Rubén Castro, un nuevo reto para engrandecer la leyenda
Hace poco más de seis años, el Real Betis Balompié concretaba el fichaje de un tal Rubén Castro Martín. Un delantero que había tenido que demostrar su valía por varios equipos menores, pero que no había gozado de una verdadera oportunidad en Primera División con el Deportivo, su dueño, el cual lo cedía verano tras verano. Los verdiblancos apostaron por el ariete canario, un auténtico nómada del fútbol español, y a día de hoy, podemos asegurar que su incorporación – de la mano de Luis Oliver, todo sea dicho – es una de las más importantes de la historia de la entidad heliopolitana. El motivo es más que obvio, 138 goles en 251 partidos. La cifra asusta.
"Tengo la suerte de decir que quiero retirarme aquí. Estoy muy contento y el club lo está conmigo, se ha hecho realidad lo que quería". Así de contundente se mostraba Rubén Castro tras sellar su renovación con el Betis por dos temporadas más. Lo tiene claro el 24, que ha encontrado en el Benito Villamarín el cariño que siempre le faltó. Por ello, su intención es continuar una campaña más, una vez venza el contrato, algo que logrará "si consigo jugar esa serie de partidos conseguiré el siguiente año", aunque él no tienen ninguna duda: "confío en mí mismo y sé que lo voy a conseguir", aseguraba.
Si algo queda claro, es que el Betis es su casa, y la siempre fiel hinchada verdiblanca, su afición. A sus 35 años, la estabilidad es, por fin, parte de su vida, y pese a que la carrera del futbolista es generalmente corta, Rubén Castro tiene claro que quiere "aguantar el máximo tiempo posible", pues "físicamente estoy bien. Si las lesiones me respetan, estaré a un buen nivel un par de años más".
En su primera campaña defendiendo las 13 barras, Rubén Castro anotó 27 tantos, claves para sellar el regreso del equipo a la máxima categoría del fútbol nacional. Pero el salto de nivel no le pasó factura, firmando 18 y 16 goles en las dos campañas posteriores en Primera. Sin embargo, la siguiente temporada, una inoportuna lesión le llevó a perderse gran parte del campeonato, y el conjunto por aquel entonces dirigido por Pepe Mel lo notó. Tanto, que perdieron la categoría firmando los peores números de su historia. Pese a ello, el ariete fue capaz de ver puerta en una decena de ocasiones.
El paso por Segunda fue efímero, de tan sólo un curso, en el que Rubén Castro perforó las porterías rivales hasta en un total de 32 ocasiones. Aunque para el canario, su gol más especial fue el cons eguido ante el Alcorcón, ya que significaba "la vuelta del Betis a Primera División", mención especial merece el tanto que le hizo al Mallorca el pasado año en liga, y que lo catapultaba a lo más alto de la tabla de máximos goleadores históricos del club con 109 goles, igualando al mítico Paquirri. Además, esa diana disipaba toda duda sobre su liderazgo anotador, pues meses antes ya se decía que, con 93 goles, había superado a Manolo Rodríguez, que era hasta entonces el hombre gol de la casa por antonomasia para muchos.
Esta campaña, la irrupción de Álex Alegría como 9 puro, la incorporación de Sanabría y el sistema de juego empleado por Gustavo Poyet, está obligando al canario a jugar más escorado a banda, donde no tiene la misma pegada que en punta de lanza. No obstante, con goles es el máximo goleador del Betis, y aunque reconoce que "donde más me gusta jugar es de delantero centro", es más que consciente de que "el que manda es el míster, jugaré donde me diga. Si es banda intentaré hacerlo lo mejor posible y ahí jugaré. No hay más debate".
Si algo está claro es que Rubén Castro es una leyenda viva del Betis, y quiere continuar escribiendo su nombre en la historia del club. Esta temporada tiene la ilusión de llevar al equipo nuevamente a Europa, y en cuanto a su objetivo personal, el 24 decía que "si me queda algo pendiente es que no soy el máximo goleador del Betis en Primera. Me quedan algunos goles y es el reto que tengo para este año. La selección creo que ya pasó". Queda gol con mojo picón para rato.