompañamiento musical…
– En Sevilla, las imágenes que van a un Vía Crucis van sin música. Las Hermandades no quisieron llevar música tampoco, es la tradición. El tema de que las imágenes salieran en sus pasos fue por la seguridad. Se pensó que fueran en andas, pero pensamos en la gran afluencia de público que se congregaría y se pusieron en los pasos por la seguridad de la imagen. Fue en domingo por el tema del comercio, no se podía cerrar un comercio un sábado. Nadie, en un principio, planteó ni las andas ni la música dentro de la organización, claro.
Plantear otro día para no extinguir el acto, suponemos que era complicado pero, ¿se barajó?
– Era muy complicado. No es como un traslado que se cambia de día. Eso además supone un gran gasto en la organización exterior, lo que le cuesta al Consejo y las propias Hermandades. Si llueve y no se puede, no se puede. Es algo que no se puede cambiar en pocos días. Eso no es serio. Se adaptaron incluso los cultos de las imágenes para ese evento y no se podía reajustar nada más.
Hay nuevas asociaciones, Hermandades piratas… ¿Qué piensa acerca de esto?
– Deben ir a su parroquia, hablar con el párroco y entrar en la Iglesia de forma correcta. Suelen buscar sólo la procesión. Son asociaciones civiles y legales aprobadas por la Junta de Andalucía pero alejadas, algunas, de la fe. Para meterlas en la parroquia, se llevan a cabo conversaciones pero cuando entran en este ámbito y ven que sólo no es el paso, se echan atrás. Siempre se les invita a ir a las parroquias, el cura dice que tienen que seguir las normas de la Iglesia y todo es un proceso. También digo que es cuestión del Obispado y el grupo de fieles en presentar un proyecto al Delegado de Hermandades para hace un seguimiento. Cuando éste considera que el grupo es maduro para ser Hermandad, se le presenta un informe y se crea un expediente, pero es un proceso largo y muchas prefieren sólo el folclore.
Si hablamos de las Hermandades de la periferia, de "barrio"…
– Las hermandades se basan en sus cabildos. Hay Hermandades como el Cerro, que hacen más labor en su propio barrio y además de una manera fantástica, pero para ese barrio, es importante que su Hermandad vaya a la Catedral. No se pueden excluir a los barrios de la Estación de Penitencia. Nadie puede decir cual si o no. Es cuestión de la Hermandad, de sus cabildos, de sus hermanos, de las demás Hermandades y de la autoridad eclesiástica, que es el último paso.
El compromiso de los dos arzobispos con las Hermandades, ¿cree que ha sido cercana?
– Tanto Amigo Vallejo como Asenjo han sido cercanos y comprensivos con el ámbito cofrade. Creo que cualquier arzobispo de Sevilla debe ser así. La prueba está en las coronaciones, la continuación de las Hermandades, la presencia de los arzobispos en sus actos…
¿Se ha perdido el respeto a la Iglesia en los últimos 10 años?
– A nivel general en España, sí. Ha descendido mucho la calidad del respeto a la Iglesia. Yo tengo reuniones con otros sacerdotes y te hacen ver que la Iglesia en algunos lugares es perseguida. Les insultan, reciben cierto acoso, pero yo vivo muchísimo respeto donde me encuentro. En la sociedad existe un rechazo a la Iglesia importante.
¿Por qué cada vez más? ¿Por qué ese rechazo?
– Los cristianos tenemos que darnos a respetar, el respeto es básico en una sociedad democrática. Es algo de la familia, la educación, es algo progresivo. Antes, casi todos los niños se bautizaban y ahora mucho menos. Tampoco se da a conocer la religión en la educación como antes y si se explica, se olvida la fe y se da a entender desde una percepción negativa.
En la Parroquia de la Barzola en la que estuve, viví una mayor indiferencia, pero no falta de respeto. Eso nunca. Hay corrientes políticas que no respetan las labores de la Iglesia. En mi época recuerdo una etapa con concejales jóvenes y teníamos una relación muy buena de diálogo y respeto. Aunque no fuesen creyentes, para una amistad desde el respeto y la educación es indiferente.
El recuerdo de su paso por las cofradías, ¿cuál es?
– Los años en el Grupo Joven de los Panaderos. Los amigos, las reuniones y las primeras Semanas Santas. Lo malo se olvida. Uno se queda siempre con los momentos buenos aunque haya habido también, muchos malos.
¿Cómo vive actualmente su Semana Santa?
– En la Parroquia y con los amigos. Suelo ir a los palcos con mi familia o a la Catedral con algún compañero, mi otra familia por profesión. No soy de recogerme tarde, pero la vivo como cualquier sevillano.
¿Las cuadrillas de costalero son positivas o negativas desde el punto de vista de la fe?
– No creer en nada es muy difícil. Pensar que después de morir desaparecemos es una mala noticia y enseñarle a un niño que un familiar ha desaparecido o él cuando muera desaparece es muy duro. Ser ateo es muy complicado y los que lo son, se han vuelto locos de pensar que una vida no tiene sentido. No se puede entender la Semana Santa desde una perspectiva diferente a la creyente. Puede haber personas que saquen pasos y no crean, pero entonces no cumplen con ser costalero. Al igual que no se puede ser costalero sin fe, las cuadrillas no pueden convertirse en algo dominante en la Hermandad. Todos tenemos nuestro puesto.
Para finalizar, como si nadie la conociese, ¿podría explicarme que es la Semana Santa?
– Es la fiesta de Sevilla y con la que más se identifican los sevillanos. En toda reunión entre amigos o familia, siempre en algún momento se habla de Semana Santa. Yo no me acuerdo de la primera vez que vi un paso. Es algo que se transmite. A mi sobrina de un año le encanta un Cristo y una Virgen en un sentido general. La Semana Santa no se puede deshumanizar, no son figuras o estatuas, si no existiera la trascendencia que Sevilla le implica, perdería toda su esencia.
Gracias por tus palabras y por darnos una nueva casa, en tu Parroquia de las Santas Justa y Rufina de Triana.