Buscando una segunda oportunidad

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La fundadora de la protectora Benjamín Mehnert es una mujer alemana que descubrió la problemática que existe en nuestro país con los perros de caza, sobretodo con los galgos. Se dio cuenta que muchos de estos animales eran abandonados o asesinados a los pocos años de vida, cuando ya no servían para la caza.

Lo que comenzó como una protectora para galgos maltratados, en la actualidad es un hogar para todas las razas de perros y gatos. Esta fundación alberga en sus instalaciones a mas de quinientos galgos, además de unos doscientos perros rescatados de otras razas y una gatera que contiene una treintena de gatos.

Esta fundación reintegra a animales maltratados en nuevas familias. Para poder afrontar los gastos del mantenimiento, desde la fundación se financian de diferentes formas. Por un lado, tienen módulos superiores de temas relacionados con la ayuda a animales, tanto auxiliar de clínica veterinaria, peluquería canina y felina y conducta animal. Además tienen una residencia canina para que los dueños que se vayan de vacaciones puedan dejar a sus mascotas allí. Por último, hace poco lanzaron una línea de pienso solidario, para poder autofinanciarse y además de atender al público como una clínica veterinaria al uso, familias con pocos recursos económicos y que no puedan costear el tratamiento de sus mascotas se lo facilitan de manera gratuita.

La recuperación de estos animales no es sencilla, muchos de ellos no solo vienen con heridas físicas sino que también con secuelas emocionales. Les cuesta acercarse a la gente y más aún relacionarse con ella. En el tiempo que ha durado este reportaje, por la protectora han pasado galgos con roturas de patas, algunas insalvables que se han tenido que amputar, otros han venido con síntomas de grandes palizas, incluso alguno medio moribundo porque su antiguo dueño intentó ahorcarlo. En la clínica hay mas de veinte galgos ahora mismo pasando por el proceso de recuperación, alguno más largo que otro. Además de una decena de perros de otras razas. La secuelas psicológicas también se deben tratar, para ello en la fundación se cuenta con un conductista canino para ayudar a estos animales a tratar de nuevo con personas y a no tenerles miedo. Se hacen diferentes tratamientos con ellos para que puedan volver a adaptarse a una familia.

Una vez que se han curado tanto física como emocionalmente, comienza la búsqueda de una familia para cada uno de estos valientes. Por un lado se trabaja mucho con adopciones internacionales, gran parte de estos animales se van a los Estados Unidos o a diferentes países de Europa. También se trabaja a nivel nacional, aunque son más bajas el número de estas adopciones.

Además se pueden apadrinar, es decir, el padrino se encarga de la ‘manutención’ del animal que haya elegido y además se puede ir a las instalaciones para verlo cuando se desee. La seguridad es algo muy importante en esta fundación, ya que los galgos son animales muy susceptibles de ser robados y por ello tienen unas medidas increíbles de vigilancia y protección para que los animales estén seguros. Esta   fundación es la única en España con estas características y es una iniciativa para ayudar a todos los animales abandonados en España, con capacidad para acoger hasta mil perros. Iniciativas como esta son necesarios en nuestro país, un país que es de los primeros en abandonos de animales, concretamente Andalucía es la comunidad con más abandonos, por ello desde la fundación se promueve la adopción antes que la compra, y concienciar a la personas de que un animal de compañía no es para un día, además de poder dar a todos los animales que hay en sus instalaciones una segunda oportunidad.

 

Fundación Benjamín Mehnert (ensayo)

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