Cotorras invasoras

0
1815

Comparte la noticia

Las cotorras de Kramer son la especie invasora más peligrosa de Sevilla, y por tanto su presencia causa daños económicos, medioambientales e incluso afecta al bienestar de otras especies y seres humanos.

Es fácil distinguirlas. La especie que más frecuenta la capital hispalense es de color verde intenso,  pico rojizo y anillo negro alrededor del cuello en el caso de los machos. Anidan en espacios muy pequeños y frecuentan los parques y los entornos con palmeras como el Muro de la Macarena o los jardines del Alcázar.

Criadores como Juan Milla, afincado en Sevilla y con casi diez años de experiencia en la venta de aves exóticas, afirma que “son cotorras sociables y parlanchinas, aunque algo ruidosas. Como se adaptan tan facilmente al entorno que las rodea es sencillo criarlas desde que son papilleras hasta que alcanzan la madurez.” Son unas aves que viven una media de doce años, por lo que algunos dueños deciden soltarlas cuando se cansan de ellas.

 

Especie invasora 

En Sevilla hay más de 2.000 cotorras de Kramer.  Hay dos grandes subespecies, una procedente de la India y la otra de Senegal, aunque la que más abunda en la zona es la india, que se introdujo en la zona a través del comercio marítimo. Martina Carrete, experta en Ciencias de la Conservación, Complejidad Biológica y Evolutiva e investigadora de la Estación Biológica de Doñana, explica que “amenazan especialmente al nóctulo mayor y al cernícalo primilla dado que junto a las cotorras de Kramer son especies que anidan en espacios pequeños y las cotorras los desplazan.”

Este hecho se ve reflejado en el brusco descenso de la población del cernícalo primilla, de hasta un 80%, en las mechinelas de la Iglesia de San Salvador, que es su lugar habitual de anidación en Sevilla. Compiten con los nóctulos, especie amenazada reconocida por la UINC, por las oquedades de los árboles del Parque María Luisa, ocasionando así daños muy graves en la rutina de reproducción y superviviencia de estos murciélagos.

 

Erradicación 

El Real Decreto aprobado en 2013 define la necesidad de eliminar a las aves exóticas invasoras y deja el problema en competencia de cada Comunidad Autónoma. En el caso de Andalucía y, concretamente, de Sevilla, el Ayuntamiento liderado por Juan Espadas aprobó en junio de 2017 la propuesta de tirotear las aves con carabina de pequeño calibre (pistolas de aire comprimido), rechazando así la posibilidad de echar abajo sus nidos o esterilizarlas. Juan Carlos del Moral, coordinador del Área de Estudio y Seguimiento de Avifauna de SEO/Birdlife, señalaba que tirar los nidos es inútil puesto que estas aves los reconstruyen rápidamente. Sin embargo, la propuesta de Ayuntamiento no se ha llevado aún a la práctica debido al profundo y reiterado rechazo de las comunidades ecológicas y animalistas. Público añade además las declaraciones de dichas asociaciones, que califican esta medida de salvaje y declaran que “atenta contra la legalidad”.                         

Martina Carrete, experta en Ciencias de la Conservación, Complejidad Biológica y Evolutiva e investigadora de la Estación Biológica de Doñana reafirma la postura del Consistorio hispalense que la única fórmula para acabar con el problema es la erradicación de los ejemplares en libertad. Sin embargo, admite que “es una solución impopular” y que ella, como toda bióloga, tiene como meta la preservación del medio ambiente y “no sugeriría tal medida si existieran alternativas, pero hay que preservar las especies locales.” Las alternativas pasarían por la esterilización, pero es imposible capturar a todas las cotorras dada la cantidad de parejas que han surgido en los últimos años y su alto porcentaje de reproducción.

Dado que la erradicación de estas aves invasoras es, de momento, nula en Sevilla, su crecimiento es exponencial. Tampoco ayuda que algunos dueños decidan liberarlas o la sensibilidad de algunos sectores de la sociedad a la erradicación que, insiste Martina Carrete, “es la única alternativa para salvar a las especies locales.”

 

Cotorra argentina

Otras especies que amenazan la fauna local son los mapaches, las tortugas de agua (especialmente agresivas con otras especies) y otras variedades de aves como el pico de coral, las tejedoras o las cotorras argentinas, que además de malograr los cultivos frutícolas y de girasol, pueden causar enfermedades como la psitacosis.

Comparte la noticia