La calidad-precio se sienta a la mesa
Muchos restaurantes, muchas variedades de comida, ambientes diferentes, restaurantes de tapas, pinchos o platos; pero todos con algo en común: tener éxito.
Sevilla se considera una de las ciudades con más bares por metro cuadrado, donde siempre hay un rincón gastronómico por descubrir y probar.
Existe una gran duda sobre cómo saber qué restaurante elegir, dónde ir y en qué fijarnos para considerar un restaurante como bueno o malo.
EUSA NEWS ha contactado con Fran Rodríguez, chef y dueño del restaurante Velouté. Indica en qué fijarse y cómo valorar un restaurante. Hay cuatro puntos esenciales: ubicación, servicio, comida y decoración.
Considera como factor muy importante la ubicación del local: que se encuentre en un sitio bien posicionado tanto físicamente como en las redes sociales. Que esté bien publicitado y sea fácil acceder a él. Si tiene capacidad de aparcamiento o se encuentra en una zona donde sea cómodo aparcar gustará más a los clientes, ya que no habrá que pensar qué hacer con el coche. Que tenga tanto terraza como salón interior, la terraza será un punto a favor para los fumadores. También es importante que se encuentre en una zona donde haya más bares, para un mejor ambiente.
El servicio será primordial a la hora de elegir un restaurante. Un personal atento, ágil, pendiente de los comensales pero sin llegar a ser pesado. Que al menos uno de la plantilla hable idiomas, en el caso que estemos en otro país. Será fundamental una buena organización en el servicio, que se vea que los camareros trabajan por rango. Un trato profesional, con un metre o responsable que dirija a los demás y sitúe a los clientes en las mesas. Será importante que el personal se sepa todos los platos de la carta y los fueras de carta, y uno deberá tener nociones de vinos, para poder aconsejar cuál pedir. Que pregunten antes de retirar el plato, y no lo hagan hasta que todos hayan acabado. Dará mejor imagen una plantilla de camareros bien uniformados.
La comida, según nos cuenta Fran, será el elemento clave: productos de calidad, buena presentación, técnicas empleadas, una temperatura correcta, una buena compensación en la carta, pero sobre todo, que la calidad-precio sea correcta.
En cuanto a la decoración, Fran lo ve como algo más secundario, pero también importante. Un establecimiento limpio, a ser posible con cocina a la vista, un sitio cálido y bien insonorizado. Una buena distribución de mesas, que no estén ni muy juntas ni muy separadas. Una vajilla acorde con el local y con el estilo de comida y una carta fácil de leer.
No importa qué restaurante sea, lo importante será que exista un equilibrio que haga que el cliente repita y recomiende a los demás; pero sobre todo, salir con buen sabor de boca y haber disfrutado.