Manuel Lozano Leyva: “Si naciera tres veces, las tres sería científico”

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El despacho de Manuel Lozano Leyva habla mucho de él. Se trata de un lugar bastante luminoso y amplio, con grandes estanterías repletas de libros y una pequeña pizarra con fórmulas insignificantes para el ojo poco experto. Tiene una mesa de trabajo atestada de trastos, entre ellos un abrecartas con más pinta de estoque y uno de esos pájaros bebedores que salen en series como Los Simpson. De Los Simpson es precisamente el retrato que enseña orgulloso, aunque tiene muchos más a distintas técnicas sobre una mesa auxiliar. Dice que se lo ha hecho uno de sus alumnos. 

Manuel Lozano Leyva es un hombre fácil de reconocer: alto, de poblado bigote cano y sonrisa fácil. Catedrático en Física Atómica, Molecular y Nuclear, afirma haberse dedicado más a disciplinas como la Física Cuántica y a la divulgación científica. Es una de esas personas con tantas cosas importantes en la cabeza que olvida las cosas pequeñas. De hecho, no recordaba la cita para esta entrevista.

 

¿Qué es la Ciencia?

La Ciencia es simplemente el estudio a fondo de la Naturaleza, con un método tan estricto como es el Método Científico, utilizado desde los tiempos de Galileo. Se tiene que plantear una hipótesis y, en última instancia, una comprobación experimental. Esto es lo que le da a la Ciencia una solidez que no poseen otras ramas como la Filosofía, la Psicología, etc. 

¿Cree que la Ciencia está llegando a su límite? 

No. Como decía George Bernard Shaw “la Ciencia nunca responde un problema sin suscitar otros 10 más.” Se pensaba que la Física ya estaba, excepto en detalles refinados, completamente explorada en el siglo XVII. De hecho, hay una anécdota donde un aprendiz le dice esto a su maestro y él le envió una tarjeta postal con cuatro palos, acompañada de un mensaje: “excepto detalles refinados, pinto como Tiziano.” Con esto vengo a decir que la Ciencia va a ir dando una imagen más aproximada de cómo funciona la Naturaleza, pero nunca va a responder todos y cada uno de los interrogantes. 

¿Cuál sería una buena estrategia para impulsar la innovación científica? 

A base de innovación y cultura. Al fin y al cabo, la Ciencia es una parte más de la cultura y hay que fomentar la curiosidad. También es importante que quien decida dedicarse a la Ciencia tenga la posibilidad de optar a una posición permanente y ser dotado de unos medios para investigar. Eso se ha conseguido en gran medida en el mundo occidental a pesar de quejarnos tanto de que faltan medios, plazas… etc. En España, por ejemplo, somos entre 200.000 y 300.000 personas dedicadas a la investigación científica. 

¿Cree entonces que los colectivos científicos están bien posicionados hoy en día? 

Sí. Insisto: siempre nos vamos a quejar por definición, pero la atención que nos prestan en Occidente los poderes públicos, la industria y la sociedad es bastante notable. Y además hay una cuestión de fondo que es la inherencia que existe entre la Ciencia y la democracia. Mientras que la tecnología admite perfectamente las tiranías, la Ciencia solo puede desarrollarse en la democracia. 

¿Qué opina usted de la energías renovables? 

Creo que son el futuro y hay que fomentarlas. El problema está en que el desarrollo de esa energía, especialmente en España, se ha hecho más por las primas y subvenciones que por 

auténtica labor de investigación. Cuando llegan las crisis, evidentemente, fallan las primas, los fondos de inversión extranjeros huyen de aquí, la presión se hace insoportable y esos sistemas de subvenciones se van al garete, al igual que las energías renovables, lo cual es lamentable. 

Soy de los que creen que habría que fomentar las energías renovables, pero pensando en la investigación.

¿Podría explicar algunos aspectos de la energía nuclear? 

La energía nuclear tiene un nacimiento esplendoroso que luego se tornó trágico con los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki en la Segunda Guerra Mundial. Por tanto tiene un estigma que no tienen otras energías como el gas o el fósforo, siendo las bombas de fósforo mucho más dañinas que las nucleares. Con el tiempo se ha demostrado que la nuclear es una energía limpia y bastante segura a pesar de los tres grandes accidentes que han habido: el de Las Tres Millas, el de Fukushima y Chernobyl. 

Uno de los problemas son los residuos radioactivos, que son difíciles de manejar, tardan muchísimo tiempo en desaparecer (como otros que lanzamos diariamente a la biosfera y atmósfera) y son peligrosos. Aunque nunca ha habido ningún accidente con residuos radioactivos. 

Es el único residuo industrial localizable y gestionable. Son problemas inherentes a la energía nuclear. Sin embargo, tiene muchas ventajas: es tremendamente eficiente, económicamente rentable (aunque ahora mismo hay que gastar mucho en seguridad) y, sobre todo, no contamina. No expele nada a la atmósfera. Ahora mismo hay muchos países como India, China o Canadá que están combinando la energía nuclear con las renovables, dado que estas últimas necesitan un respaldo, y creo que ese es el futuro. 

Ha definido algunas de las ventajas, también tendrá desventajas. 

Claro que sí. Fundamentalmente requiere unas inversiones muy altas y provoca inseguridad en la gente. Esto quiere decir que te la pueden cerrar en cualquier momento y por eso los inversores y los Estados no se animan a invertir. Lo que ocurre es que una de esas centrales puede durar un siglo. ¡Un siglo produciendo energía! Ahora Finlandia está construyendo las centrales más grandes del mundo, y la mitad de lo que cuesta una de esas centrales es el equivalente a lo que se pagaba al año en España en primas a las renovables. 

Otra desventaja es que, aunque son extremadamente seguras, cuando ocurren accidentes estos pueden llegar a ser catastróficos. Es algo que le da mucho miedo a la gente, y con razón. 

También está la gestión de residuos radioactivos, que es costoso, aunque no peligroso. 

¿Es sostenible este tipo de energía? 

Depende de lo que entiendas por sostenible. Con respecto a la Naturaleza, no es sostenible en el sentido de devolverle lo que se le quita, aunque sí es reciclable. 

¿Los medios informan bien sobre este tema? 

En absoluto. Si te metes en Google y pulsas Fukushima seguro que te salen titulares como ‘La catástrofe nuclear que produjo 18.000 muertos’. El terremoto ocurrió en Sendai, que no es lo mismo que Fukushima, y la gente se cree que fue en Fukushima por el accidente de la central. Y si te metes en las Imágenes de Google con ese tema te salen fotos de un incendio que es de una refinería a varios kilómetros, en Chiba. El único afectado que produjo Fukushima fue un trabajador que se quemó la pierna por un despiste, lo que causó un escándalo mediático. Salió en primera plana en todos los periódicos. Pero es una quemadura: vas al médico, te la curan y ya está. En mi opinión, los ciudadanos terminan con un miedo que es inducido por los medios. 

¿Qué ocurrió exactamente en Fukushima para que la gente lo percibiera de forma tan peligrosa? 

Una cosa fue lo que pasó y otra cómo se difundió. Las centrales nucleares son como los coches que se quedan a ralenti en un semáforo: el motor sigue funcionando, pero se tiene que seguir refrigerando. En Fukushima llegó el terremoto y no pasó nada, siguió enfriándose; después vino el tsunami y destrozó todos los motores que estaban enfriando aquello. Era como si un coche se hubiera quedado sin su agua de refrigeración. Pues bien, si la temperatura de los reactores subiera tantísimo podría liberar residuos radioactivos a la atmósfera, el subsuelo o al mar. En Fukushima se ha podido controlar todo de forma que esos residuos se han liberado pero no han afectado a nada. 

Entonces, ¿los japoneses fueron profesionales manejando el accidente? 

Tuvieron sus fallos, aunque hay que tener en cuenta que es una situación difícil. Decían que los bomberos no llegaban a la central, pero nadie pensó que ya estaban ocupadísimos con los ciudadanos afectados y que hacían más falta en otro sitio. La cuestión es que al final lo hicieron bien. 

¿Cómo ve usted la evolución de la energía nuclear de cara al futuro? 

Al final se va a imponer. Los países emergentes la están acogiendo. De hecho, Rusia tiene un plan estremecedor. Pretende no exportar la energía, sino gestionar la energía de otros países. Por ejemplo, llega Uruguay y le compra a Rusia un reactor completamente sólido, más que probado; luego los rusos lo instalan, lo operan, gestionan los residuos y cobran la factura de la luz. Al final va a ser eso lo rentable. 

Hay personas que están interesadas en la ciencia pero realmente no saben como informarse. ¿Hay algún libro o programa en concreto que se interesante? 

Hoy en día hay mucha divulgación y una amplia variedad de libros. Yo mismo dirijo una colección de RBA de más de 70 libros que se distribuyen, sobre todo, por quioscos. El Gobierno, blogueros, programas de televisión, profesores y científicos están haciendo un gran esfuerzo para divulgar ciencia. 

Ya digo que hay muchos libros, pero uno interesante es ‘Un Paseo por el Cosmos’. Casi todas las editoriales tienen sus colecciones para todos lo públicos. 

¿Qué le recomendaría a quien quiera dedicar su vida a la ciencia? 

Que estudie muchas matemáticas. Los profesores se están tomando mucho interés en los institutos y veo que realmente se están tomando muy a pecho lo de fomentar las vocaciones científicas. 

Por otra parte yo, que me he dedicado más a la física elemental que a la nuclear, puedo decir que se vive bien. No te haces rico, pero se viaja mucho. Creo que si naciera tres veces las tres sería científico. Lo que pasa es que hay que tener una capacidad de esfuerzo bastante grande y tener una capacidad de esfuerzo bastante grande. También hay poco paro y uno se lo pasa bastante bien. 

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Etiquetascultura

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