Caso ‘El Limo’: “Nadie me ha pedido perdón por quitarle la vida a mi hijo”

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En la jornada de hoy del juicio contra “El Limo”, acusado por homicidio y al que se le exigen 12 años de prisión e indemnizaciones para la familia de la víctima, han comparecido el testigo que no se personó el día anterior, diversos peritos médicos y forenses y la madre y las tres hermanas de la víctima.

La Policía se personó esta misma mañana en casa de uno de los testigos que grabó un audio explicándole a su hermana -amiga de una de las hermanas de la víctima- cómo había sido la pelea entre “El Limo” y la víctima. Al haberse rehusado a testificar el día que fue citado, tuvieron que llevarlo esposado a la sala, donde con acritud afirmó que “no tenía por qué declarar” y que “él no se acordaba de nada”, que solo contaba con 16 años en el momento de los hechos. Aunque aportó poco a lo reproducido en la grabación, donde explicaba que la víctima le decía al agresor “métetelo por el culo”, momento tras el cual “El Limo” lo golpeó.

Después testificaron la madre y las hermanas de la víctima. Las cuatro coincidían en que su hermano estaba débil físicamente dado que padecía “problemas de circulación” y Hepatitis B. Además consumía medicación anticoagulante y metadona. “No podía desplazarse ni cien metros sin pararse a descansar”, afirmaba una de las hermanas. También fue llamativo el desconocimiento que la familia mostró hacia la existencia de una carta de disculpa enviada por el acusado hace dos años, desde la cárcel, declarando las cuatro que solo habían tenido conocimiento de esta a través de su letrado el día anterior. “Nadie me ha pedido perdón por quitarle la vida a mi hijo”, testificó entre lágrimas la madre de la víctima.

Los forenses del Instituto de Medicina Legal que le realizaron la autopsia declararon juntos ante el tribunal del jurado y los letrados, explicando que el fallecimiento de la víctima se debió a dos lesiones, la primera fue un fuerte golpe por un objeto contundente “sin aristas, perfectamente compatible con un puño cerrado” que le produjo a nivel interno un “hematoma subdural”. La segunda lesión se encontraba “en el lado diametralmente opuesto a la otra” y creen que pudo ser causada por el efecto “contragolpe”. En otras palabras: una lesión que causó el propio cerebro al colisionar con la cavidad cerebral en el lado contrario debido al golpe previamente descrito, “es el mismo movimiento que sufre el cuerpo en un accidente de coche”, ilustraba el forense.

El forense de la defensa, sin embargo, defendió una tesis completamente opuesta, dado que afirmó que el hematoma ubicado en la parte inferior de la cabeza, el visible, fue provocado por el choque “contra una superficie plana” como una pared o el mismo suelo, y que el efecto “contragolpe” se produjo a la inversa. Mientras que los primeros forenses afirmaron que la condición sanguínea de la víctima no tenía nada que ver con el resultado final dado que el golpe que recibió en el rostro fue bastante fuerte, el forense de la defensa testifica que sí que fue relevante, puesto que probablemente “una persona con buen estado de salud” no habría sufrido el mismo destino fatal. 

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