Un macroestudio informa sobre los riesgos de comer poca grasa
El estudio se llama Prospective Urban Rural Epidemiology (PURE), que se ha publicado en una popular revista médica, The Lancet. Se ha tratado de comparar las dietas de los participantes con la incidencia de enfermedades cardiovasculares, sus indicadores de riesgo y mortalidad.
No obstante, no todos los estudios son iguales, pues no es igual una muestra de 10 que un estudio de un millón de personas. A la vez que no es lo mismo hacer entrevistas a voluntarios que a personas que necesitan controlar su comida y tomar muestras de sangre.
Y os preguntaréis; entoces, ¿por qué dicho estudio es tan relevante? Para empezar, en el balance se incluyen a países con niveles socioeconómicos muy distintos. Por otra parte, países con nivel alto como Canadá y Suecia o de nivel medio como Argentina, Brasil, Chile, China, Colombia, Irán, Palestina,Polonia o Turquía. También es de interés saber que el estudio no incluye a EEUU, por motivos no explicados.
La doctora Mahshid Dehghan, la cual ha dirigido todo el estudio, explica en la presentación del proyecto que “las directrices dietéticas las escriben personas sentadas en Ginebra o Dallas, que son hombres blancos y ricos, y que por tanto no saben cuánto cuesta la comida porque no hacen la compra”. Por otra parte, la comida representa el 10% del gasto de una familia en Canadá, pero llega el 70% en Bangladesh. Por lo que todo apunta a que el consumo de fruta y verdura desciende con los ingresos, pues son demasiado caras.
Además, los estudios observacionales no pueden probar relaciones de causa efecto, pero los estudios controlados se acercan a mucho más allá. También se separa a las personas en grupos con dietas distintas y observan los resultados que se han obtenidos. El estudio a casi 50.000 mujeres ha sido formada durante más de ocho años, las dietas bajas en grasa no redujeron el riesgo de enfermedad cardiovascular.
La investigación ha sido realizada por la elevada ingesta de carbohidratos, que estaba asociada con un riesgo más alto de mortalidad total, mientras que la grasa total y los tipos individuales de grasa se relacionaron con una mortalidad total menor. También, la ingesta total de grasa y de tipos individuales de grasa no resultaron estar asociadas con enfermedades cardiovasculares, como por ejemplo, infarto de miocardio.
Las conclusiones del estudio PURE, extraídas de la cuenta oficial de Facebook de este proyecto te dejarán sin palabras:
-Las dieta saltas en carbohidratos son más peligrosas. El consumo de azúcar y almidón aumenta en un 28% el riesgo de muerte temprana.
-Los alimentos bajas en grasa también aumentan de riesgo de enfermedades. Los sujetos con menor ingesta de grasa tenían un riesgo un 13% mayor de muerte temprana.
-Los consumos elevados de grasas redujeron el riesgo de muerte temprana hasta un 23%. Según los investigadores el punto justo está en consumir un 35% de las calorías de grasa.
-Las grasas de los lácteos y la carne blanca son ligeramente beneficiosas.
-Hoy se sabe que los niveles altos de colesterol LDL no afectan al riesgo de enfermedades cardiovasculares, pero la concentración de las partículas de LDL sí.
-Las dietas muy bajas en sal producen más muertes por enfermedades cardiovasculares, no menos. En personas sanas, el aumentar la sal, el riesgo no aumenta.
-El estudio no encontró fundamento para la recomendación de “cinco piezas de fruta o verdura al día”. Al aumentar el consumo de verduras no se observaron efectos protectores, con lo que las verduras resultan neutrales.
-En el estudio el pescado y los huevos resultan ser neutrales: no son perjudiciales, pero tampoco reducen el riesgo significativamente. En realidad el efecto protector ocurre al eliminar alimentos perjudiciales de la dieta y sustituirlos con pescado y huevos.