Una vida con arte
Juan Osete es el creador de su propia empresa, abierta en 1978 a modo de bazar, en la Calle Castilla número 12, donde, durante cinco años, todo lo que vendía al público eran elementos hechos a mano: muñecos de pasta de papel, pájaros, lámparas, flores, etcétera, ya que no tenía mercancía por lo que tuvo que abrir la empresa con géneros de los que Osete ya disponía. La venta resultaba abundante puesto que eran artículos originales y novedosos, pero con el paso del tiempo, el público reclamaba por encima de todo las flores que Juan Osete fabricaba a mano, llegando a llamar a la tienda La casa de las flores. Esta demanda hizo que Juan comprara flores ya hechas en Madrid.
Sólo existían tres tiendas de flamenca en toda Sevilla en los años 80: Floral, la cual cerró, Elena Bernal con su tienda en la Calle Sierpes y él, quienes siguen abiertos.
El precio era caro en comparación con la época, ya que todo el mundo no disponía del dinero para adquirir estos ejemplares exclusivos, “un ramo de flores podía costar 500 pesetas o unos pendientes 600 pesetas”, recuerda Juan. Asimismo la tienda de flamenca Juan Osete gozaba de un número de clientes muy elevado, donde para acceder a la compra tenían que esperar su turno con tickets aun habiendo diez personas despachando para agilizar las compras. Es por ello por lo que Juan Osete abrió otra tienda en la Calle San Vicente de Paul, en Sevilla, aunque la cerró al poco tiempo por problemas de salud.
Posteriormente, cuando llegaron los años 90, Juan Osete aumentó exponencialmente sus ventas, tanto nacionales como internacionales. Hoy día tiene clientes de Israel, Grecia, Méjico y Rusia, donde todos los años ponen un mercado exclusivo de Juan Osete en la Plaza Roja de Moscú. También tiene mercados en Corea y en China.
Los bazares chinos situados por toda Sevilla desde hace aproximadamente 16 años, están entorpeciendo la venta de productos de calidad. Los comercios chinos tienen a su favor lo barato que les resulta la mano de obra china, donde el beneficio de ese producto se multiplica en un 200%. Cuando se abrieron estos establecimientos los precios de sus productos eran asequibles, sin embargo con el paso del tiempo fueron encareciéndose de manera exponencial. Esto supuso una baza para Juan Osete ya que los compradores se dieron cuenta de que adquirían elementos caros y de peor calidad que en una empresa que vende productos hechos a mano y personalizados, lo que condujo a una recuperación.
Más recientemente, la crisis ha supuesto una caída en picado de las ventas de la empresa, aunque desde el año 2015 hasta la actualidad, la ganancia de la empresa ha mejorado en un 10%. De igual modo, el horario para intensificar la venta debe ser amplio a la vez que flexible, abriendo durante todo el año y en días clave como la semana de la Feria de Sevilla, a jornada completa, sin descansos.
En el año 2005 trasladó su comercio al número 10 de la misma calle tras llegar a un entendimiento económico, ya que el Ayuntamiento derribó el antiguo edificio para construir pisos.